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Aniversario del dinero. Por Leonardo Bolaños


Es un bus del corredor azul hacia la dirección recta al Centro de Lima. Me lleva por Arequipa, no sé por qué quiero llamar la atención, o tal vez no quiera, escuchando música francesa, y otras melodías mientras se despiertan las acciones por el camino. Veo a una mujer, de pelo teñido rojo, con miradas discretas mira hacia mi derecha. El plan está completo. Voy a vender mis historietas a cambio de una historia. Cuando estoy a punto de bajarme, planeo algo espontaneo, voy a esa mujer de pelo rojo, y en unos pasos al frente, ante la mirada directa de sus ojos castaños, la invito a salir conmigo. Pero ella dice no. Bajo del corredor azul hacia Quilca. El camino está lleno de librerías. Siento la agresividad de cada metro avanzado, bajo el sol amarillo hay un cruce al que me dirijo, un cruce de autos y piernas, perdiéndose por la callejuela. Busco vender mis historietas, ese noveno arte ilustrado de superhéroes X-force. Siento la premura, el nervio en el tiempo que sucede, un giro hacia la derecha, por la sombra precisa del Quierolo, bocas abiertas en el bar, comiendo y saboreando el tiempo de una sustancia. Químicas de lo inesperado a cada lado, como un mundo de sustancias, me marean, me agitan, me lleno de nervios y busco un sentimiento muy exacto, muy contado. Busco la librería de aquellos comics gastados, en portadas plateadas y verdes del Hombre Araña, tomos de La Guerra del Inifinito. Historias hechas rectángulos, hechas cuadrados, medidas, calculadas para una finalidad precisa, contada. Un joven de pelo rubio, ojos claros, polo blanco, mochila negra a su espalda gasta su dinero para ser un nuevo tipo de propietario. Yo quiero vender esto por un precio muy exacto, pero desde comienzo del escenario, desde la definición del momento todo se vuelve apresurado, y el hombre al quién le hablo, para vender aquellas historietas de los jóvenes mutantes de X-force se va por el caño. Como agua de tinieblas que rodean la hermosa librería gótica de papeles gastados a 30 soles, al precio que estás buscando, me veo a mi mismo gritando. ¡Tú no sabes negociar! El círculo de aquél trueque de valores y percepciones químicas del intercambio se rompe abruptamente, como la caída desde un caballo, he herido el mío, y el otro orgullo de darnos materia, nuevas ideas, entretenimiento definida en los rectángulos coloreados de X-force. Salgo por estas rectas sombras hacia adelante, por aquella Quilca resonante de voces en cada espacio, en cada página sucia, en los carteles de la selección peruana de fúbol posando, en las revistas pornográficas de Soho, con pechos chorreando de cadenas plateadas y tejidas casi de una simbólica egipcia. Rostros agudos al espectacular comercio errante, casi ebrio de detalles, sustanciales como un sabor centrado, concentrado, por el Centro de Lima, y voy hacia la entrada y hablo con un segundo negociante sobre el posible encanto de un éxito monetario calculado. Y él mira mis ojos con suspicacia, interrogantes congeladas en el rostro del negociante, porque el quiere escuchar una historia creíble, el busca un personaje creíble en mis palabras, pero yo no creo que exista una forma de identificar la emoción que activa la mirada especulante. Como si fuésemos dos animales oliéndonos y viéndonos nuestros dientes, abrir y cerrar, metódicamente para ganar algo de dinero. Y este señor, nuevamente, me invita a retirarme porque me he dejado llevar por los impulsos, he sido desagradecido con muy poco tino, no puedo convencerme a mí mismo que quiero realmente ganar algo, sino demostrar que sé razonar, qué