La metamorfosis de novelista a poeta a través de la Ciencia Ficción
En 1979 la editorial Bruguera publicó una selección hecha por Groff Conklin intitulada «Los mejores relatos de Ciencia Ficción»; aparecen trabajos de Poul Anderson, Algis Budrys, Cordwainer Smith, Ray Bradbury y muchos más, conformando un volumen dividido en tres partes. Esta edición vino con una presentación escrita por el director español Narciso Ibáñez Serrador en la que se aprecia la división entre cultura popular y alta cultura, aunque aparecen algunos elementos germinales que buscan no desdeñar a la primera de manera tajante. Así mismo, se puede entrever el ascenso del escritor de ciencia ficción que deja de ser un mero novelista para convertirse en poeta gracias a uno de los elementos fundamentales de la ciencia: la observación. De modo que se asimila a la ciencia como una renovación del viaje urdido por Dante, aunque, junto a Virgilio va Einstein, guiando al urdidor de palabras que se pierde en los distintos estratos del cosmos hasta devenir poeta. A continuación, les presentamos el texto de Ibañez:
Prólogo
La Tierra ha sufrido una invasión, una conquista. No se trata de humanoides marcianos provistos de cinco ojos, ni de insectos venusianos superdesarrollados, no. Se trata de la conquista lograda por un nuevo género literario: Ciencia-Ficción o Fantasía Científica, como quizá sea más exacto denominarlo.
Desde luego, hay muchos críticos que, por no conocerlo a fondo, lo clasifican “como refrito moderno de los mismos temas en que se basan los relatos del Oeste y las novelas policíacas”; afirman que el monstruo extraterrestre que rapta a la muchacha es sólo un nuevo disfraz del eterno traidor al que tantas veces hemos conocido como asesino sádico recorriendo las cloacas de Londres, o como pistolero sin escrúpulos que siembra terror ymuerte en un pacífico pueblo norteamericano. En resumen, aseguran que la Ciencia- Ficción es sólo un nuevo género literario muy popular y, por lo tanto, carente de calidad. Un nuevo género popular, sí, de acuerdo, pero falto de valor o de calidad, no.