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E V E N . A N G E L S [Angel, the Love and the Sea]

Por Camilo Acosta Caro

HUNTER TEXAS  

E V E N A N G E L S  [The Angel]

E V E N A N G E L S
[The Angel]

Aquel Ángel jamás volvió.

 Nadando contra el mar, busco desesperado el cuerpo de un joven, se lo llevó las olas hace ya 20 minutos, cuando entro a lo más profundo, golpeando las olas, difícilmente puedo localizar algún cuerpo flotante en medio del mar. Los gritos de la playa, son como advertencias, señalan desesperados puntos distintos en el agua, y aun así, sin entender qué tipo de indicaciones son las que me dan, hago lo posible por obedecer. Es mi deber proteger a los turistas en la playa, pero es imposible encontrar aquel joven que seguramente ya estará muriendo a la gran distancia. Decido volver, ya no veo a los turistas desesperados observándome nadar, de hecho la playa esta vacía, parece oscura, ya no hay sol, la brisa es fría, el mar toma una fuerza precipitada y pareciera que el agua de la superficie viniera hacia mí. No puedo volver, el intento por regresar a la orilla es inútil y me enredo con las olas, los gritos de ayuda no funcionan, ya ni sé nadar, y me hundo cada vez más entre las olas… la corriente me ha llevado hasta lo más profundo, ya es imposible regresar a la superficie, hasta el azul del mar se ha ido y pareciera que a medida que mi cuerpo cae dentro de él, se hace de noche…  y me he quedado aquí, sin dolor en el pecho, doy brazadas fuertes, pero me quedo inmerso en el medio del mar, casi sentado sobre la arena profunda de las aguas, observo mi alrededor y es un hoyo negro, tan negro, como el universo de noche. El mar no se mueve, no se siente frío, no hay peces, no hay rocas, no hay mar, sólo es agua, me siento tan pequeño en un lugar tan grande, y al cerrar los ojos, creyendo estar cerrados, siguen abiertos, los vuelvo a cerrar, pero la imagen de la mancha negra está presente todo el tiempo, los siento cerrados, pero la imagen sigue ahí, sin entender qué sucede, doy por hecho mi muerte bajo el mar, pero no es morir en el instante, no me siento muerto, es un limbo, es un estado del cuerpo que no sufre, que no siente, pero se cuestiona sin angustias, no acepto mi condición pero entiendo la circunstancia, no puedo hacer nada, la decisión es esperar, tampoco es de fe, no es esperanza, no espero un acontecimiento en medio de esta llanura oscura, es solo esperar, sin párpados para cerrar, sin recuerdos para distraerme en este escenario tedioso, el destino es estar viendo el mismo panorama a mi alrededor, y seguramente, he de llevar, si acaso, 15 minutos sumergido en este eterno mar, entiendo que esto será para toda la vida.

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