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Crónica de una compulsión extraordinaria (parte única)

Cuento-.

 

 

Mientras esperaba en los pasillos de emergencias psiquiátricas me dio un ataque de tos, debido a una broncoaspiración pequeña que me hizo vomitar allí, en el espacio límpido y desinfectado de la clínica. Cuando el doctor abrió la puerta volteó a mirar lo primero la mancha rojiza del vómito  y después a mí, que traté de sonreír, y con un gesto de repulsión me preguntó si yo era el periodista que esperaba conocer a Kelvin, o si  era un paciente esperando a ser remitido a urgencias. Pensé para mis adentros, divertido a pesar de todo, a pesar de lo mierda que me sentía, como después de que a uno le da un ataque de vómito por broncoaspiración, si no era posible ser las dos cosas, pero el gesto brutal del médico me hizo considerar que lo mejor sería responderle lo más exacto posible, si por exacto se entiende lo que mejor se ajuste a las necesidades pragmáticas del médico, entonces, limpiándome la boca con la manga del traje le dije que solo deseaba ver a Kelvin, porque era el periodista que tenía la cita con Kelvin. Bien, me dijo, y me hizo seguir como si fuera un indigente. Luego llamó de mala manera a una enfermera y le dijo que enviara a recoger ese reguero de cochinada que el periodista había dejado.

Esta historia no empieza en el momento en que estoy en el pasillo de espera para entrar a Unidad de Cuidados Intensivos Psiquiátricos de la Clínica para el tratamiento del Sistema Central Nervioso. Esta historia empieza en los divertidos años ochentas. Divertidos para todos los que los recuerdan con cariño, simpatía y sublimación. Para Kelvin seguramente era otra década como otras tantas, con sus vicisitudes, sus estéticas, sus pendejadas, sus políticas, sus calles feas y todo lo que tiene una década que tiene otra década.

CASOS DE LA NOCHE VIP BOGOTANA

Diciembre de 1984: Kelvin Darío Torres, soltero, 32 años. Residencia: Soacha, Cundinamarca. Trabajaba en el exclusivo sector de la zona rosa en Bogotá como vigilante de un Hotel. Allí se reunía el esplendor de la televisión colombiana. La figura de los presentadores y el sistema estelar empezaba a consolidarse. Bellas mujeres vestidas con ceñidos trajes iban con sus chaperones guapos, en lujosos coches y los parroquianos empezaban la tradición de pedirles autógrafos. Esas noches mágicas en la zona rosa de la Bogotá de 1984 era otro mundo de fantasía. Tan distinto al mundo casi rural en el que vivía Kelvin Torres. Para muchas personas del común, Kelvin era privilegiado solo por el hecho de estar allí, ocupando el lugar de testigo directo de la vida de las estrellas de la farándula colombiana. Cuántas veces no vio a la niña Mensa recostada de lo ebria en los anchos hombros de Charlie Lives el cantante pop más querido de las bogotanas. O la vez que vio a Villana Bolaños pasando de la mano del joven empresario más destacado de Antioquia, según la revista Semana, y éste le paso un fajo de billetes a Kelvin solo porque le recordaba que él también después de todo era un pobre diablo.

Todo esto no habría pasado de ser una anécdota de un anónimo si no es porque por esos días Kelvin desarrolló una compulsión de la que no estaba consciente. El primero que se dio cuenta fue un compañero de turno, cuando en una ocasión a las dos de la mañana, sintió un olor como de queso recién molido  y al volver el rostro hacia su compañero vio que éste tenía la bragueta abierta y de allí se asomaba su tímido pájaro que vomitaba el líquido blanquecino. Al advertirle que no podía jalarse el ganso así como si nada en pleno turno, Kelvin lo miró con rostro de incredulidad diciéndole que no tenía idea de lo que hablaba. Cuando su compañero le señaló la bragueta toda almidonada, Kelvin pareció igual de maravillado a él, confesándole que no podía entender cómo había podido ocurrir semejante accidente. Caso 1.

