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William S. Burroughs: Cien años de marica

CIEN AÑOS DE MARICA

POR:  PEDRO SÁNCHEZ MERLANO

Futuro drogadicto, marica y escritor: William S. Burroughs, St. Louis, 1914.

Bebé yonqui-marica:  William S. Burroughs, St. Louis, 1914.

Una meditación a propósito del siglo de William Burroughs.

 Acosado por los inhaladores más profundos de mi asma tuve un sueño muy puro contigo:

Llegabas a la L como un tahúr de esos que salen en los westerns. En lugar de pistola traías jeringas. Cada una de ellas estaba sedienta de heroína y, también, cómo no, de heroinómanos.  ¿Qué preferirías, pinchar heroína o pichar heroinómanos?

En la taquilla de Homero pediste pasta base de cocaína y te la metiste en la boca mascándola como el más grande beisbolista del mundo. Después la escupiste y, con una jeringuilla, succionaste el líquido hecho de tu saliva y de los escombros drogadictos para chuzarte el brazo.

 Entonces vi al otro, al detective marciano, que venía convertido en una gigante flema en medio de la ciudad ardiente en llamas. Yo pensé, en medio del sueño, que me habían estafado con el bazuco, porque lo que estaba viviendo me tenía ya en un mal viaje, pero cuál mal viaje, si era el viaje a tu espacio interior, William. Estabas drogado de ti mismo, y lo que ocurría a tu alrededor no eran más que pormenores superfluos de tu desdicha.

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Échele Cabeza cuando se Dé en la Cabeza: 1ra. Muestra de cortos psicoactivos

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*CONVOCATORIA CORTOMETRAJES*

1RA. MUESTRA DE CORTOS PSICOACTIVOS ÉCHELE CABEZA

Plazo máximo para entrega de material: 7 de febrero 2014

E$TÍMULO$

• Ficción: mejor cortometraje $1.000.000

• Documental: mejor cortometraje $1.000.000

• Animación o Videoclip: mejor cortometraje $1.000.000

Las obras preseleccionadas serán proyectadas el día de la Muestra

Más info: http://www.echelecabeza.com/cortometrajes/

Convocatoria: Descarga en PDF

Psicofarmacología, drogas y política

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Eduard Punset pronostica cómo serán manejables los efectos del alcohol en 2030: Ya no habrá mareos ni tambaleos, sólo existirá la sensación de placidez, los arranques megalomaníacos y la calentura. Esto ocurrirá gracias a  un mejoramiento en el proceso de producción y la aplicación de nuevas técnicas. En la entrevista que a continuación les presentamos, Punset habla con David Nutt, un psicofarmacólogo británico que explica por qué el LSD no puede estar catalogado en el mismo grupo de la heroína, por citar un ejemplo, y pone en evidencia las variables políticas y morales que gobiernan las políticas antidrogas, de modo que estamos ante un fenómeno más emparentado a la ética que con la argumentación científica:

La colonia con síndrome de Estocolmo

Por Francesco Vitola Rognini

@Francescovitola

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Lo primero que vemos cuando nos acercamos a Cartagena es donde el diablo se lanzó al vacío. Desde que ocurrió eso se manifiesta como un chivo café de barba blanca que merodea por el cerro y los vecinos de los barrios de invasión circundantes dicen que Daimon toma forma de gato negro con ojos rojos, otros dicen que en las noches aparece como una garza blanca picoteando entre la inmundicia y las aguas estancadas. Las señoras con más canas y arrugas dicen que normalmente tiene cara de ricachón en auto deportivo, a veces de playboy navegando un yate rodeado de jóvenes operadas. El demonio, dicen otros, a veces es un cura, un policía, un hampón esperando en la sombra de una playa alejada,  o un cangrejo picando el escroto de un amante que interrumpe su polvo furtivo para dar un alarido. El rumor dice que El Patas es cada billete que se invierte en placer, no importa cuánto te confieses o te arrepientas. Como todo jefe de estado, Belcebú tiene formas desagradables de burlarse de los que creen se sirven de él: una botella de tequila que resbala de las manos cuando recién comienza la noche, desde un octavo piso, en dirección a una familia que sale del edificio, y uno de los niños emocionados grita de alegría -por última vez- porque van para una pizzería con parque infantil. El Mandinga es la maleta con droga, dinero, la nevera con órganos camino a un trasplante que se desvía por las rutas del mercado negro; es cada turista que viene a comprar masajes, cada padre que alquila su hijo por unos billetes, cada nativo que vende sus principios por un poco más de dinero cada quincena. Samael es dueño del alma de cada fracasado que con mentiras se lleva a una mujer a la cama, porque no tiene huevos ni discurso, solo un poco de basura masticada y tan baja autoestima como la engañada. Cada niño frustrado por su padres frustrados que los regañan todos los frustrantes días de sus vidas, cada niña engañada con fantasías de Walt Disney -el Sr. Crowley moderno- temen y aman a Damian, a Guayota, porque les va a quemar la carne y aspirar el alma por la boca.

