Tag Archive | cannabis sativa

Carta de un joven jurisconsulto a una vieja dama de compañía

jurisngdcc

 

Como lo expresa el artículo 688 de nuestro Código Civil:

no se puede cazar sino en tierras propias, o las ajenas, con permiso del dueño

Usted intentó dar rienda suelta a su hambre depredadora, en este lupanar. Y no es para menos, su conducta procelosa y ruin es digna de un hijodeputa que asimila el mundo como un gran prostíbulo donde fue parido. Mi muy señora mía, permítame comunicarle que se ha equivocado al imputarme de tal abyección. Su ficción jurídica atenta contra los principios generales del Derecho, más exactamente el de la buena fe. Y de buena fe le digo que en aras de lo contemplado en nuestro ordenamiento jurídico, usted atenta contra su propia dignidad al querer venderme sus servicios genitales cuando el cuerpo no tiene precio.

 Hemos de retrotraernos a los oscuros momentos en los que la esclavitud fue el magma que hizo confluir el sistema del derecho indiano. Y por tanto usted, señora mía, atenta contra la memoria de nuestros más egregios libertados de la patria, valientes barones que pusieron en entredicho las fechorías impuestas por los realistas españoles.

Ahora bien, seamos realistas, en tanto en cuanto usted debe propiciarme fellatios porque así se estipuló en el contrato de prestación de servicios que suscribimos verbalmente, al calor de una copa de aguardiente, teniendo como testigos a mis compañeros de la facultad de jurisprudencia, y a sus colegas, nobles barones, quienes almuerzan perdices y serán los futuros magistrados de las altas cortes de nuestra nación joven y pujante, como yo que ya estoy pujando por abrir sus rústicas y mestizas piernas.

Usted pensará, en un ejercicio bastante libre de interpretación legal, que actúo bajo dos normas, pero permítame corregirla, señora puta, mi norma es una sola y consiste en que dada mi superioridad intelectual respecto a usted, jamás nunca puede exigirme una morrocota de oro a cambio de una fricción con sus abultados atributos de mujer pobre, ignorante y por lo tanto, ansiada por mí y, claro está, mis colegas, salvaguardas de la moral y las buenas costumbres tan amenazadas por el mundo moderno que ya bien, sobre sus amenazas nos advirtió el sabio Nicolás Gómez Dávila:

El lugar común tradicional escandaliza al hombre moderno.

 Y un lupanar, como éste, es el lugar más común y tradicional que ostenta con enjundia nuestra noble raza criolla. Válgame comentarle que en días pasados perpretré la pilatuna de fumar esa hierba non-sancta que tanto dolor ha generado a nuestros coterráneos, hablo del cannabis sativa, conocido por la gente ordinaria como marihuana, o maryjane para los más vulgares.

 Antes de que se duerma completamente, pues sé que mi discurso refinado no es para todas las hordas, me apresto a decirle que estoy escandalizado ante la corrupción de nuestras fuerzas policiales. ¿En dónde quedó la moral? Bastó con que le diera tres monedas al agente que me capturó para que me dejara en libertad. Mal que bien, en otra época más dorada, la fuerza pública instauraba el orden a todos estos cafres, pero hoy día, como usted puede constatar , son baratija que se venden por una moneda cuyo valor no resarce el deshonor, aunque ¿qué se puede esperar de unos mestizos de esa laya?

 Por eso, señora puta mia, es que la conmino a que no me cobre por su cuerpo, ya que nuestros genitales gratis son a los ojos del señor. Y pecar jamás podremos para no así ensuciar el nombre de su esposo ni de mi mujer.

 No entre en conductas violentas a raíz de mi decisión basada en presentes jurisprudenciales, necesitamos restablecer el pacto social que hace confluir a nuestra nación. Necesitamos imponer de una buena vez por todas la moralidad digna de nuestros más altos pensadores para así lograr que nuestra patria crezca.

 Entretanto, señora mía, dedíquese a hacer lo que nuestro querido  Gabo enunció:

mamá verga