entiendo qué hay un elemento discreto en cada forma de hablar sobre el dinero. Y salgo, a la tercera puerta del negocio, invitándome con papeles, contratos, editores y abogados, camino por el establecimiento repleto de numerosos libros, series de comics, pornografía, siluetas dibujadas o caricaturizadas. No hay otro reemplazo para decir con palabras en el momento oportuno lo necesario, escueto, sencillo y claro. Como una forma de periodismo momentáneo, casi efusivo y con un ligero elemento festivo, veo la mirada brillante de la mujer que acepta mi estilo de negociar, tímida y rápidamente, sin nada más que buscar algo efectivo. Y ella me dice que espere, y en cada minuto que va pasando espero entre título de libros no abiertos, palabras sin comenzar, significado detenidos, con minuciosos detalles, quizás en algún otro material, veo las letras rojas dibujadas sobre el brazo en L de una mujer desnuda, como cruzándose cicatrices rojas dibujadas sobre la fotografía del cuerpo desnudo, vulnerable, hallado de aquella mujer. Como un simbolismo periodístico en un tipo de reliquia. Y cuando me doy cuenta, por esa calle no cruzan mujeres, ese tipo de mujeres exóticamente líquidas, como agua detenida en forma de carne, como goteantes muslos, etc. Y esto es adrede, ya empiezo a leer entre líneas. El libro La virgen de los sicarios en extremo de siete ediciones de otros materiales. Y entonces, ya sé, intuyo algo, y recuerdo a todas esas pornografías sentimentales de mujeres de corazones desnudos, pienso entonces en las prostitutas de los nombres estigmatizados por las costumbres de otras calles. Y entonces sigo con mi memoria, leyendo entre líneas porque ninguna mujer de esa apariencia cruza por estas avenidas. Y veo el garabato oscuro de los huecos molidos de las calles, las formas de marcar el territorio con hediondos olores, licores, quizás algún desafortunado vómito, quizás alguna otra forma arruinada de los colores impregnados de polvos, hollines, meados, ladrillos desnudos dando a ventanas ilustradas de habitaciones oscuras y, de quienes pobladas, noto un tipo de belleza advertida, premeditada en las banderas peruanas mal colocadas sobre las ventanas, como una huella de la desesperanza de encontrar otro símbolo menos errante de nuestra patria. Y todas estas sustancias químicas de enladrilladas paredes, vidrios golpeados como un impacto tétrico, yo no sé. Sé que todas estas referencias significan tener cuidado, y cuidarse también porque algo puede aparecer, como un significado oculto en todas estas transacciones del dinero por libros viejos, significados quietos. Y sé, de nuevo, que nunca he visto mujeres tan atractivas por este Centro de Lima como en las revistas. Y entonces sé que sí hay mujeres atractivas; las putas, las del cariño alquilado, la de la química alquilada y maquillada de agudas prominencias, como un atuendo recortado en una daga clavada sobre los tacos altos, como un peligroso infarto cuidado y alquilado de orgasmos, sigo pensando en todo este significado quieto, viejo, descuidado, sucio y penetrado de malos cálculos construidos, como un maquillaje descuido en las viejas maderas de las ventanas con la bandera colgando, rindiéndose estos espacios a un descalculado tipo de descuido. Entonces sé que esto me advierte. ¡No deben caminar mujeres por estos espacios, peligro! Entonces sé, sin esas mujeres no hay competencia con las otras mujeres que performan su sexualidad con los extraños. Sería entonces muy malo tener competencia entre putas de revista y putas Quilca. Luego de un rato, me dan el dinero de la venta de mis comics de X-force. 45 Soles por 45 números de X-force, todo gratis.