Caso 2.  Premiación de Telenovelas. Noche de gala. Eran las 4 p.m. y los preparativos tenían a todo el personal del hotel en estado de ansiedad y agitación. Las maquilladoras empezaban a llegar con sus maletines. Una de ellas se detuvo frente a uno de los rígidos guardias y empezó a gritar. Era Kelvin que se estaba masturbando frenéticamente con una mano, pero por otro lado, su cuerpo parecía mantener una postura en firmes.  Fue cuando llevaron a Kelvin a la policía por obscenidad y fue destituido de su puesto de trabajo. Kelvin aseguraba no entender el motivo de su detención y expulsión. Los medios de esa época se burlaron de él y le pusieron «la mano pelúa». Un  artículo de febrero de 1985 que tengo en mi poder habla incluso del insólito caso de la mano onanista independiente de su dueño: como si acaso nuestros órganos fueran nuestras mascotas y nuestro sistema central nervioso  el amo y señor de ellas. Idiotas.

Después de ese incidente, Kelvin desapareció de la vida pública, si es que alguna vez acaso apareció alguna vez, y fue solo un breve motivo de burla y chiste entre la vida parroquial, del joven guardia que se hacía la paja en un prestigioso hotel de la zona rosa.  Desempleado, Kelvin trató de empezar una nueva vida vendiendo quesos en la plaza de Corabastos. El olor a queso empezó a ser una constante en la vida de Kelvin al punto que lo llevó a la locura. De Corabastos pasó a una larga jornada en la clínica psiquiátrica La Paz, por su compulsión maniática de maneatarse frenéticamente el miembro.  En el bus, en el parque, haciendo fila en el supermercado, o en San Andresito. Siempre había un momento inesperado en el que Kelvin terminaba sacándose el pene y sacudiéndoselo hasta hallar por fin el aroma de queso que lo perseguía como si fuera su sombra.

Me encuentro con Kelvin en una pequeña habitación que tienen preparada para las visitas. Lleva una camisa de fuerza. Le digo que soy el periodista que estaba interesado en conocerlo. Desde 1985 nadie ha escrito nada sobre él y parece haberse perdido en el océano de casos extraordinarios del día a día.

¿Por qué me interesó su caso? Por doña Felipa. Ella es una vecina que siempre que iba a la tienda me veía tomando cerveza y siempre hablando de masturbación. No solo con mis amigos. Con mi novia e incluso con el sacerdote de la iglesia, siempre estaba hablando de masturbación. Pues ha sido un tema que me ha interesado siempre. Un día Felipa me dijo:

– oiga, usted no se cansa de hablar de masturbación?

Yo le dije, sí.

Y por qué sigue hablando de masturbación?

Pues porque descanso y sigo.

Roger, el tipo que me fía la cerveza soltó una carcajada y me invitó una cerveza.

Entonces doña Felipa me dijo: le voy a contar una historia de masturbación para que aprenda. Y me contó sobre el hijo de su amiga Marta, que se llamaba Kelvin. Ese señor no paraba de masturbarse como usted no para de hablar de masturbarse. Me pasó la nota sobre la mano onanista. Y le dije que quería saber más sobre su vida. Me dijo que lo mejor para ese caso sería ir a la tienda de Marta y preguntarle directamente.

EL BARBUCHAS DE MARTA

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Una revisión a Espuma nada más, de Téllez.

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Uno se masturba pensando que la va a tener dura, y cuando está alguien al lado para las lides, se da cuenta de que todo es un delirio. Puras espumas que se van.

Compartimos este microcuento, revisión del cuento clásico de don Hernando Tellez  y documental: No puedo dejar de masturbarme

 

ESPUMAS NADA MÁS

El paciente inglés le dice al médico chino:

— Perdón, mi chinita, tuve delirio de actor porno.

Y el doctor le responde:

— No woli, malica inglés, mi contagialte el Colonavilus.

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Siete años: para ayer fue tarde, camarita.

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Celebramos nuestros siete años con la filosofía analítica de la sieteañera Stefonknee Wolscht.

lo más duro del matrimonio es no poder jalarse el mico en paz

Pasaron muchas cosas y al final no pasó nada: milinviernos sigue con su inocencia severa. Siete años solo son el inicio de otras vacas más flacas. Cuando comenzamos, sabíamos que el palo no estaba para cucharas; ahora no hay ni palo ni viagra que lo endurezca.