La corrupción es uno de sus muchos nombres, y como la rata de alcantarilla, está tanto en El Congreso como en El Vaticano. ¿Qué sería de esta fortaleza rodeada de agua salada, si la corriente eléctrica se suspendiera en Semana Santa?

El poder absoluto espera el momento para retomar el terreno y sumergir todo, como antes fue, como nunca debió dejar de haber sido. Vocación de esclava es lo que la define, por eso unos desfilan exhibiendo lo que tienen y otros silencian con música sus frustraciones y ausencias. La ciudad antigua y los carteles publicitarios evidencian que aún hoy, desearía ser colonia de un amo generoso, que comparta sus migajas y les sonría para sentirse menos ultrajada, uno que quizás le tome cariño y con suerte la posea y le dé un crío mestizo, que no sufra tanto como ella.

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Al límite con el Dr. Hunter S. Thompson

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Para escribir sobre Hunter S. Thompson necesitas escuchar The Rolling Stones, para absorber el ethos de su época. El vértigo de una generación que sabía se estaba hundiendo en la decadencia. Lo que empezó como una inconformidad contra el sistema finalmente los arrastró a la decepción absoluta de ver sus propias vidas destruidas. Sabían que lo que el mundo les ofrecía No Era la Salida, pero entendieron dolorosamente que No Había Salida. Los más inteligentes pronto vieron que el ideal hippie era una Gilipollez. Quienes quisieron ir más allá de la orgía y la farsa de las flores se encontraron con la locura, la oscuridad y la soledad más absoluta de haber traspasado una frontera imperdonable. Los otros, quienes vieron en la contracultura un pasatiempo liviano de juventud, fundaron prósperas empresas capitalistas, se insertaron al circuito artístico, llevaron bandas de rock con la seriedad de administradores, escribieron libros de new wave para amas de casa.

Sobre los primeros, los que fueron hasta el límite, escribió estas palabras Hunter S. Thompson en Hell’s Angels: The Strange and Terrible Saga of the Outlaw Motorcycle Gangs:

El límite… no hay una forma honesta para explicarlo porque las únicas personas que realmente saben en donde está son los que lo  han pasado. Los otros – los vivientes – son los que jugaron su suerte hasta  donde ellos sentían que podían manejarla, y luego retrocedieron, o se calmaron, o hicieron lo que tenía que hacer cuando llegó el momento de elegir entre el  Ahora y Después.

Inspirado en estas palabras, y en la estética del libro Gonzo: La historia gráfica de Hunter S. Thompson el artista Piotr Kabat realizó este corto animado:

 

fuente: brain pickings 

William Burroughs tomando Yagé en Colombia

Burroughs después de su viaje a Sudamérica. En palabras de Ginsberg: luciendo un aspecto de amante triste.

Al final de la novela «El almuerzo desnudo», William Burroughs escribe sobre su determinación de ir en busca de una droga que, según lo que ha investigado, tiene la propiedad que favorece la telepatía, no genera adicción, y es, en resumidas cuentas, esa droga perfecta que Burroughs siempre buscó pero cuya búsqueda solo le acarreó una terrible adicción y el mundo de pesadillas descrito en este libro.

Fue cuando a principios del año 53, William Burroughs se embarcó hasta Panamá, terriblemente enfermo por la carencia de opio en su organismo, y bajó hasta Colombia en busca de la planta medicinal que, pensaba, lo aliviaría de sus demonios; finalmente, seguiría su viaje hasta llegar a Perú.  Este periplo quedó registrado a través de la correspondencia que el escritor mantuvo con su amigo Allen Ginsberg, que posteriormente se uniría también a esta experimentación, y estas espístolas se publicarían años después con el título «Cartas del Yagé»*.

