¿La movilidad perfecta? según Escovar
La visión del futuro del escritor es un megatón de ácido sulfúrico sobre la visión ingenua de quien nunca piensa en el futuro, y por eso sueña tonterías, o sobre el discurso cínico de quien se lucra de la vulgaridad de una promesa.
La movilidad perfecta, según Andrés Felipe Escovar, será cuando nada sea. Ni cuando Bogotá sea Bogotá ni cuando la movilidad sea movilidad sino una inconstante inmovilidad solo interesante para posibles arqueólogos del futuro.
Andrés Felipe Escovar, es editor de Mil Inviernos, y en todo este tiempo de eulogias hacia el onanismo, además de convertirnos en el hazmerreír de muchas hienas nos hemos vuelto unos consultores sobre el futuro ni los más machos. Pues cuando alguien o algo quiere saber a dónde puede dirigirse en un ejercicio de prospectiva, piensa en nosotros, pero nosotros no queremos ir hacia ningún lado, ya que incluso habitando el futuro estamos desesperados por vomitar el mundo a nosotros incluyendo.
PERO ESTA ES LA DIFERENCIA ENTRE UN ESCRITOR Y UN CANTAMAÑANAS VENDE-MOTOS (O VENDE-VOLVOS EN EL CASO DE LOS URBANISTAS STATUS-QUO BOGOTANOS):
La visión del futuro del escritor es un megatón de ácido sulfúrico sobre la visión ingenua de quien nunca piensa en el futuro, y por eso sueña tonterías, o sobre el discurso cínico de quien se lucra de la vulgaridad de una promesa.
En este enlace pueden ver la visión de Escovar sobre la movilidad de Bogotá cuando no sea Bogotá:
¿Cómo sería la movilidad perfecta en Bogotá? Un experimento ilustrado
Andrés Felipe Escovar, escritor
«La movilidad perfecta se dará cuando Bogotá deje de ser Bogotá.
Para eso no falta mucho: basta con que la gasolina y el diésel sean artículos de lujo. O que toda nuestra civilización, basada en una adicción al empleo desmesurado de energía, incurra en una crisis de deprivación; no habrá con qué echar a andar los motores y, entonces, la gente deberá volver a las bicicletas (si es que alguna vez estuvo). Ni siquiera los vehículos de tracción animal serán económicos; su alimentación será tan onerosa como el uso de hidrocarburos. Además, ya se habrá corroborado que la utilización de las llamadas energías alternativas, es tan dañina como la otra.
Bogotá dejará de ser Bogotá pero aún habrá bogotanos que vivirán en el extrarradio: se habrán marchado cuando yo no hubiere nada qué consumir o, al menos, las monedas sean tan escasas como las frutas. Los supermercados semejarán las imágenes que sirvieron para sembrar pesadillas socialistas, como si no se hubiese necesitado una hecatombe política, que tanto hicieron temer, para desembocar en el espanto.
Al centro y demás los lugares que ocuparon los otrora grandes exportadores y especialistas en la bolsa y finanzas, a los conglomerados burocráticos y a los restaurantes donde los burócratas llenabas sus estómagos hasta irritarlos, los nuevos bogotanos irán para extraer materiales: será la extracción a los complejos edificios que resguardaron a los extractivistas pues, como se solía decir, ‘nada es gratis en la vida’.
Las calles empezarán a repoblarse de hierbas, de algunos insectos (los que sobrevivan a los incrementos de las temperaturas) y serán sinuosos caminos por donde los nuevos bogotanos intentarán recordar que, no hacía mucho tiempo, esos lugares estaban atiborrados de vehículos que ahora se descascaran y son utilizados como pequeños bancos de materiales para construir cosas que les permitan sobrevivir. Recordarán que alguna vez alguien se imaginó un espacio despejado donde la gente podía ir muy de prisa a sus trabajos, sin reparar que el daño no empezaba ni terminaba en un trancón».
Eliseo Diego o el lunes de la eternidad
Hoy nos prendamos a la eternidad; la llave para abrir la puerta que nos separa de ella es el par de ojitos, como botones oblicuos de oso chino que fungen de ojos, de Eliseo Diego, el poeta cubano que supo que el algebráico Aurelio Ángel Baldor se enamoró de un muchacho al que jamás pudo ver desde las costas sureñas de los Estados Unidos de Norteamérica. Disfruten de este documental porque hoy es un lunes travestido de sábado. Salud.