A nuestros tiernos siete años tenemos un agotamiento prematuro o acaso premonitorio de mil inviernos más. Habrá una glaciación que, por fin, congelará a los corazones e incendiará los últimos anhelos. Al final nos calcinaremos sin más esperanza que el pudor de haber vivido sin vivir; es decir, como unos burros amarrados a la puerta de un baile mediocre.

Esta es una mañana perfecta para despertar con el pecho lleno de aire: Y flacideces y facilidades que entristecen. Llegó el momento de tumbar silencios mientras adentro bailan. Milinviernos cumple añitos  y no importa que así sea. Ciertamente, los matrimonios son el medio ideal para volver a los años vírgenes y la pureza espiritual de los cuerpos incorruptibles. No hay mejor antídoto contra el sexo que casarse. Y nosotros llevamos de matrimonio con Mil Inviernos siete angelicales años.

¡Así que brindemos con chicha por tanta dicha!   En la calma chicha propia de la  depresión que jamás estalla, adentrémonos en las sabanas de nuestras camas impolutas y hagamos lo único que medio sabemos hacer: glorificar a Dios.

Sobre mamadas y currambas 2017- 2018 #memes

 

Después de la tormenta de perder el dominio .com nos constituimos como una organización dedicada al mame. El año pasado intentaron silenciarnos pero el poder de la providencia de la ternura nos ha permitido volver, y ahora con más fortaleza que nunca. Por eso, desde hace un año, nos engalanamos como milinviernos.org Deseamos, en un principio, trasladarnos a milinviernos triple x, pero los costos eran altísimos para esta aventura de ternura. Empero, nos aprestamos a compartir con los respetados lectores, la producción memísticas de estos dos años que ha seguido siendo constante y masiva como las depresiones que nos acechan todos los días al levantarnos de la cama, ya sin las erecciones de los tiempos de juventud sino con la flacidez que otorgan tantos divorcios.

 

Es hora pues de advertir que estamos más cerca del ancianato que del jardín infantil,  y por tanto, saber que el olor a pañal volverá a nuestras vidas con mayor importancia y furia. Esperamos que disfruten este repaso y así tener la claridad de que todos los años estarán más llenos de desgracias pero al tiempo más sensatez como para que eso importe.

Y saber que este pequeño no tiene huevitas

 

 

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We are Bach: Organización Mil Inviernos

 

Esto es para la gente del campo. Así vivan en la ciudad, el mensaje solo será captado y entendido por las mentes de la gente del campo.

Se viene una nueva avalancha de Mil Inviernos que volvió igual que siempre y, por lo tanto, peor. Y como lo peor es lo más hermoso y más viejo, estamos en su punto para el geriátrico.

Alisten los pañales de incontinencia para lo que se viene: cagada tras cagada y olvido tras olvido.

Olvidamos nuestra antigua dirección electrónica porque ahora nos vinimos a contactar con otras entidades en nuestros cuarteles rurales. Ahora somos una organización con todas las de la ley, es decir, con el olvido estatal que bien caracteriza toda empresa de esta índole metafísica.

No solo publicaremos entradas en nuestro blog, sino que saldrán varios libros editados bajo el sello  EDITORIAL MIL INVIERNOS.

Un pajarito de Venus nos dijo que nos volveríamos millonarios o nos moriríamos. Como no soñamos con la fortuna, estamos dichosos ante la buena nueva de que pronto iremos a otros jardines, es decir, a los jardines del recuerdo. ¡Vaya paradoja, eh! Los que mueren con Alzheimer habitan tumbas destinadas al recuerdo y los que recuerdan aún viven con la infamia del olvido diario.

Bienvenidos todos a esta nueva etapa que es similar a una limonada sin azúcar ni panela.

 

In memoriam Shyla Stylez.

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Shyla divorciándose de un oso

En lugar de aceptar tus actuales limitaciones, podrías ponerte furiosa  porque te sientes atrapada. No obstante, nadie dijo que no podías aceptar más alternativas. El  autor T.F. Hodge escribió: «Libertad es darte cuenta de que tienes una opción».  — Horóscopo para noviembre 24 de Shyla Styles.