El delito de arenales, un fantasma elegante me ha dado la mano. Por Leonardo Bolaños

Para Arcadio

Es 31 de octubre, por la calle Condomo, el desfile de apariencias con máscaras y capas, metralletas negras, orejas de elfos se aglutinan en momento cuando todo vuelve a dispersarse entre el dolor del combustible ardiendo de los autos pasando, las bocinas y el manto nocturno que nos rodea. Aquí lo niños se convierten en superhéroes, a dónde, a mi costado las chicas se ponen sus orejas de ratones, como si se tratasen de druidas, chamanes, camaleones, brujería. Monstruos precisos con máscaras de fantasmas o la muerte de gran boca larga blanca y ojos duros de una petrificación negra en el plástico brillante y novedoso de una alegría por este día que pasa. Muchos de los transeúntes exhiben sus rostros, sin mayor elegancia o homenaje a este día. Y entonces entran y salen entre restaurantes y en mitología de fetiche contemporáneo del espectáculo del bien y el mal en talla 32, verde o amarilla, oscura o fría, sensualidad del triángulo de arco de una corona dorada sobre pelo rizado, teñido de castaño, de mujer con emes de su cuerpo a los acostados anchos, y la magia, la ciencia, lo horrible, y lo bello se juntan en un sólo momento. Mary Shelley, inventora de la ficción de la ciencia ficción, qué mundo descrito ahora confundido en tantos libros, tiendas, ofertas y tantas otras pasando con piernas y máscaras riendo, me pregunto, qué me has dado, por el amor de Satanás (broma lectores) me han dado. Ruidos de estos en un mundo de invitaciones, visten de negro y entonces veo un travesti usándose una apariencia de mimo, y cara de actor maquillada de blanco, ¿es una broma, Guasón? Veo a Mario Bross ¿y me pregunto dónde estará Dorian Gray? ¿Dónde está el Sargento Pimienta? ¿Esto es la calle Arenales? ¿Pero, me permiten en mi confusión, por favor, mi muy desconocido y lejano vecino, lector, preguntar, si he llegado al Planeta de los Simios? Y entonces, veo un ángel vestido de rayas violetas a los lados, alas negras tras sus brazos, bondad en las curvas de un camino que lento rápido hay que pedir mucho permiso entre tanto paso, aquí al suelo, allá al piso, hombres, y hombres desaparecidos, mujeres que aparecen, rostros ocultos, con las manos en los bolsillos, yo saco unos cigarrillos, y empiezo a pensar este camino, ¿Entro o no entro a Centro Comercial Arenales? Disfraces de mujeres Neón, será posible un halloween eterno de disfraces en un segundo futuro dado, mujeres robóticas de neón, qué disfraz se refugia entre la sombra precisa del tambo, a unos metros a la izquierda, a unos metros a la derecha, Hotel Condomo. La triangular máscara de V de Vendetta entre otras apariencias, publicidad y los tickets por la radio. Por cierto, estoy perdido en un caminante desierto de caretas, con escaleras que van arriba y otras hacia abajo, paseando entre vitrales de plástico líquido de juguetes atractivos, cuando entonces encuentro a Francisco. Él busca calidad a través del espejo, y en los productos en cajas relucientes como enormes cuadrados colorados, o quizás me equivoque, unos cuadrados y otros rectángulos con juguetes pintorescos, alégrate ahí está un juguete del malo, del bueno, y Francisco mira atento y concentrado, cruzando los brazos, con una casaca marrón desentonando entre los jóvenes con otros colores. Entre lo que está viendo, no es lo que quiere, quieto y parado sigue buscando, vino de Lince, quieto como un juguete de plástico, igual postura, igual emite una sensación con color, emoción, ¿pero de quién estoy hablando? Cuando Francisco y yo estamos observando la alegre sonrisa del villano de juguete, algo así dice algo, una emoción definida en el plástico, y el juego del color… Hay mucho que ver, una bella mujer que nos quiere engañar, burlar, sorprender, o no sé qué, al frente, disfraza de policía nos “proteje” o se “proteje” de qué, no sé, pero entonces, con tanta preparación, no debe ser aburrida. Oh, el aire, ese aire a fritanga, salchichas, unas nubes en miniatura de pop corn cayendo sobre el piso en rayas de mayólicas de marrón pálido, marrón madera, y combinando con el negro en una