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El Vizconde Lascano Tegui: una gloria argentina

Por Enrique Pagella

lascano tegui

«Confieso que continúo escribiendo por pura voluptuosidad. Escribo para mí y mis amigos. No tengo público grueso, ni fama ni premio nacional. No me gusta el “Tongo”. Como periodista que soy sé “cómo se llega”. Conozco a fondo la estrategia literaria y la desprecio. Me da lástima la inocencia de mis contemporáneos y la respeto. Además tengo la pretensión de no repetirme nunca, ni pedir prestado glorias ajenas, de ser siempre virgen, y este narcisismo se paga muy caro. Con la indiferencia de los demás. Pero yo, he dicho que escribo por pura voluptuosidad. Y como una cortesana, en este sentido, he tirado la zapatilla.» (Vizconde Lascano Tegui)

Emilio Lascanotegui fue, ante todo, escritor (novelista, poeta, ensayista), y uno de los más originales que ha dado la Argentina, pero también ha sido periodista, artista plástico, viajero impenitente, político, traductor, dentista, vendedor ambulante, diplomático y maestro cocinero.
Nacido en 1887 en Concepción del Uruguay, provincia de Entre Ríos, Argentina, su infancia transcurre en el barrio de San Telmo. Como casi todos los grandes escritores argentinos del siglo XIX y de comienzos del XX, su vínculo inicial con la literatura se da a través de la política.  El dirigente radical Juan José Frugoni lo inicia en la poesía, enseñándole el arte de la métrica y la rima en un viejo almacén. Poco después, entre 1905 y 1907, ya como político del partido radical, Lascano compone sus discursos públicos en octosílabos rimados, cosa que provoca sorprendidas risotadas a sus ocasionales oyentes en la plaza Lavalle o ante el monumento a los caídos de la Revolución del 90. Fue, sin embargo, durante un viaje – ¡A pie! – por África y Europa en compañía de Fernán Félix de Amador, emprendido en 1908, que Lascano afirma su vocación poética. Durante este extenso viaje decide modificar su apellido de origen vasco (Lascanotegui), transformándolo en uno doble (Lascano Tegui) y, hacia 1909, le antepone el apócrifo título de Vizconde con que firmará, ya de regreso en Argentina, su primer libro: La sombra de la Empusa.