Los pronósticos del horóscopo te sobrevivieron. Solo quedan las circunstancias virtuales de una Shyla Stylez que aún vive en twitter y, por supuesto, hace el amor, en varias plataformas de video adulto. Esta mañana cuando me enteré de tu fallecimiento, el pasado 9 de noviembre, no tuve más remedio que entrar a youporn y escribir tu nombre. Claro que me halé el miple, a sabiendas de que estás muerta. Y descubrí que ahora hay una nueva técnica para hablar con los difuntos: mi prepucio es una tabla ouija. Tu piel canela me hizo pensar en posibles amoríos. Supuse que te irías conmigo de la mano a donde Jacobo, ese ángel alopécico que te hablaría con un coqueto sonreír y te corroboraría que mi impotencia para con tu cuerpo y tus ganas —aún estando muerta— obedecen a la dicha de estar vivo. Porque quiero decirte algo, Shyla, soy una persona feliz. Mutilada en muchos aspectos. Pero feliz. Porque creo que nada de esto es tan importante como para entristecerse. Ni siquiera con tu muerte. Me siento a pergeñar las situaciones de tu deceso, cual detective de Hollywood. Y encuentro a un sospechoso serio. El pajorro que te estuvo persiguiendo desde el 2015. DIcen que moriste en casa de tu mami, pero yo supongo que al hablar de tu madre se hace referencia a que ella también te abandonó. Shyla, quisiera ser el cronista del infierno que estás habitando y por eso reviso minuciosamente tus escenas, como un arqueólogo del cine., Me causa especial afectación aquella en la que estás casada con un mofletudo de anteojos, al que le reclamas porque no te hace el amor pese a ser tu marido (como si no supieras que casarse es acabar con cualquier forma de vida sexual) y luego, irrumpe, un fontanero o un bombero, no recuerdo bien, y sube tu delicado cuerpo al mesón de la cocina donde tantas otras estrellas como tú han posado sus nalgas y te embiste de la manera que tú siempre quieres. Ese episodio me convenció que quería ser tu marido, que quería casarme contigo y que yo mismo podría deambular por Los Ángeles para buscar machos que te dieran lo único que yo no te podría dar. Porque el resto, mi querida Shyla, está en mi corazón.

Bon appétit, le digo al infierno que te ha recibido.

Bon appétit, le digo a mi mano y a mi pene mientras veo tus videos con la ceremonia que tiene todo acto fúnebre.

El pájaro voló del nido de los cucos

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La procrastinación adquiere un estatus legal según nuestro código laboral: razón por la cual desde este mismo instante, esta empresa de sentido humano, brinda a sus trabajadores y colaboradores la posibilidad de una licencia temporal remunerada con ocasión del período de lactancia.

MIL INVIERNOS LLEGA A SU MAYORÍA DE EDAD-IN MEMORIAM DROMEDARIO BERMÚDEZ

Empezaremos esta celebración ofreciendo un gran agradecimiento a nuestros principales auspiciadores.

Con nuestras mamis, personas que han negado aceptar nuestras incapacidades para obtener empleo y un sustento que nos permita mantener tantos divorcios acumulados.

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En segundo lugar, a nuestros notarios y abogados, por sacarnos de tanto embrollo y deuditas.

En tercer lugar, no por eso el último, a Dios por habernos abandonado.

¡Y cómo no poder agradecer a nuestro mentor y mecenas, Robinson «el dromedario» Bermúdez!. Puesto que gracias a sus cuartos de pollo a la broaster, pudimos pasar varios almuerzos que desembocaron en gastritis y diarreas crónicas.

Todos ellos creyeron en nosotros cuando nosotros no creíamos ni en la mama. Así pues que hagamos un brindis y recitemos un  par de poemas escritos por Diosinteo Weimar Morales. Pero dejémonos ya de tanto ritualismo y vamos a la esencia de lo que es Mil Inviernos, es decir,  vamos a los relatos de vidas largas llenas de sueños truncados.