Joropódromo 2014 en Arauca

- Representación de la reina
- Grupo de ancianos danzantes
- Tarima con grupo típico
- Escena antes del inicio
- Zapateo criollo
- Grupos de niños bailantes
- Desde Villavicencio
- Las macheras del llano
- «Excelsior» y Amín Castellanos de «Chimó Psicodélico». renovadores de la música llanera
- Atardecer llanero
- Delegación de Saravena
- El evento cerró en la Alcaldía
Lo mismo que la Samba, el baile tradicional llanero del Joropo también cuenta con su desfile de escuelas de danza. Este evento se ha vuelto tradicional en las vísperas de las fiestas de la ciudad de Arauca, que se celebra el 4 de diciembre de cada año. En esta celebración de baile y folclor se reúnen varias generaciones, pueblos y regiones del llano que traspasan fronteras (de Colombia y Venezuela), tipos distintos de baile (unos más «autóctonos», otros más experimentales) y sobre todo, diferentes formas de ser llanero y habitar sus horizontes infinitos.
Este es un pequeño reportaje gráfico que pretende promover y difundir esta bonita actividad. Como dijo el chigüiro superatómico: me dieron ganas de zapatear hasta el centro de la Vía Láctea, camarita.
Acción de gracias de William Burroughs
Demos gracias por todas las macheras recibidas.
Las macheras vienen de lo macho que es todo; hasta la mariconería se hace macha cuando hace metástasis y el mundo completo se hace marica.
Agradezcamos por la marica Burroughs y sus oraciones emitidas con el tono de un maestro de ceremonias que vislumbra los finales tan mediocres y destructivos de nuestra especie.
Demos gracias por esta acción de gracias que hizo Billie en 1986.
Agradezcamos porque 1986 es igual a 2014 y, por tanto, William Burroughs aún vive para continuar enmaricando todo lo susceptible de ser marica y, a la postre, muy macho:
99 días de masturbación en CholoTube
¡¡
TESTIMONIO EXCLUSIVO PARA MIL INVIERNOS
!!
(El autor ha solicitado que lo mantengamos en el más férreo anonimato, por lo que lo mencionaremos como el Cholotuber)
El saxo suena y llegué al día 99 de mi experimento forzado. Todo comenzó con mi divorcio y los ataques de ansiedad que no mermaron pese a que mis uñas sangraban y mis carracas dolían más que después de una noche de cocaína.
Siempre he escuchado que la masturbación es el remedio más rápido para calmar las angustias, el problema es la resaca posterior a la eyaculada. Porque implica dos efectos a saber:
- Incremento exponencial de la ansiedad.
- Olvido de la sensación masturbatoria y por tanto un fuerte apetito de repetir el acto.
Por estos dos efectos el ciclo se puede repetir varias veces al día hasta terminar uno como un cadáver con los calzones almidonados.
Suelo ir al psiquiatra una vez a la semana, pero me da vergüenza decirle que a mis 33 años me masturbo como un chiquilín de 12. Este es un secreto que solo puede delatarse por el tamaño de mi antebrazo derecho, tan parecido al de Popeye el Marino.
Siguiendo el consejo de un amigo ingeniero de sistemas y hacktivista que lucha porque volvamos a vivir desconectados, me presté a un experimento sin parangón. Sabía de chiquillos que duraban 99 días sin usar su cuenta de face, lo mío era más radical: 99 días a punta de la célebre red social peruana cholotube.com
Otro muerto que llega: Nelson Henríquez
«De esa tristeza nace el guayabo
que hace sufrir a mi corazón»
Como en la novela de Eliseo Alberto, la eternidad para el cantante venozolano Nelson Henríquez empieza un lunes. Hoy ha fallecido en Miami y muchas de las canciones de sinsabor navideño han abandonado a su cantor. En Colombia fue una estrella eclipsada por la aparición de los salseros de los setenta. Nelson Henríquez cantaba a derrotas bailables y se ha convertido en el indiferente sonido de fondo de muchas caídas que derruyen la vida, envolviéndola en un tejido paquidérmico cuya tristeza es la hormona de un monstruo que ama con la sabiduría de la pérdida. Descanse en paz, señor Henriquez, descanse que la eternidad parece ser el bálsamo para tantos días sobre la Tierra y, si es algo muy tedioso, ojala no nos lo diga su fantasma para así seguir ilusionados con la muerte.
Habemus divortium
La imagen se amplía al pinchar sobre ella.
