No habrá más masturbaciones pero sí olvidos (extracto de K-Pax, la novela de Gene Brewer)
La tierra prometida no está en la Tierra; se enciende a nuestros ojos en las noches despejadas, cuando no hay un computador cerca que nos permita acceder a Yourporn y debemos salir a caminar y cancelar los roces genitales. Porque los alienígenas y sus lejanos planetas evaporan las aflicciones que los psiquiatras convierten en locuras:
Además de autistas y catatónicos, en esa planta hay pacientes con diversos trastornos que tendrían problemas para relacionarse con los de las dos primeras. Por ejemplo, hay varios comedores compulsivos que devoran cualquier cosa que caiga en sus manos: piedras, papel, hierba, plata; un coprófago cuyo único deseo es ingerir sus excrementos, y a veces los de otros; y varios pacientes con problemas sexuales graves.
Uno de estos últimos, apodado «Whacky» por un alumno hace tiempo, se está masturbando a todas horas. Le excita cualquier cosa: los brazos, las piernas, las camas, los cuartos de baño…
Whacky es hijo de un prestigioso abogado de Nueva York su exmujer, una conocida actriz de seriales televisivos. Por lo que sabemos tuvo una infancia normal, sin represiones ni abusos, tenía un tes eléctrico, jugaba al béisbol y al baloncesto, le gustaba leer y tenía amigos. En el instituto era tímido con las chicas, pero en la universidad comenzó a salir con una compañera de clase muy guapa. Aunque era alegre y abierta también era muy coqueta, y le seducía sin llegar nunca «hasta el final». Loco de deseo, Whacky siguió siendo virgen, como Russell, durante dos interminables años; se estaba reservando para la mujer a la que amaba.
Pero el día de su boda ella se fugó con un antiguo novio que acababa de salir de la cárcel, y dejó a Whacky plantado en el altar (y a punto de estallar). Cuando le dijeron que su prometida había huido se bajó los pantalones y comenzó a masturbarse allí mismo, en la iglesia, y no ha dejado de hacerlo desde entonces.