Señores pasajeros, soy victima del cosmos
Señores pasajeros, disculpen mi intromisión, no es mi gusto ni deleite pedir monedas en el trasporte público, pero de mis manos cuelga la necesidad y de mi boca surge el hambre, no tengo más alternativas, soy el hazmerreír del universo, soy víctima del cosmos, soy la herida de la inconmensurable estocástica, soy la llaga de la perfidia de los rayos sin control.
Vean ustedes lo que cuelga de mi vientre, una bolsa, un saco de plástico, una alforja diseñada por los médicos. Sí señores, una bolsa cuelga de mi vientre porque cago por la barriga y no por el culo, es mi cuerpo más raro que un mono con platillos, es mi panza la boca de un averno cloacal del que nunca hubiera sabido, si no fuera por los rayos que atravesaron mi inocente tez.
Soy lo que ven, gracias a los doctores, soy el que soy, el que puede ver lo que siempre fue un espectáculo privado para el retrete, veo mis excretas y mis heces brotar de las entrañas, nacer de las vísceras de mi existencia. Soy un hombre apresado a la bolsa de mis desechos.
Sí no les gusta lo que ven, imagínese lo que para este hombre ha sido, limpiar la boca de mis tripas; figúrese lo que para mí es, presenciar que la dulce milojita y los liberales, que en un instante deleitan ojos y paladar, se convierten ante mis sentidos en materia orgánica, abono útil para las maticas, abono maloliente que aquí mismo les enseño. Sí mis señores queridos, aquí les traigo lo que más desprecian, la bazofia envuelta en la anatomía de un hombre burlado por el bisturí y estafado por las promesas de un nuevo despertar. Les traigo el grotesco espectáculo, para persuadirlos, a ustedes señores pasajeros, de ofrecerme las monedas para vivir.
Así uso mis desechos, para obtener monedas con que comprarme la miloja, los cigarrillos y la leche pá los niños. Sí señores, ustedes me observan con enfado y con enojo, aquí ven al pordiosero de anatomía alterada, se percatan asqueados que mi morfología es repulsiva a las vistas y al olfato, señalan con su indiferencia el espectáculo de mi deformidad, yo solo espero que esta noche, en el calor de sus casitas y su hogar, le cuenten a sus hijos, a sus abuelos o a su madre, que hoy vieron a un hombre con el culo al lado del ombligo.
No fui así siempre, fue culpa del cosmos que propaga su energía por el universo, era yo un cualquiera con el culo bien puesto, igual a todos ustedes, mi culo entre las nalgas, mi ojos hacia a las estrellas, mi mente esperando visitantes, mi cuerpo acostado en la Peña de La Juaica, mirando hacia el abismo, cayendo hacia la nada, pensando en la abducción, cuando sin saberlo, un rayo cósmico visito la tierra, atravesó la atmosfera, se dirigió a la Peña y justo cuando una célula de mi colon había decidido dividirse, el rayo, con sus partículas subatómicas se encarnizo con mi intimidad genética e hizo transformar mi esencia biológica.