Recordamos con especial cariño, la mañana aquella que el dromedario se nos acercó en la cafetería Varsovia y nos dijo con mucho respeto:

  • Señores escritores, yo me masturbo mucho. Todos los días me masturbo. Quiero que cuenten mi historia pero cuando esté muerto.

Antes de habernos convencido le dijimos que había un remedio santo para aminorar el ritmo propio de los que se masturban: el matrimonio. La razón estriba en que uno no puede pajearse al frente de la esposa. Entonces, hay que ir cada cierto tiempo al baño y ello resulta dispendioso y agotador, mucho más si se despiertan sospechas de que en el baño se está consumiendo cocaína en lugar de estar en ejercicio onanista.

Esta reflexión fue rechazada por Don Bermúdez, quien contestó lo siguiente:

  • Yo desde que me casé, comprendí que el matrimonio lo rejuvenece a uno. Pues volví a pajearme como si tuviera quince años. Además supe que estaba enamorado de mi mujer, pues lo hacía recordando la época en que ella aún me lo daba. Me acuerdo que cuando nació mi primer hijo, a ella la había fecundado los espermatozoides que yo dejaba en la sábana luego de batirme el cuero. Pero la vida es muy triste, pues cuando nació el niño me di cuenta que no era mi hijo sino el de un asiático, como su relato: Verano de Amor.

La pasmosa sabiduría del dromedario Bermúdez nos culminó a admirarlo y seguirlo, como quien sigue a un camello en medio del desierto, pues su mote se debía a la joroba pronunciada que le impedía caminar erguido y que el dromedario le atribuía a los años de matrimonio, es decir, de juventud revivida y masturbación empedernida.

Pero ya ven, todas las cosas tienen su final.

Y el dromedario decidió rehabilitarse. Fundó la clínica para la masturbación María Mechas Carranz. Su tratamiento consistía en practicar la adicción más dañina de todas y que se remite al apego por las abstinencias. La masturbación es un hecho maravilloso, doloroso y cruel. Por lo tanto, la renuncia debe ir con una asfixia continuada que en él operó con la forma del asma.

Recordemos cómo empezó a abandonar sus hábitos debido a que sus bronquiolos se hinchaban más que su estrecho pene.

El pobre hombre empezaba a batirse el cuero y el pecho parecía silbar de felicidad. Era como si tuviera un pajarito agonizante entre las tetillas o un avechucho que le pedía alpiste proveniente de sus testículos.

Este ejercicio ingenieril iba a la perfección hasta que un intento de paro cardiorrespiratorio lo hizo decidir entre la asfixia total o la eyaculación feliz de su desgarrado miembro. El dromedario duró una semana aguantando tocarse. Fueron siete días frenéticos, además de fundar un centro asistencial para pajorros inspirado en los doce pasos, se dedicó a practicar las artes pictóricas y abstractas junto su amigo de pilatunas, Pedro Sánchez Merlano, con quien en una época compartió la afición recreativa de la cata de bazuco. Iban de barrio en barrio, probando en donde eran mejores las pipas con aluminio. Les llamaron los señores del aserrín. ¡Ah tiempos que se acabaron pronto!

Bermudez después de hablar con nosotros en la cafetería Varsovia, tomó su automóvil, y en uno de los embotellamientos típicos de Bogotá empezó a rostizarse. Ante la desesperación del tráfico catatónico abrióse la bragueta del pantalón y batióse el cuero hasta eyacular. El paro cardiorrespiratorio no se hizo esperar y él falleció tieso, con la mano en su penca y con una notable cantidad de semen que percudió el pantalón y la carrocería de su coche.

Sea pues, esta la oportunidad para saludar la Fundación Clínica de la Masturbación y recordar a su fundador y fiel amigo.

 Happy Birthday to you Mil Winters.

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Son 5 años de ser una super potencia latinoamericana  en la science fiction, la impotencia, los espíritus, los cachorros, los viajes lunares, los rombos metafísicos  y los divorcios machos.

A meterle toda la ficha a este nuevo año que se augura es más espantoso que los anteriores.

El mensaje político que queremos decirles es: ámense los unos a los otros como la masturbación os ha amado y como  habéis amado la masturbación.

