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Florilegio Martínez se engalana con Mozart

El mozart con gafas biónicas de los florilegios

El mozart con gafas biónicas de los florilegios

 

Florilegio Martínez, cultor de la crítica acendrada de José María Vergara y Vergara mamaba vergas y chupaba culos todos los viernes en el Tacon de la empanada.

Esta tarde estival se enteró por una llamada que tampoco había ganado el premio nacional de Narrativa. Enfurecido llamó a su cuñada, Doña Estercita de Madarriaga, para que le diera el teléfono del gerente de una de las fábricas patrocinadoras de tan magno evento literario: La colita feliz. Este emporio había sido hecho a pulso y préstamos abusivos por una cofradía de unos judíos sionistas devenidos en illuminatis que sabían que la mejor manera de tener bórrego-mátrix era por medio de inoculaciones anales. De modo tal que fundaron una compañía de papel higiénico.

Una vez se comunicó con el gerente, don Jacobo Rothschild, Florilegio Martínez dijo:

  • ¿Que como así que como así que como fue? (Salsa choque) ¿Cómo es eso que no gané, si de mis libros todos dicen que de lo malo  solo sirven para limpiarse el culo?
  • Por lo mismo, hombre
  • No entiendo, ¿porqué es lo mismo?
  • Los mismos ganarán siempre a eso me refiero.
  • Yo creo que hay lagarto encerrado.
  • Nada de lagarto, pendejo, lo que pasa es que si publicamos su libro por ser el ganador, todo el mundo se va a empezar a limpiar el culo con él, y nos quiebra, mano.
  • Usted lo tiene apretado y lo voy a vacilar peor que un prestamista gota a gota judío.
  • A mí no me venga a asustar, que de maldiciones judaícas yo sí sé, que estudié la cabalah por más de 40 años, y n o hay libro más brujo que el Zohar.

En ese momento la charla se convirtió en una divagación metafísica y semítica que no viene al caso. Lo más importante fue que Florilegio Martínez se deprimió muchísimo, y en el Tacón de la Empanada bailó solo La Tusa de Integración Casanova. La última de ellas, vino con caída y vomitada incorporada. Sus ojos atiborrados de lágrimas lo conminaron a volver a su casita a sentarse a su computadora y ver el amado cholotube mientras ponía Leck mich im Arsch la más egregia composición del maestro Wolfgang Amadeus Mozart:

Bésame el culo!
¡Alegrémonos!
¡Quejarse es inútil!
Murmullar, mascullar es inútil,
es la verdadera cruz de la vida,
mascullar es inútil,
¡murmurar, mascullar es inútil, inútil!
¡Así que estemos contentos y felices, alegres!