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Roswellita

Imagen elaborada por Anbilli

 

Me disfrazaron de virgen y curé cánceres de pulmón, hígado, oído, lengua, próstata, recto, útero, garganta, hueso, nariz, vagina, cuello, ano, sangre, testículos, cerebro, colon, ovarios, páncreas, esófago y vaso.

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Aparecía en medio del aire y me diluía entre las respiraciones de quienes se prosternaban, casi siempre enfermos, al verme.

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Y, mientras me evaporaba, de mis párpados salían palabras que delineaban el futuro.

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Me enseñaron a hablar los mismos que me sacaron de los escombros de la nave y le extirparon las vísceras a papá.

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 Papá, ¿tuviste vísceras?

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Los grises somos las sobras de los dioses que escupieron sobre el universo; de cada escupitajo surgieron las razas que he olvidado por el golpe que me di al caer en el polvo y la hierba seca.

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Rachel, la hija del físico, me tocó la entrepierna, mientras nos enseñaban historia natural,  y me dijo que yo era como el esposo de su muñeca porque no tenía ni ranuras ni bolitas arrugadas ni nada.

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Y sin testículos me reproduje: mis hijos brotaron de mí, multiplicándome. A medida que nacían yo  me achicaba hasta que desaparecí y me hice pensamiento.

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Creyeron que huí de la mano de un soviético infiltrado.

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Para un pensamiento no hay ahora; se infesta en cualquier criatura que respire; se ilumina a través de contracciones musculares y vuelve a salir rumbo a la Noosfera.

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No necesito brotar en el aire para que me vean. Basta con que el accedido por mí cierre los ojos, me figure como la madre de Jesús, se arrodille y me pida palabras de un futuro que delineo con verbos, aunque el tiempo en mí no discurra.

Vestigios anunnakis en Bogotá

 

En el mismo lugar en donde se da sitio el encuentro de los makers y cyberpunks de Bogotá, se esconde un secreto milenario que nos revela la calidad infeliz de toda empresa humana. Son las pirámides de los Anunnakis. Tengan cuidado con los ojos claros, señores, porque en donde menos se lo esperen, allí están esperando al acecho los opresores de  nuestra especie. Fijaos en los iris de Charles Darwin y notarán la conspiración reptiliana. Eso no solo está en Siria ni Crimea, también en un pedazo de Bogotá, y para ser exactos, en cada uno de sus corazones.

Es hora de tener mucho miedo, estas oleadas de pánico, ya lo decíamos, no venían sin razón aparente; era que sentíamos la presencia reptil muy cerquita.

Les contaré un secreto: Yo me casé con una reptiliana. El matrimonio duró tres meses, lo suficente para que ella acabara con la poca autoestima que me quedaba, me reprochara mi amor por los padres, y que le pidiera besitos después de haberla penetrado de una manera fútil. Sus ojos eran cristalinos como el cielo de las tardes en las que se otean grandes episodios de lujuria.

Pero dejémonos de cuentos, todos sabemos que Bogotá es una ciudad vikinga y los vikingos son anunnakis y los anunnakis lo peor para quienes queremos una pizca de amor.

Atención amigos, no crean en el Jesús de las pinturas. Ese es un vulgar anunnaki. EL verdadero Jesús tenía un ombligo saliente, dientes torcidos, ojos marrones, calvicie prematura y unos cachetes rojos e hinchados como los de un sapito (sapo = reptil bueno).

Así que quienes tengan ojos que vean, porque pirámides anunnakis son las que abundan en esta ciudad vikinga. Todo se ha ido a la mierda y de ello dan fe todas las razas extraterrestres que nos han hibridado para después largarse y abandonarnos con nuestras masturbaciones.

Dulce Jesús Mío mi niño adorado, ven a nuestras almas, ven no tardes tanto.