5 años y como dijo nuestro Mamerto, el Gallino: al que no le guste que le piquen pasta de coca. O como dijo doña Marina: como que si compran huevos.

Pdta: El exceso de risa puede desembocar un asma lo mismo que la masturbación. Por eso lo mejor es leer Mil Inviernos para bostezar y aburrirse. Les prometemos muchos textos sobre insignes canónicos de las letras hispánicas.

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No habrá más masturbaciones pero sí olvidos (extracto de K-Pax, la novela de Gene Brewer)

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La tierra prometida no está en la Tierra; se enciende a nuestros ojos en las noches despejadas, cuando no hay un computador cerca que nos permita acceder a Yourporn y debemos salir a caminar y cancelar los roces genitales. Porque los alienígenas y sus  lejanos planetas evaporan las aflicciones que los psiquiatras convierten en locuras:

Además de autistas y catatónicos, en esa planta hay pacientes con diversos trastornos que tendrían problemas para relacionarse con los de las dos primeras. Por ejemplo, hay varios comedores compulsivos que devoran cualquier cosa que caiga en sus manos: piedras, papel, hierba, plata; un coprófago cuyo único deseo es ingerir sus excrementos, y a veces los de otros; y varios pacientes con problemas sexuales graves.

Uno de estos últimos, apodado «Whacky» por un alumno hace tiempo, se está masturbando a todas horas. Le excita cualquier cosa: los brazos, las piernas, las camas, los cuartos de baño…

Whacky es hijo de un prestigioso abogado de Nueva York  su exmujer, una conocida actriz de seriales televisivos. Por lo que sabemos tuvo una infancia normal, sin represiones ni abusos, tenía un tes eléctrico, jugaba al béisbol y al baloncesto, le gustaba leer y tenía amigos. En el instituto era tímido con las chicas, pero en la universidad comenzó a salir con una compañera de clase muy guapa. Aunque era alegre y abierta también era muy coqueta,  y le seducía sin llegar nunca «hasta el final». Loco de deseo, Whacky siguió siendo virgen, como Russell, durante dos interminables años; se estaba reservando para la mujer a la que amaba.

Pero el día de su boda ella se fugó con un antiguo novio que acababa de salir de la cárcel, y dejó a Whacky plantado en el altar (y a punto de estallar). Cuando le dijeron que su prometida había huido se bajó los pantalones y comenzó a masturbarse allí mismo, en la iglesia, y no ha dejado de hacerlo desde entonces.

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Investigación sobre los pecados capitales. (Primera entrega)

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Entre pecado capital y pecado capital hay muros agujereados; un ratoncito que ha abrevado en las mieles de la lujuria, puede repantigarse sobre el desierto campo de la pereza y soñar con banquetes cocinados por el cocinero de la gula. Gracias a esta investigación hecha por milinviernos, hemos concluido que los ratoncitos somos nosotros. Y cuando escribimos “nosotros”, nos referimos a los lectores de la entrada y a todos aquellos miembros de la humanidad que se consideran desdichados y carentes del ataque inhóspito de un autoasesinato (así es: el suicidio lo dejamos para proclamas adyacentes a una obra, ya sea artística, científica, económica, social, etc).

Este trabajo se materializará en siete entradas. Cada una de ellas corresponderá a alguno de los siete pecados capitales. El objetivo de este primer capítulo, más que el de evidenciar los engranajes de cada uno de los rigores de nuestros deseos, es el de atisbar, entre los escombros del desánimo, por qué un masturbardor se siente lujurioso.

Este primer tema es el que más convoca a milinviernos, junto a la ciencia ficción: las pajas. Aunque huelga aclarar que, como dice el poeta:

Entre las pajas y la ci fi no hay muchas diferencias:

El principio de identidad se extravía en los recovecos

de solitarias eyaculaciones

y un mesías que

con casco de astronauta

anuncia que el fin de los tiempos ocurrió ya

y somos la bocanada última del incendio

eructado por el inframundo.

 

El tema de la presente exposición, dada la escualidez de las fronteras entre pecados capitales, tiene dos focos a saber:

  1. La lujuria.
  2. La envidia.

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