Recordando al cacique de La Junta: Diomedes Dionisio Díaz Maestre
Quien me critica no se siente competente y eso trae que de repente se puede morir de infarto
Un día como hoy se fue Diomedes Díaz a entonar un canto celestial junto a su compadre Juancho Rois. Esta vez las lágrimas de Diomedes no fueron de pesar, sino de alegría. No la alegría de dos muertos que se reencuentran, sino de dos músicos que tras un lejano viaje vuelven a seguir el parrando. En el cielo, tal vez, nadie quiera matar a Diomedes; solo en la tierra, los hay quienes quieren arrojarle tierra a su nombre, en una tarea tan absurda como tapar el océano arrojándole granos de arena, son «de esos que viven criticándole a Diomedes los buenos hechos que reviven al folclor».
A Diomedes Díaz se le recuerda por los buenos momentos que dio a su pueblo y enalteció el folclor. Ya en vida el Cacique compareció ante la justicia humana y su espíritu ante la divina. Solo uno de esos legisladores de la moral de redes sociales, con complejo de juez de telemundo internacional, se atrevería a condenarlo ahora. Por eso mismo, no se molesten por la fama que lo sobrevive y que hoy rendimos tributo en esta página cultural.