Salvador contra los filisteos

los gatoides están con la versión cristiana de Freixedo

los gatoides están con la versión cristiana de Freixedo

 

Cuando nuestro Salvador muera todo será muy pero muy macho. No habrán lágrimas  de sangre que caigan del cielo, aunque como dice León Bloy

Quisiera que estuvieses a los píes de Jesús y que no os faltasen muchas lágrimas.

Quare tristis est, anima mea ¿Por qué estás triste alma mía y por qué me perturbas.

Nosotros, para efecto de  interpretación rabí, cambiaremos perturbar por masturbar. Entonces la oración cristiana dirá:

Líbranos de toda masturbación

Pero si la masturbación es Salvador Freixedo, y cuando él muera será todo muy macho, ¿macho es todo aquel que no se masturba?

Ya no quedará quien enfrente a los magufos literatis y procesalistas del cristianismo primitivo. Esos, que con arrogancia, dicen que no se pueden entender a Cristo por fuera del contexto de la Palestina de su época. Y  la única palestina que conozco me obliga a masturbarme con la diestra y la siniestra, intuyendo esas lejanías que para mí son como desiertos biblicos.

Los magufos hablan de doce mesías más hasta la llegada del levantamiento judío contra el Imperio Romano. Incluyen en su listado de infamia a Teudas que fue decapitado por órdenes del procurador Fado, y ellos creen que porque sacrificó su vida es un mesías, cuando los mesías después de la muerte de Jesús no hicieron cosa distinta a masturbarse. Y esto lo sabían muy bien, tanto don Salvador Freixedo como Jiménez del Oso, que a la salida de la grabación fueron a celebrar el día del cannabis (4/20) , como dios manda, es decir, liando unos porros y viendo redtube a través de las puertas paradimensionales a las que tienen acceso.

Ha muerto el moderador, Jiménez del Oso, no sin antes dejar un dibujo de él volando un ovni como si fuera un cometa. Los otros siguen dando bolas, con sus novelitas sobre Jesús dentro de unos parámetros de la sensatez  que el mismo Mesías proscribió. Salvador no ha muerto, pero ya casi, y nos va a dar muy duro, porque como decimos: ese día será muy macho. Y ya no sabremos si la masturbación nos perturbará.

 

El fútbol y el silencio, historias de primera comunión

primera comunion

La primera comunión es un ritual central en la vida infantil en Colombia así como en los países de tradición Católico Romana. Por medio de este ritual los niños entre 7 y 11 años se comprometen –la mayoría sin ser conscientes de lo que hacen– a cumplir con los mandamientos y dogmas de la fe cristiana y de la religión católica, apostólica y romana. En Colombia la costumbre dicta que al terminar la ceremonia eclesiástica se debe proceder a una fiesta en la que se ofrece comida y se tolera el consumo moderado de alcohol. Hace un par de semanas asistí a una de estas celebraciones. En este post describo brevemente las características de esta extraña celebración y narro dos historias que escuché allí. La primera es la historia de un joven dark y la segunda es la historia de la confesión de un escritor adulto.

¿Y dónde está Jesús?

La primera comunión es un ritual sacramental de la iglesia católica, que se practica mayormente en los países con mayor incidencia de la religión católica en Europa, Centro y Sur América. En este ritual una persona recibe por primera vez recibe la comunión, es decir el cuerpo y la sangre de Jesucristo. En Colombia este ritual se realiza popularmente de manera colectiva cuando los niños tienen entre 7 y 11 años. A los niños se los junta en la iglesia del barrio o en los colegios que ofrecen una instrucción católica en cuarto o quinto de primaria para instruirlos y llevar a cabo el rito. En nuestro país después de la ceremonia eclesiástica la familia del niño ofrece una reunión en la que a los convidados se les ofrece comida y aunque no es la idea, los mayores pueden consumir bebidas alcohólicas con moderación. Read More…

