Nueva entrevista a Francisco Narla, de Manuel García Pérez
Entrevista a Francisco Narla, autor de Ronin:
“La documentación sirve para adornar el relato de modo coherente, pero nunca puede anteponerse al deseo de entretener”
Por: Manuel García Pérez
Tras la publicación de Ronin, Francisco Narla se ha afianzado en uno de los novelistas que mejor profundiza en el misterio de la aventura. Como revelación de un mundo perdido para siempre, la aventura es clave en la escritura del autor gallego. Lo que descubrimos en su narrativa es, además, un intuitivo cuidado de la expresión que aleja las obras de Narla de una novela histórica prototípica, sino que el ritmo interior que subyace en los capítulos tiene la intención de construir una epopeya donde el valor de lo heroico es ejemplar, moralmente ejemplar. Los espacios y las acciones nos descubren un mundo aparentemente real, pero que nace, como las grandes elegías, de la añoranza de una realidad que necesita la motivación de los héroes y sus hazañas. Los seres humanos necesitan soñar con mundos inexplorados que obras como Assur o Ronin describen con un material histórico que es el pre-texto para indagar en los misterios de las conquistas y los sentimientos que las mueven. A continuación, presentamos la entrevista que el autor de Ronin ha realizado recientemente para este medio. (Para leer la entrevista a propósito de Assur, tierra de mitos, novela de complejidades.)
Pregunta: ¿Cuál ha sido la motivación de esta nueva novela? ¿Por qué has sentido la necesidad de reconciliar mundos culturalmente tan opuestos en Ronin?
Respuesta: Tras conocer el asombroso viaje de la embajada Keichō, empecé a investigar por mero interés personal, pero al descubrir cómo en un mismo momento confluían las guerras de Flandes, la rampante corrupción de la Corte de Felipe III, la importancia del mercado de especias, la reestructuración del Japón feudal, el asedio de Fushimi… Tenía elementos magníficos para contar una historia y solo necesitaba unirlos en una trama que creara interés para el lector. Sin embargo, debo aclarar que no ha tenido que ver con un deseo por conciliar mundos opuestos; en mi camino creativo el entretenimiento del lector es siempre el primer objetivo, procuro, adrede, evitar planteamientos más elevados como principio narrativo. Creo que esa es labor para gentes de mayor enjundia intelectual y yo no me siento preparado para tan altas cotas. Me limito a idear una historia atractiva, basada en pinceladas de Historia poco conocida, con elementos originales y trabajo con el mayor rigor que puedo en términos históricos, pero también en cualquier aspecto de la novela, pero siempre teniendo un objetivo muy claro, el entretenimiento del lector.
Ronin, de Francisco Narla.
Por Manuel García Pérez
En ocasiones tengo en cuenta el valor narrativo de una obra cuando, al leer en voz alta alguno de sus párrafos, descubro esa letanía subyacente en el ritmo de su lenguaje, una marca de oralidad que me recuerda a la tradición como una ofrenda ancestral, como una epifanía que rinde culto a la palabra en sí misma. La palabra como origen del mundo y de la historia de cada uno de nosotros en ese Libro Infinito que es el universo, parafraseando a Mallarmé.
Ronin tiene esos visos de epopeya. Ronin, publicada por TH Novela, nos descubre otra reinterpretación del mito iniciático del samurai que se enfrenta a su solitaria condena errante para lograr que la hazaña sea valedora de una salvación personal y de toda una comunidad. Sobre Assur escribí lo suyo en su momento y, sobre Ronin, mantengo las siguientes virtudes que la novela ofrece para aquel lector que quiera adentrarse en una historia de aventuras, acorde con una tradición anglosajona que Narla ha asumido con un lenguaje preciosista y abigarrado: “El sol se ponía por la popa y Hasekura Tsunenaga observaba fascinado los telones de agua que se abrían reverencialmente ante la roda. De todas las órdenes que había recibido en su vida, aquella encomienda de viajar al país de los nanbanjin era, sin duda, la peor de todas. Echaba de menos sus humildes tierras, añoraba a su familia” (pág. 630).
Assur, tierra de mitos, novela de complejidades. Entrevista a Francisco Narla
Por: Manuel García Pérez
Assur, de Francisco Narla, es una novela que recupera con realismo y madurez descriptiva el género de las aventuras épicas. La invasión nórdica que amenaza la prosperidad de las tierras gallegas convertirá al joven Assur, cuya infancia ha sido truncada por la violencia vikinga, en un héroe que deberá superar diversas pruebas iniciáticas para reconciliarse consigo mismo y con una realidad bucólica y dichosa que ha sucumbido tras la invasión normanda. (Reseña del libro: Assur)
El lenguaje de Narla se caracteriza por su agilidad en el desarrollo de las acciones y por su eficacia descriptiva, como muestra su lenguaje abigarrado, eminentemente literario, que indaga el paisaje. La madurez de Assur comprende esa búsqueda de la aventura que no está reñida con la calidad expresiva; una búsqueda que nos remite a los procesos de enculturación y mestizaje, que escenarios como la guerra y la colonización suceden paulatinamente en las diversas etnias y pueblos.
En esta entrevista, el autor nos descifra algunas claves sobre el proceso de elaboración de este relato que nos reconcilia con una forma literaria, sobre todo literaria, de narrar aventuras históricas, lejos de modas actuales, sin suficiente calidad estética y que saturan el mercado. Agradezco al autor su sincera preocupación por responder con rigor a mis preguntas.
Assur, de Francisco Narla.
Por Manuel García Pérez. @ManuelGarciaOri
Madrid, Temas de Hoy, 2012.
Después de Olvidado Rey Gudú, de Ana María Matute, quizá no se haya escrito una novela de la relevancia medievalista, al mismo tiempo que literaria, de Assur. Los aspectos estéticos y formales definen el carácter de novela total e iniciática que el trabajo literario de Francisco Narla transmite a cualquier lector que se involucra en las hazañas de esta compleja saga de personajes diversos, perfilados en el dualismo del bien y del mal, del cielo y del infierno.
Lejos del revisionismo histórico, Assur es una obra literaria, eminentemente literaria, porque solamente la compleja psicología de algunos personajes secundarios dista del contenido de otras propuestas de las que dispone la actual producción de obras pseudohistóricas, de calco anglosajón, con las que el mercado español está saturando, por desgracia, todas sus iniciativas editoriales.