Reproducimos una de las cartas en las que Burroughs narra, desde su visión profundamente ácida, su experiencia en Colombia, y tangencialmente, el clima que se vivía entonces en el país  y que Burroughs supo interpretar con la certeza de un genio cínico.

Hotel Nueva Regis,

Bogotá, 15 de abril

Querido Al:

De vuelta en Bogotá. Tengo un cesto de yagé. Lo he tomado y sé más o menos cómo se prepara. Dicho sea de paso, podrás ver mi retrato en Exposure. Encontré un periodista que iba cuando yo volvía. Marica, claro, pero tan atrayente como un cesto de ropa sucia. Ni siquiera después de dos meses de desierto, querido. Este individuo está recorriendo el continente sudamericano en busca de comida y transporte gratis y todo lo paga con el cuento de: «Tenemos-dos-tipos-de-publicidad-una favorable-y-otra-desfavorable-cuál-quiere-usted?» Un completo sinverguenza. Pero ¿quién soy yo para juzgar? Read More…

Alicia en el país de las maravillas, una aventura gonzo ilustrada por Ralph Steadman

En una entrada anterior, dedicada a Alicia en el país de las maravillas, ilustrada por Salvador Dalí, nos preguntábamos cuáles serían las ilustraciones de Alicia para este siglo. La respuesta estaba cerca. Entre algunos círculos de crítica no es extraño considerar la famosa historia de Lewis Caroll como una de las precursoras de la literatura de drogas, puesto que toda la aventura de Alicia se origina a partir de un estado alterado de conciencia que frecuentemente se renueva a través del consumo de brebajes y extraños alimentos.

Por esta razón, alguien que quisiera ilustrar Alicia con toda la carga psicodélica y el reto lógico que ésta representaba, debería estar familiarizado con la cultura de drogas de su época. Motivo por el cual tal vez el mejor ilustrador de Alicia en el País, no podía ser uno catalogado dentro del domesticado género infantil, sino alguien que trabajó con el mejor periodista de jornadas de locura y extravagancia. Estamos hablando de Ralph Steadman, compañero de viajes del Doctor Hunter S. Thompson y quien ilustró reportajes tan épicos como «Fear and Loathing in Las Vegas» o «Canción de la criatura salchicha».

Habiendo probado Steadman el LSD y pintado bajo sus efectos, ofrecemos una versión bastante particular y actualizada de Alicia en el País de las Maravillas. Por este libro, en 1972,  Steadman ganó el premio Francis Williams Memorial Bequest al mejor libro ilustrado en los últimos 5 años.

Vía Ralph Steadman Art Collectionio9 

Extraviada entre los fragmentos de un terrible sueño

Por: Nelson Barón.

por: Tim Green aka atoach.
«Atribución» Creative Commons.

Me dejas amarte para después dejarme
Sonel I
Aparecen Ely y Nelson en un lugar muy peligroso y está atardeciendo. Es quizá el barrio Santafé o una suerte de sector como el Cartucho, lleno de prostíbulos, ladrones, matones, indigentes, travestis y pensiones de mala muerte. Son casi las seis o las seis y cuarto de la tarde.
Elizabeth y yo estamos muy asustados, caminando por una calle, tratando de salir del sector. Le digo dame unos segundos, pero cuando doy vuelta ella desaparece. Salgo hacia el sector que creo que ella ha tomado, y no la veo. Avanzo en línea recta. Dos cuadras hacia adelante se ve un sector aún más deprimido, se trata de un inmenso caño de aguas negras,  cuya entrada tiene una especie de cerca abierta, como entrada de un potrero lleno de basuras.
Antes de llegar al lugar, en la primera cuadra, me encuentro con una casa que quizá está llena de rejas metálicas, y de pintura rosada, vieja, demacrada, que seguro es un prostíbulo de mala muerte. Afuera deambulan algunos indigentes, aunque más bien pocos, y a unos metros del antro rosado hay un soldado con ametralladora, haciendo guardia a la miseria.  Read More…