pequeña circunferencia, el aire de nuevo es denso y se infla y desinfla como una goma pegajosa en una primavera multifacética. Yatám, un jovencito redondito, de lentes en juego ovalado, cachetes amplios, ha venido con su barba para compartirme su profetización, de que esta fiesta es del Diablo, que los juguetes son del Diablo, mirando a través de sus lentes ovalados me señala a la derecha está el Diablo, y entre el tumulto y el caos, me dio curiosidad por el dato, de dónde vienes, “vengo de Independencia”, doy media vuelta y él se ha ido rápido, y yo voy en paralelo por la derecha, doy vueltas, ante una raspadura de palabras rebotando entre los espacio de derecha a izquierda, de arriba hay alguien, los otros, que escucho abajo. Hoy Hip Hop, una mujer con máscara de calabaza, vestida de verdura negra y rayas anaranjadas toma un ramo de flores jugando con los mismos colores de hojas pequeñas, arrugadas, como tambaleándose por ondas en el aire. Y en el enorme lugar pesco zapatos, esos de taco largo, o puede bajo, negros polos y otra vez, por qué tantos polos negros, y pesco gorras, atuendos jugando en múltiples distancias desconocidas y unidas en un fetiche de nosotros. Interrumpo, porque me resulta interesante decirlo ¡ya! Qué brazales, brillos, o iluminados aretes, mágicos, pregunto a la mujer que veo, ¿son talismanes, son amuletos? Encanto. Hay comida, por supuesto, su fetiche máximo es la canchita, papas fritas, gaseosas, etc, etc. Bienvenido al espectáculo del Centro Comercial Arenales. Entro a un local para ver las figuras de acción. Observo al juguete de Carnaje, un alien simbiótico de Spiderman, que lo dibuja, aquel artista Todd Macfarlane, y qué interesante veo mi juguete del enemigo favorito de Beast Wars, serie digitalizada de por allá en los años 2000 sobre robots un poco lentos en cazarse, pero que se transformaban en animales. Megatrón a sólo 449 soles de este simbólico fósil de un tiranosaurio rex, en juego oscuros de violetas y rugidos gigantes, en su caja coloreada de otros colores, mirándome con malicia, exhibiendo los dientes cerrados y petrificados como el plástico muerto de un objeto. Ah, entonces camina la joven risueña, alegre, delgada, rizada, con una cicatriz roja pintada en la cara a pasearse y encontrarse con otros, otros recovecos por representar el susto alegre: ¡Buh! ¡¡Deadpool!! Un hombre con cara de parka me inquieta, me sorprende, camina adelante y con esa careta, desconociéndolo y sin entender exactamente qué estoy viendo, me doy cuenta, él sabe de disfraces, o ropas, o lugares. Veo algo imposible de creer que alguna vez eso le interesaría a alguien, no sé, alguien que ha leído más de una cuenta, comics, libros, obras y otras notas, como le interesaría a alguien un juguete de Batman de 80 años, gordo, musculoso como por esteroides con un Robin afeminado, bajito y peinado, ¡y vaya! Peinado de surfista con gafas antiareas para los saltos mortales… Qué sube y baja por mi vista, es el juguete de la Obra Maestra, así, con mayúsculas, de la muy buena obra del autor Frank Miller, qué dicho sea de paso, fue mi primer escritor a quién copié, en esa obra representada, qué también copié, con el juguete de Batman a un precio que, francamente, con una sorpresa cómo esa… No sé, la verdad, quién podría gustar con tanto aprecio una obra de los 80´s para una industria tan golpeada como los comics, ese, carambas, es un fetichismo extraordinario. ¿O sea, que ese juguete es para que hable como Frank Miller, en comics dibujó? Así llego a una imagen, esa imagen que me muestra un deseo congelado en fetiche contemporáneo, pies, manos, pechos, ropa de baño, abierta de piernas sentada en V, brazos arqueados, y un triángulo ánime del rostro de un juguete de mujeres japonesas de plástico, pequeñas, para llevar en mano. Y así volteo a la izquierda y ahí está los feroces, los fuertes, los heroicos vengativos odios masculinos con músculos inflados plástico para pelear por un concepto de honor y caballería, muy medieval, diría yo. Y justo cuando estoy a punto de irme me doy cuenta. Esas “mujeres”, oh, esos juguetes están diciendo a mi costado: “eres mi mano derecha”.

