El primer film de David Lynch
Jaime Navarro dijo que somos bolsas de mierda que pueden estallar en cualquier momento y eso, el estallido, no depende de nosotros salvo que se tenga el impulso suficiente para rasgarse y derramarse por el suelo a voluntad propia. Todo es voluntad, decía Jaime y encendía otro cigarrillo cuando el viento ya no soplaba y él dejaba de maldecirlo porque todo, absolutamente todo, jugaba en su contra siempre. La caca, cuando sale por la boca, se convierte en vómito, lo demás es caca pura o sangre. Cuando el derrame ocurre de forma no intencionada, se habla de enfermedad; Lynch, en su primer trabajo fílmico, se figura a seis enfermos rebasados por lo que llevan en su interior. Estallan y se rehacen de sus propios deshechos y del dolor: