Los molinos de la realidad acribillan a don Quijote
Terry Gilliam ha tenido una película en su cabeza y es sobre don Quijote de la Mancha. Sin embargo, este libro, cuando quiere ser llevado a otros lenguajes, comienza a surtir el efecto de una maldición. En 2000 Gilliam empezó a ejecutar su trabajo llamado «The man who killed don Quijote», el cual habría de contar con la participación de actores icónicos de Hollywood y otros europeos. Todo se habría de filmar cerca a Madrid pero la lluvia, la enfermedad del actor que interpretaría al protagonista y el desorden aniquilarían la empresa. De este fracaso ha surgido «Los in La Mancha» (2002) en el que se relata la historia de esta aventura que enloqueció a Gilliam y que una aseguradora, con toda su cordura, ha ido masacrando. Dicen que Gilliam insiste; es más, se afirma que se ha retomado el trabajo y se especuló con que su estreno iba a ser en 2011 pero los inversores dieron un paso atrás; se dijo que el nuevo Quijote era Robert Duvall y que Sancho era interpretado por Ewan McGregor (el año pasado el primer Sancho, Johnny Depp firmó con Disney para hacer otro Quijote en una versión más edulcorada) pero no hay muchas más noticias al respecto y parece que el caballero de La Mancha ha quedado en un sueño aparecido en pequeñas escenas. En un momento del documental el director dibuja unos molinos de viento y, en uno de ellos, está apostado un francotirador que le dispara a don Quijote, llenándolo de agujeros y pánico porque la realidad lo ha roto y herido de muerte.
Una hoguera de libros según Pedro Sánchez Merlano
Pedro Sánchez Merlano nos ha entregado una ficción que escribió a propósito de la hoguera en la que Don Quijote quemó libros. Se la presentamos:
Titulación olímpica de la gloria o Dulcinea sin calcinar
– Mis enemigos me enternecen y la lluvia de las sílfides apenas es un aguacero que me moja.
– A esta hora uno se deprime más de los acostumbrado.
-Todo lo que hacen mis enemigos me gusta.
-Las hemorroides de Rutherford me indicaron los centros del átomo.
– Antonia Orto me tiene loco desde que se fue a Argentina a estudiar teatro.
– El marido habla de pulp, ignorando que el orto es el pulpo de todas mis desdichas
– ¿A qué te refieres, Sancho?
– A la ínsula.
– Itaca, querrás decir.
-No, Laputa quiero decir; esa isla voladora donde experimentan con caca.
– Cuéntame qué avances científicos han desarrollado.
– Han descubierto que todo se va a la mierda. Se basan en las teorías estéticas de Adorno.
– Pero ¡Cómo es posible que una teoría estética tenga prelación sobre el pensamiento positivo!
-Porque son negativos como los neutrones y verás mierda compuesta de neutrones.
– Antimateria…
– Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa.
– Claro: Porque somos lo que somos porque fuimos lo que fuimos.
– Así mismo: La materia fecal es un universo plagado de estrellas.
– Estrellas clavadas en la caca.
-No, están hechas de hidrógeno clavado en la nada, eso es peor que cualquier caca.
– Es hora de la hoguera graduada en 452 grados Farenheit.
-¿Y Dulcinea?
– Ella será la primera calcinada.
– Y nuestros puertos ¿cuándo?
-Cuando convoquen a los navíos para la expedición a Troya.
– Entonces ¿somos troyanos?
-No, sólo anos, querido Sancho.
– ¿Como el pulpo de orto?
– Como todo. Como el amor. Como la princesa Micomicona. Como Cervantes y los reyes magos.
– Dulcinea ha escapado ¿A quién vamos a quemar?
– A los Cervantinos