La obsesión de Alan Poma por una ópera futurista

Alan Poma tocando la guitarra

Alan Poma tocando la guitarra

Conocí a Alan Poma durante mi residencia en Escuelab, en ese entonces él estaba interesado en hacer un proyecto de radios comunitarias para el centro comercial Polvos Azules (alguien debería hacer una película de ciencia ficción sobre  piratas comerciales allí) . Después, Alan participó en la plataforma experimental futurista CON-TEXTOS Alternos que realicé en dicha institución. Allí los presentes tuvimos la oportunidad de escuchar los primeros esbozos de esta idea que lo traía obsesivo durante varios meses, La victoria sobre el sol: 

una ópera futurística  compuesta por Mikhail Matyushin (San Petersburgo, 1871) presentada en Rusia en 1913 y que fue considerada en su tiempo una pieza de teatro de la “integración” por ser una de las primeras muestras de colaboración multidisciplinar, que tiene como tema la muerte del Sol.

La idea en ese entonces era realizar una ópera utilizando como instrumentos sonoros la emisión de los planetas, archivos que se encuentran para libre descarga en varios repos de la NASA, entre otras fuentes. Hablar con Alan  en ese entonces era hablar de la música de las esferas y del futuro de destrucción del sistema planetario.

Con los años la idea ha evolucionado, haciéndose más compleja y ambiciosa. La obsesión  en Poma es una virtud.  Y haber sido testigo de los primeros meses del nacimiento de esta idea me resulta muy grato, pero ver cómo ha crecido este proyecto (e imaginar hasta donde puede llegar) me llena de mucho orgullo por Alan.

La victoria sobre el Sol se ha presentado en distintos lugares en Lima, Perú, como: la Galeria Luis Miroquesada Lima, en el Planetario Nacional, Plazuela de las Artes, Goethe Institut entre otros, en Junio del 2014 fue presentada en el Museo Experimental el Eco en Mexico D.F y será presentada en San Petersburgo (Rusia) en Agosto del 2015

Hoy presento el trailer y extiendo la invitación para asistir a la versión primera de esta ópera que será presentada en el Museo de Arte Contemporáneo (MAC) en Lima.

 

Evento en face: https://www.facebook.com/events/925276180863022/ 

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El doble horizonte de Alejandro Jaime

Este post está tomado de: Globalizado con previa autorización de su autor: Juan Arellano.

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El arte contemporáneo y yo no nos solemos llevar bien. Los motivos son varios y no vale la pena hablar de eso. Sin embargo una reciente exposición del artista Alejandro Jaime, me resultó muy interesante y hasta divertida.

Doble Horizonte, presentada en la Galería Pancho Fierro, propone, tal como dice en el brochure “trazar una frontera tenue entre tierra y mar, cerro y cielo. Darle forma pictórica al informe urbano, y crear una conexión poética entre el apu más cercano de Lima y el centro del poder ejecutivo del país. Unir virtualmente los cultos prehispánicos de antiguos Horizontes con el horizonte democrático que vendría a ser representado más por la proliferación urbana que por la sede del gobierno central.”

Para esto Alejandro Jaime, y la curadora Patricia Ciriani, se inspiran “en dos hitos vecinos del poder peruano, el Cerro San Cristóbal y el Palacio de Gobierno”, y aunque parezca un poco loco, la verdad resultan inspiradores las reflexiones que genera observar las conexiones que el artista va estableciendo entre estos dos puntos tan conocidos por los limeños.

La exposición consta de dos instalaciones o montajes principales y varios bocetos y fotos que constituyen parte del material de documentación del proceso de creación.

El primer montaje es una representación de la ascención y observación de Lima desde el cerro San Cristóbal, contando incluso con cierto sonido ambiental. Además, y esto fue lo que me resultó divertido, se tiene que subir a ella para, supuestamente, ver Lima. Así que uno podía literalmente, caminar por la obra de arte, cosa que hice y grabé por supuesto:

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Hunter S. Thompson: Diálogo epistolar durante un viaje de Aruba a Río (1962)

Diálogo epistolar durante un viaje de Aruba a Río (1962)

Tomado de The Great White Shark Hunt.  Strange Tales from a strange time. Gonzo papers volumen I de Hunter S. Thompson.

Traducción: Francesco Vitola Rognini.

Hunter S. Thompson en el Diario El Heraldo de Barranquilla

Hunter S. Thompson en el Diario El Heraldo de Barranquilla. Fuente: A foot Loose American

Durante los pasados siete meses, el periodista Hunter S. Thompson ha estado rondando Sur América. Sus reportes informativos sobre las condiciones sociales, económicas y políticas han venido apareciendo en The National Observer.

