Nostalgia de la luz (2010)
Nostalgia de la Luz es un documental de Patricio Guzmán que es, de lejos, una de las piezas narrativas visualmente más bonitas que he visto. Este documental de 2010 es una mezcla de imágenes y de entrevistas que cuenta las historias entretejidas de un grupo de personas que se dedican a la observación en uno de los lugares más privilegiados para la astronómica del mundo: el desierto de Atacama en Chile. Este grupo de personas se divide en dos. Por un lado están los astrónomos que observan el cielo y por otro lado, están un grupo de mujeres que busca entre las piedras y la arena los restos de sus familiares desaparecidos. Muchos de ellos fueron asesinados y enterrados allí por la dictadura de Pinochet y sus cuerpos fueron preservados por la sequedad y la salinidad del desierto.
Casi en el final del documental, uno de los astrónomos nos revela aquello que tenemos en común los seres humanos con las estrellas. Read More…
Cabildo: Las cartas del minero (III)
Cabildo es un pueblo pequeño que queda a una hora y media en bus de Valparaíso. Es Tranquilo y ha crecido rodeado por la cordillera, acunado sobre la tierra ocre rojiza que le da un aspecto desértico. La entrada a Cabildo se hace a través de túneles inmensos que atraviesan las montañas. A comparación de otras ciudades de Chile Cabildo no tiene mayor encanto, pero para muchas personas esa pequeña ciudad ocupa un lugar especial. El 11 de octubre de 1973 fueron asesinados allí siete hombres pertenecientes al partido comunista. Cinco de ellos eran empleados de la Sociedad Abastecedora de la Minería, un interventor de la mina la Patagua y el alcalde de la ciudad. Uno de esos hombres asesinados fue Faruc Aguad, el marido de Berta.
En 2007, después de varios meses de estar trabajando con Berta a ella se le ocurrió que sería buena idea viajar a Cabildo. La excusa para la visita era ver la nueva lápida que había hecho e instalado Daniela de la tumba de Faruc, pero esos dos días servirían para que Berta aprovechara para encontrarse con los viejos amigos, familiares y compañeros, para alejar a Benja y a Nahuel del televisor y para contarme a mí todas las historias que se le ocurrieran en cada momento del viaje. Read More…
Alamiro Guzmán: las cartas del minero (II)
Cuando estaba yo recién llegado a Chile, una de las primeras historias que Berta me contó fue la de Silvia. Después de escucharla comencé a ver de manera diferente las fotos en las portadas de los periódicos y siempre que caminaba por los paseos musicalizados del centro de Santiago sentía un poco de temor. Silvia y Berta se conocían de muchos años atrás ya que las dos dedicaron gran parte de sus vidas a buscar a los detenidos-desaparecidos y a pedir justicia por los asesinados víctimas de la dictadura. Así se conocieron y se volvieron amigas. Un día –no se la fecha exacta, debió ser a mediados de los ochenta– Silvia y Berta iban caminando por el centro de Santiago cuando pasaron cerca de un puesto de revistas o una caseta donde vendían periódicos. De un momento a otro Silvia se soltó del brazo de Berta y cayó al suelo. Comenzó a llorar desconsolada. En una de las portadas de los periódicos habían publicado las fotografías de un grupo de hombres que habían descubierto enterrados en el desierto. Una de las fotografías de la portada del periódico mostraba los restos secos y descompuestos de un hombre vestido con una camisa de cuadros azul y roja y un pantalón beige. El esposo de Silvia había desaparecido años atrás -tal vez en el comienzo de la dictadura- llevando exactamente la misma ropa con la que aparecía en la fotografía. Así fue que Silvia volvió a ver a su marido.
El 9 de septiembre de 2007 la conocí Silvia. No hablamos mucho pero Berta se encargó de recordarme quien era ella. Ese día, domingo, fuimos al Cementerio del Prado en Santiago a conmemorar un año más de la muerte del Alamiro. Javier y yo llegamos tarde y ya estaban todos allí. Cuando nos sentamos Victoria nos presentó a su padre. Se arrodilló sobre el pasto, acarició la lápida gris y nos dijo “este es el Alamiro, ¿nos parecemos? Somos iguales”. Read More…
Alamiro Guzmán: las cartas del minero (I)
Un sábado, en septiembre de 2006 conocí a Berta Manríquez en Valparaiso. Ese día había un asado en la calle y ella estaba sentada, vigilante, en el andén frente a la casa ladeada donde vivía Soledad. Se quedó mirándome cuando llegué y me preguntó si no iba a comer. Con algo de vergüenza tuve que admitir que ya había almorzado. La Berta tenía esa mirada recia que latigaba al desconocido, pero su tosquedad desaparecía cuando soltaba la risa y le contaba a uno cualquiera de las anécdotas de su vida o las historias de su familia. Al principio Berta me inspiraba un respeto tan grande que a veces lo sentía como miedo, pero eso no evitó que con el tiempo ella se convirtiera en una de mis mejores amigas.
Berta murió el año pasado, partió de la tierra chilena para reunirse con sus dos grandes amores: el Faruc y el Alamiro. Los dos fueron luchadores, lideres. El primero murió asesinado en Cabildo, el pueblo en el que vivía con Berta, dejando a su esposa adolescente viuda y a sus tres hijas huérfanas en 1976. El segundo murió de cáncer en 2003. Los dos hombres fueron los padres de las cinco hijas de Berta. Read More…