Habla el príncipe, de Jan Peter Bremer
Sobre «Habla el príncipe» de Jan Peter Bremer. Editorial Andrés Bello.P. 96
La literatura no necesariamente se liga a contar historias. Al menos así se proclama por estos días en los que la metaliteratura ha alcanzado el frenesí y las novelas y narraciones que suelen tener inserta la autoconciencia de que son escritas se hacen al reconocimiento de los entendidos. Las facultades de letras están muy cómodas: pueden aplicar sus teorías con mayor naturalidad, sin las filigranas que debían hacerse antaño. Después, se organizan coloquios, seminarios, posgrados y departamentos de literatura con algún nombre que cobije las tesis hechas por varios doctores que aprobarán a otros doctorandos. Los libros que no se acomoden a alguna de esas teorías, se silencian (porque para tomarse el trabajo de hacerlos una burla deben tener, al menos, el respaldo de na gran cantidad de ventas o popularidad: Por eso siempre se habla mal de Mario Benedetti o de Paulo Coelho). O, con la subsiguiente apertura de nuevos puestos académicos en distintas instituciones, emergen conceptos como el de posliteratura.