El evangelio según Norman Mailer

Mailer

En 1997 Norman Mailer dio a conocer su evangelio; es una versión personal de Jesús y el nombre del libro es «El evangelio según el hijo». El escrito está narrado en primera persona, es decir, el propio Jesús cuenta su historia y, además, hace matices y precisa muchas de las versiones que fueron vertidas en los evangelios que, finalmente, resultaron constituyendo parte del Nuevo Testamento establecido por las autoridades religiosas del cristianismo. Por lo tanto, este Jesús de Mailer ya ha leído gran parte de lo que se ha escrito sobre él y escribe desde un lugar y un tiempo que nunca se le develan al lector. Quizá esté alojado en el paraíso donde  escruta los miles de testimonios que se han erigido en torno a su figura y se plantea las distintas posibilidades que hay de ser un mesías.

Les presentamos el pasaje en que Jesús salva a una prostituta (María Magdalena) de ser lapidada, como lo establecía la ley de entonces:

Como me temía, era hermosa. Su cara era de huesos delicados, y el pelo le caía sobre la espalda. Llevaba los ojos puntados con buen gusto. Era dulce, aun cuando en su boca hubiera orgullo y necedad.

Durante años, mi horror hacia la fornicación me había llenado de pensamientos de lujuria. Había sufrido los estragos de la furia reprimida. Pero ahora oía la amable voz de un espíritu. ¿Era su ángel que reclamaba misericordia? Vi a aquella mujer entre los vapores del pecado. ¡Y con un extranjero! Aun así, era una criatura de Dios. Quizá estuviera cerca de Dios de un modo que yo no podía ver, incluso – ¿era posible?- mientras se revolcaba en sus fornicaciones con un extranjero. ¿Era, pues, tan diferente del Hijo del Hombre? Él también debía de estar cerca de todos los extranjeros. Sí, era posible que ella estuviera cerca de Dios mientras las manos de Diablo abrazaban su cuerpo. Su corazón podía estar unido a Dios aun cuando su cuerpo estuviera cerca del Diablo.

Así que cuando aquellos fariseos, silenciosos y pacientes como pescadores, volvieron a preguntarme: «moisés y la Ley lo mandan. Esa mujeres debe ser lapidada. ¿Tú qué dices?» Me incorporé y les hablé no sólo a mis discípulos, sino a todo el círculo de escribas y fariseos. Dije: «Si tu mano te ofende, córtatela» Cuando me miraron, dije: «Es mejor entrar en la otra vida manco que con las dos manos en el infierno.» Vi miedo en sus ojos. «Si tu ojo se ofende, arráncatelo. Es mejor entrar en el reino de Dios y ver sólo con un ojo que entrar con los dos ojos en las llamas. En el fuego del infierno no muere el gusano que te devora la carne.» Me quedé atónito. Dejé de sentirme preocupado por aquella mujer. Así que dije: «Aquel de vosotros que esté sin pecado, que tire la primera piedra.»

Hubo un tumulto. Fue tan repentino y violento, que casi perdí el equilibrio, y tuve que agacharme una vez más y escribir de nuevo en el polvo, como si me importara más lo que mi dedo podía decirle a la tierra que todos ellos.

Pero pronto su furia comenzó a remitir. No tardaron en huir. Ahora les oprimían sus malas acciones.

Los vi marcharse. Se fueron uno tras otro, empezando por el más anciano. (Que era quizá, el que acarreaba más pecados.) El último en marcharse era joven, quizá casi inocente. Me quedé solo. Incluso Pedro se había marchado. Sólo la mujer seguía a mi lado.

Al principio fui incapaz de mirarla a los ojos, pero por fin lo hice. Y al hacerlo, lo que vi no fueron sus ojos, sino que, como en una especie de sueño inducido por Satanás, oí un versículo del Cantar de los Cantares: «Las curvas de tus caderas son como collares, obra de manos de artista, y tu ombligo un ánfora redonda.» Me dije que estaba en presencia de los ángeles maléficos. Porque sentía mi propia maldad, y era abundante y tenebrosa y pedía ser dejada en libertad. Y aquellos ángeles eran tan poderosos que comprendí que debía ser cauto con la belleza de aquella mujer.

