Tag Archive | Pablo Neruda

Un encuentro de García Márquez con Neruda (vídeo)

índice

Cuarenta y ocho horas después de que Neruda recibiera el premio Nobel, García Márquez conversó con él frente a las cámaras. En el decurso de dicho encuentro se evidencia que García ya tenía claro el mecanismo para obtener un premio Nobel y que, con risa socarrona mediante, entrevía dicha distinción en su currículum pues era impulsado por el poeta chileno, quien ya gestionaba el galardón para el colombiano. También aparece en este encuentro un periodista que es corregido por el autor de «Ojos de perro azul» con la suficiencia de un padre para con su hijo y un león de felpa que, según Neruda y García Márquez,  fue más sabio que los dos aclamados escritores.

 

Cuando Neruda salvó a Ellison a través de Sturgeon

Nada más angelical que un hombre que aguanta divorcios con la terquedad de una mula

Nada más angelical que un hombre que aguanta divorcios con la terquedad de una mula

Los intrincados caminos de las lecturas y salvaciones no conocen límites;  establecer el árbol de influencias de un escritor implica suponer a qué se hace referencia con eso de la «influencia»; si se la entiende como una radiación que pervive en escritos salidos de otros humanos o si es algo más profundo y poco susceptible a ser verbalizado salvo por las huellas que deja en el papel. En la presentación que Harlan Ellison hizo al cuento  «Si todos los hombres fueran hermanos, ¿dejarías que alguno se casara con tu hermana?» de Sturgeon aparecida en «Visiones peligrosas III», relata un episodio de su vida que acerca a la Ciencia Ficción a la literatura más tradicional pues hay un centro común: El amor, el abandono, la amistad y los ángeles, en definitiva, el lastre y la gracia de haber nacido. A este acto confesional se suma el influjo de Pablo Neruda y, más exactamente, su poema veinte, tan vilipendiado en los últimos años. Una vez más estamos frente a una prueba de lo débil que resulta establecer fronteras estéticas cuando de decepción humana se trata:

Ésta será la introducción más corta de este libro. ¿Porque de todos los escritores incluidos en esta antología el único que realmente no necesita introducción es Theodore Sturgeon? Bueno, así es, ciertamente. ¿Por qué nada de lo que nadie  pueda decir es capaz de preparar al lector a lo que sigue, la primera historia de Sturgeon en más de tres años? Es un punto válido. ¿Por qué cada nueva historia de Sturgeon es una experiencia largamente esperada, sin parangón con ninguna otra, de modo que para qué molestarse en dorar el caviar? De acuerdo, aceptaré eso.

Pero ninguna de esas razones me sirve para explicar por qué soy incapaz de escribir una introducción tan suculenta como las otras que figuran en este libro. La verdadera razón es que Sturgeon salvó recientemente mi vida. De una forma literal. En febrero de 1966 cometí uno de esos increíbles fallos de la vida que desafían toda explicación o análisis. Me casé con una mujer…, una persona…, alguien cuya mente es completamente extraña a uno del mismo modo que puede serlo la mente de un marciano. La unión fue un desastre, una pesadilla de cuarenta y cinco días que me dejó más al borde del abismo de lo que nunca había estado. En el preciso momento en que pensaba con toda seguridad que ya no podría seguir sujetándome a…, a nada, recibí una carta de Ted Sturgeon. Formaba parte del intercambio de cartas que dieron como resultado el obtener esta historia para la antología, pero estaba dirigida enteramente a lo que me estaba ocurriendo a mí. Reunió de nuevo los muelles sueltos de mi vida. Era uno de esos ejemplos de honesta preocupación a los que (con suerte) uno puede aferrarse en un terrible momento de impotencia y desesperación. Demuestra la más obvia característica de la obra de Sturgeon…, el amor. (En una ocasión hablamos de eso. Resultó claro tanto para Sturgeon como para mí mismo que yo no conocía virtualmente nada acerca del amor y en cambio estaba totalmente familiarizado con el odio, mientras que Ted no conocía casi nada acerca del odio pero lo sabía completamente todo del amor en casi todas sus manifestaciones.) Me gustaría, con permiso de Ted, citar algunos fragmentos de aquella carta. Dicen infinitamente más acerca de su obra y de sus motivaciones que cualquier otra cosa que yo pretenda decir. A partir de ahora, pues, habla Sturgeon:

Read More…

El canto general de Neruda leído por Raúl Zurita

Neruda

Pablo Neruda ha sido una víctima de sus fervientes admiradores y ello ha impedido que su nombre sea proferido, salvo para emitir pretendidos enunciados llenos de ironía, en reuniones de literatos que no se quedan en los «lugares comunes» y autores bien vendidos en las librerías. Con el advenimiento de otra estrella chilena a la gran carpa editorial (Roberto Bolaño), el poeta nacido en El Parral hoy hace 109 años es emparentado a ese círculo sospechoso de poetas y narradores que son leídos por un círculo más amplio que el académico y de los escritores y, por tanto, suele obviarse. En la conferencia impartida por el poeta Raúl Zurita que a continuación les presentamos, surge una lectura de «Canto general» fundamentada en dos puntos: La necesidad de llenar la gran mentira fundadora de  Ercilla en «La Araucana» y el encuentro con un movimiento social engendrado y fortalecido en los años en que Neruda ya era un poeta famoso. Zurita trata de dar cuenta de la tradición de la poesía chilena a partir de un acto fundador que no fue más que la enunciación de una falsedad (algo poco importante en la literatura) para esclarecer la razón de las desaforadas empresas como las de Mistral, de Rokha y el propio autor de Alturas de Macchu Picchu; también busca ilustrar la divergencia marcada por la llamada Antipoesía de Nicanor Parra y expone una visión de la lengua en donde nada de lo que decimos es proferido de manera original sino que cuenta con una carga centenaria(como lo advirtió Bajtin, el soviético poco soviético que debió usar muchas de las hojas en las que escribía para fumar tabaco durante su reclusión en el norte ruso por no ser obsecuente con el régimen de entonces y que, vaya paradoja, sirve para renovar a Neruda, ese hombre que alguna vez hizo loas a Stalin):

Una entrevista a Pablo Neruda

Pablo Neruda comparte el destino de muchos de los que hicieron el parnaso latinoamericano del siglo XX: Los más jóvenes los han tomado como a unos abuelos  muertos cuyas enseñanzas se mencionan de vez en cuando y cuyas vidas se tornan tan veraces como sus versos o narraciones. A continuación les presentamos una entrevista que le hizo la escritora sueca Sun Axelsson, quien vivió en Chile en 1960 por su relación con Nicanor Parra y, desde ese momento, se ocupó de dar a conocer a distintos escritores y poetas del país austral en Suecia.