Uno se casa como si nada y se divorcia como si todo. Digo uno para evitar el vértigo de decir: me caso como si nada y me divorcio como si todo. Y loo digo así porque aguardo a otro divorciado que se resguarde del tedio sentándose en el banco de algún parque a mediodía, cuando pululan los oficnistas cansados, tirados sobre el prado, retardando los últimos instantes de luz solar que les queda en la jornada. Su después, el de los oficinistas, es retornar al cubículo y sentir la noche blanca de la luz halógena. El después del divorciado se cifra con la clasificación personal de sus divorcios: están los que cuestan años y retornan en los instantes de silencio, en las filas de pago de cuentas, en las salas de espera de consultorios odontológicos u ontológicos y se van a la salida de la cita con el analista que lo convence a uno, sin decir nada, de que se tomó la mejor decisión o con las dos o tres píldoras para dormir y olvidar que se vive y se está divorciado o con las dos o tres píldoras para despertarse y evitar soñar que se está siendo un divorciado una y mil veces, suspendido en el sueño que devasta y deja el sabor de una erección acomodada a la amargura de haber caído en un cansancio constante, lento, suave como cualquier torrente de un río que se seca. Y digo uno para embalsamarme con la virtualidad de que mucho divorciado debe ir al consultorio de alguien que parece escucharlo y tomar nota de lo que dice. Otros divorcios, su recuerdo y avivamiento, aparecen cuando uno se encuentra con quien se efectuó el divorcio, ese sujeto borroso y viejo y ajeno y a uno lo atisba algún intento de sonrisa y no queda otro remedio que intentar llorar, al menos por dentro porque por fuera hay que decir con la cara que todo sigue igual, que nada empeoró ni mejoró porque este todo sigue siendo terrible. Y digo todo por no decir: que nada empeoró ni mejoró porque esta vida sigue siendo terrible. O muy terrible. Van a vienen los divorcios, no como el mar ni sus olas porque el primero siempre está y las otras sólo llegan a la costa y desaparecen; las olas son como la vida y, como ella, se borran sin dejar la más mínima huella de su existencia, en suma, se olvidan. Los que sí van y vienen son los divorciados por los que digo uno; en sus caras se ve el divorcio aunque aún pasen la luna de miel. Un amigo con cara de divorcio desde que era niño, siempre que se divorcia me dice: habemus divortium. Entonces lo veo como un anunciador de pontífices, recién salido de un cónclave agotador y dispuesto a próximos divorcios. Habemus divortium, susurré mientras fotografiaba al hombre que parecía un Jonathan Franzen pero digno, con las piernas cruzadas, ansioso, tocándole la pierna a su esposa y ella, como si hablara por un celular, el celular invisible del hastío por alguien, ya está segura de que habemus divortium: uno se divorcia como si todo y se casa como si nada.
Memazos del 2013
Un año que viene y otro que se va. El 2013 fue otro año que se fue con todo y memazos. Memes que en ocasiones ejercieron su función como puntuación de Mil Inviernos. También sirvieron para comunicarnos con nuestros seguidores en redes sociales, de una manera menos formal que a través del estricto texto que nos esmeramos en subir y seleccionar directamente en la página web.
Estos son los memazos con los que se fue el 2013, mientras esperamos que el 2014 venga con sus respectivos pepazos:
- Tres consejos de un hacker suicida: Aaron Swartz http://milinviernos.com/2013/01/13/tres-consejos-de-un-hacker-suicida-aaron-swartz/
- «Me la hiciste tragar toda, pillo» Fragmento de Tríptico de Verano y una mirla.
- A celebrar por el natalicio de Edgar Allan Poe y el primer aniversario de Mil Inviernos (19 enero)
- El arte poética de los Rolling Stones
- RGG
- De la sabiduría de Eclesiastés
- Una marica llamada Genet
- Life of Pi
- El gran poeta argentino del siglo XX
- Felices 204 años, Charles Darwin!!!! http://milinviernos.com/2013/02/12/la-cabeza-teologica-de-charles-darwin/
- Se cayó el meteoro y Cioran, Juan y Sánchez Merlano nos dan sus impresiones http://milinviernos.com/2013/02/15/el-meteorito-segun-juan-cioran-y-sanchez-merlano/
- Wanda Uribe Villa muere tres veces en esta serie de fotografías. http://milinviernos.com/2013/02/16/las-tres-muertes-de-wanda-uribe-villa/
Murió Richard Matheson, mi amor. Es hora de volver a casa.
Iba manejando por la ruta perdida cuando en la radio empezó a gritar el enano: «y se siguen yendo los grandes». Entonces me enteré que había partido Richard Matheson. Matheson fue un escritor y guionista estadounidense de fantasía, ciencia ficción y terror. Autor de célebres historias como «Soy leyenda», «El hombre menguante», «El examen» y «Pesadilla a 20.000 pies». Reconocido, sobre todo, por su tono melancólico en la ciencia ficción. Ahora el enano empieza a confesar en la radio que alguna vez él fue un gusano que manejaba por la ruta perdida cuando en la radio empezó a gritar el enano: «y se siguen yendo los grandes». Entonces, siguió el relato el enano, empezó a menguar como las esperanzas, y mientras lo hacía se dirigió a una vieja estación de radio, creyendo que iba a desaparecer por la rapidez en que disminuía de tamaño y solo alcanzó a llegar hasta el micrófono para gritar: «y se siguen yendo los grandes», contar su historia, y desaparecer, mientras recordaba el tono melancólico de Soy leyenda de Richard Matheson, que en paz descanse.