Pero hay otro lado de la reportería que raramente se presenta en reportes formales –las experiencias personales del excavador, del periodista inquisitivo-. Estas, con frecuencia, entregan fascinantes revelaciones sobre  terruño y su gente.  Atestígüelo en  estos extractos de las cartas personales del señor Thompson a su editor en Washington.

ARUBA.

Parto para Colombia en un bote contrabandista dentro de unas horas y me afano para dejar esto listo antes de irme. [Artículo sobre Aruba, The National Observer, Julio 16.] Es probablemente muy tarde y muy extenso para tu gusto, pero espero que no, porque creo es una buena y válida mirada a la política insular, personalidades, etc.

En unos tres días planeo estar en Barranquilla, Colombia. Después de Barranquilla, planeo subir por el Río Magdalena hasta Bogotá, de ahí  a Perú a tiempo para las elecciones del 10 de Junio. Pero esto es tentativo.

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«La Fulminante» detonando en Lima

En cada espacio una nueva intervención, esta performance-cabaret se transforma de acuerdo al lugar donde se presenta.

Esta fue una breve intervención nocturna de «La fulminante» en el tradicional parque Kennedy, frente a la iglesia, en el barrio Miraflores de  Lima, realizada el 29 de abril del 2013.

Mayor información sobre La Fulminante: www.lafulminante.com 

DETONANDO EN LIMA. Baile ligeramente indecente frente a la iglesia de Miraflores. from Nadia Granados on Vimeo.

Carlos De La Torres Paredes es DE ARTES TOMAR

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El 24 de abril se estrenó por Internet el microprograma de entrevistas a gente relacionada al arte y la cultura DE ARTES TOMAR. El primer episodio estuvo dedicado al joven escritor peruano Carlos De La Torres Paredes, autor del libro de ciencia ficción «Los Viejos Salvajes».  En este video, con un formato informal, bastante urbano (grabado en las calles de Jesús María, en Lima) el autor conversó sobre la importancia de la literatura fantástica para el Perú, en especial la literatura de ciencia ficción,  también habló sobre sus gustos personales y, por supuesto, sobre su más reciente novela. Explica, asimismo, sucintamente, la propuesta  presente en  «Los Viejos Salvajes» una intención por combinar los elementos de la Ciencia Política dentro de los convencionalismos de la space-opera.

Reseña:  Los Viejos Salvajes por Daniel Salvo

Virus infinito. Un poema de ciencia ficción sobre lo imposible

Extraño objeto capturado por el Hubble

Leí el poema «Virus Infinito» de AndrésFelipe Escovar en mi presentación sobre Tecnologías Imposibles, en el evento de Tecnologías Posibles organizado por Iván Terceros y Escuelab en el Centro Cultural España de Lima, en octubre de 2010. Además de este poema, recuerdo haber hablado en la charla sobre los sueños y de personas que se corrían sobre las pantallas de sus computadores portátiles.

Sobre este poema, Andrés Felipe Escovar escribió:

Estoy emocionado por la aeronave que fotografió el Hubble, apareció el mismo día que nuestra Álgebra resplandece junto con el grandioso Marsellota.

A pocos días de ver la re-impresión del Tríptico de Verano y una mirla, publicada en Chile, encuentro pertinente compartir este poema con nuestros lectores de Mil Inviernos:

VIRUS INFINITO

Andrés Felipe Escovar

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Una arqueología de una Lima que ya no existe. Entrevista a Alfredo Bryce Echenique

Entrevista a Alfredo Bryce Echenique en el programa «Abre los Ojos» conducido por Beto Ortiz en el canal Frecuencia Latina. Read More…

Documental peruano: "La fuga de talentos"

Vaselina, una de las bandas que aparecen en el documental.

La Fuga de Talentos es un documental realizado por los artistas peruanos Fermin Tanguis Figueroa y Karen Bernedo,  directora general del Museo Virtual de Arte y Memoria.  En esta realización vemos varios artistas narrando sus propias vivencias y la manera en que ellos perciben su condición por fuera de su país, o la posibilidad de irse, como el poeta Domingo Ramos. También es un reflejo de las precarias garantías que existen en el Perú, como en tantos otros países latinoamericanos, para quienes aspiran hacer del arte una profesión. Read More…