De modo que le hablé con las palabras del profeta Ezequiel. Le dije: «Contemplad vuestros pecados, pues está escrito: «He aqu´que yo suscito contra ti a todos tus amantes, y vendrán contra ti con estrépito de carros y ruedas, y te tratarán con furor; te arrancarán la nariz y las orejas, y lo que quede de los tuyos será devorado por el fuego. Te despojarán de tus vestidos y se apoderarán de tus joyas.  Yo pondré fin a tu inmoralidad y a tus prostituciones comenzadas en Egipto, para que no vuelvas a acordarte de Egipto.»

Y aquella puta, cuyos ojos eran tan púrpura como la última hora de la tarde, dijo con voz dulce: «No quiero perder la nariz.»

Yo dije: «Mujer, ¿dónde están tus acusadores? ¿Ningún hombre te ha acusado?»

Respondió con humildad: «No hay nadie para acusarme, Señor.»

Dije: «Yo tampoco te condeno. ¡Vete!»

Pero eso no era suficiente. Pues dentro de aquella mujer resonaban los ecos de sus prostituciones. Así que le dije: «¿Dónde vas a ir? ¿A seguir fornicando con extranjeros?»

Ella contestó: «Si no me condenas, entonces no me juzgues. No hay vida fuera de la carne.»

Era orgullosa. Y fuerte. Y yo veía que estaba maridada con los siete poderes de la cólera del Diablo y sus engendros: los siete demonios. Sabía que irían saliendo lentamente. Y cuando salieron lo hicieron uno a uno, y clavaron sus garras en el buen espíritu que había surgido entre nosotros. Algunos era astutos, otros lascivos, y más de uno era monstruoso: siete poderes y siete demonios.

El primero fue la Iniquidad, y su demonio, la traición. Y al tiempo que nombraba a cada uno iba comprendiendo que había aprendido más de Satanás de lo que él deseaba mostrarme. Vi que el Deseo era el segundo poder, y que el orgullo era su demonio. Y el tercero fue la Ignorancia, con su gran apetito por la carne de cerdo, un demonio glotón. El Amor a la Muerte era el cuarto poder, y su demonio no podía ser otro que el ansia de devorar a los demás. Pues no hay momento en que conozcamos más la muerte que cuando devoramos carne de un semejante. El quinto poder buscaba el Domino Absoluto, y su demonio luchaba por corromper todo espíritu; el buen espíritu que había surgido entre esa mujer y yo fue zarandeado cuando surgió ese demonio. Y el sexto poder fue el Exceso de Sabiduría. Su demonio sentía el impulso de robar un alma. Pero el último poder fue el más terrible. Era la Sabiduría de la Ira; su demonio era el ansia de arrasar ciudades. Esos fueron los siete poderes y los siete demonios que hice salir de ella. Sólo entonces pude decirle: «Vete y no vuelvas a pecar». Y se marchó.

Traducido por Damián Alou, «El evangelio según el hijo», P. 154-156, editorial Quinteto.

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Adiós al guarro de guarros. Oderus Urungus hasta el infierno!

Por Diosinteo Weimar  Morales

El afiche de mi cuarto

El afiche de mi cuarto

La poca de maldad que quedaba en el mundo se ha evaporado. A partir de hoy solo hay mediocres de la balada.  Me divertía tomándome unas chelas escuchando a los grandes Gwaaarrrgghhlllgh, que me recordaban esos instantes de alta poesía en los que incurrí cuando aún era un chiquillo del cole. Mientras mis amigos se ocupan de las nenas yo hacia poemas y con bravura me masturbaba hasta altas horas del amanecer. Y estos guarros siempre me acompañaban con sus sones gitanos. Alguien dijo de alguno de ellos que era un chavarillo de las cruces, pero yo prefiero hablar de los depredadores de la escena metal mundial. Venidos del planeta Inmundicia, llegaron con sus trajes de monstruos para insuflarnos amor, y como ahora todo el que ama es un monstruo me considero el más monstruoso de los seres.  Las pulsiones de los mundos ultrahumanos hoy lloran, se desgañitan los demonios y desafortunadamente Jesús nos ha ganado una batalla pero no la guerra. Nosotros, los espíritus oscuros seguiremos luchando por poseer este horrible planeta GRRRRHHHRHRHRHRHRHRHRHRHRH2673678732873283

