Tag Archive | José David Castilla Parra

El último viaje, por José David Castilla Parra

El último viaje

Por

José David Castilla Parra

 

space-955346_1920

Imagen liberada para dominio público. Contacto del artista sade@eathdawn.co.hu Si desea donarle: paypal

“(…) y sé que alguien, en el tiempo,

conservará mi recuerdo”

Miquel Marti I Pol

 

Las gotas de sangre se deslizan por sus manos. El capitán mira las estrellas, ignorando ese líquido cálido que se toma cada filamento de su piel; se queda de pie, perdido en esas luces que se desvanecen a velocidades impensadas. El universo desaparece sobre nuestras cabezas.

Estamos asustados y lo único que podemos hacer es mirarlo a los ojos, sumergidos en el miedo que se toma la cabina de proa. La jeringa vacía se pasea por el piso, mientras que la heroína se roba cada glóbulo rojo de sus venas. No es el mismo sujeto de hace un minuto, este hombre que mira las estrellas nos da más miedo.

Nos apunta con sus endemoniados ojos atrapados entre unas arrugas nacientes. Intenta continuar su discurso de hace un rato. Su voz ronca retumba en las paredes de la nave. “Todo fue destruido…ya no tenemos ningún lugar a donde ir, ni razones para continuar con esta estúpida misión…”

“Nuestra raza no tiene salvación… ya nos jodimos ¡Mátenos a todos, capitán! ¡Por favor!”. Suena la voz de temblorosa de uno de los nuestros.

Nos mira. Callamos, todos sabíamos que dentro de muy poco tiempo nos encontraríamos con la muerte, pero no queríamos mirar directamente a nuestro asesino… el viaje continúa.

Es un buen capitán, sabe imponer respeto.

(Narración continuada por el capitán varios días terrestres después del aterrizaje)

Cómo cuesta entender el paso del tiempo sin un sol que te guie. Debo confesarle que aún me guardo una pequeña dosis de heroína para disfrutar el momento de mi muerte. La soledad de este paisaje me terminará aplastando. Las leyendas cuentan que este es el mundo más oscuro del universo, donde los dioses hedonistas venían a terminar sus días.

Puedes escuchar el viento que golpea las hojas de los miles de árboles que crecen salvajes. Son una marea de un color carmesí que brilla en la distancia y coquetea con la oscuridad de un planeta en el que no hay ni un solo ser pensante que me reconozca en sus caminos.

Read More…