Adiós Oderus Urungus, yo seguiré usando Ubuntu como tú usaste máscaras de cerditos enamorados del espacio exterior.

Ahí va mi rola favorita de estos guerreros:

Pueden seguir mis reflexiones de rock, chicas, vino y poesía en twitter: @diosinteo

Draglists

(Este texto surgió como una introducción a un playlist que iba a realizar con ocasión a la celebración de fin del año 2012. Después de escribirlo para proceder con la presentación de las canciones, me di cuenta de que ya no era necesario agregarle más. La música de las esferas era suficiente y se intuían en las asociaciones libres de los textos citados)

2013

Las listas se atiborran en estos días que se aproxima el advenimiento de un nuevo año del calendario gregoriano. Lo que fue, pudo haber sido y será, se acumulan en los rincones del cerebro. A veces se limpia allí, pero por lo general se olvida hasta de la basura y queda allí durante años. Tenemos muchas listas tristes, de lo que se cumplió y dejó de cumplirse, cuyo único consuelo será ser barrido por el tiempo, como todo lo demás: lo que se nos escapa eternamente. Nos sacudimos en una risa nerviosa, similar a la que estremeció al drag queen de la filosofía Michel Foucault: » De la risa que sacude, al leerlo (a Borges), todo lo familiar al pensamiento — al nuestro: al que tiene nuestra edad y nuestra geografía –, trastornando todas las superficies ordenadas y todos los planos que ajustan la abundancia de seres, provocando una larga vacilación e inquietud en nuestra práctica milenaria de lo Mismo y lo Otro» (Foucault, las palabras y las cosas) Fuera de los esencialismos, todo los elementos despedazan el artificio del mundo construido en el lenguaje, como lágrimas en la lluvia, en una velocidad precisa. » Y debido a eso vio el Reino Inferior no como un lugar, sino como imágenes transparentes que se iban permutando a una tremenda velocidad. Esas imágenes eran las Formas que hay fuera del espacio, las Formas que iban entrando en el Reino Inferior para convertirse en realidad. Ahora se encontraba  a un paso de la transformación hermética.» (Philip K. Dick, la invasión divina) Por culpa de Philip K. Dick cada vez que una comida sabe mal creo que el mundo está en descomposición y estoy muerto. También me sucede con el café— cada vez que me sirven un café de mierda, creo que me desmaterializo y la realidad es un simulacro.

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El día en que Bela Lugosi fue Jesucristo

Transcurría el año de 1909 cuando el joven Bela Lugosi fue seleccionado para interpretar al joven Jesucristo. El actor conservó para siempre las fotos en este rol. Tal vez las llevaba en un bolsillo interior del frac de Drácula, cuando se acostaba cada noche en su ataúd preferido. Y en los sueños, las personalidades de sus personajes se refundían. Ya no sabía hasta qué punto era el vampiro y hasta qué otro el Mesías. Bela Lugosi no ha muerto, tampoco Jesucristo, ni Drácula.

Fotografía vía: The Macabre and The Beautifully Grotesque  (página de facebook)

Alguien mató algo

En 1999 el director colombiano se dio a conocer con «Alguien mató algo»(1999), un cortometraje que evoca el cine mudo y cuenta una historia donde se cruzan Jesús y una niña vampiro en una calle de Bogotá en las postrimerías del siglo XX

Alguien mató algo de Jorge Navas from cuando los grandes eran cortos2 on Vimeo.