El primer film de David Lynch
Jaime Navarro dijo que somos bolsas de mierda que pueden estallar en cualquier momento y eso, el estallido, no depende de nosotros salvo que se tenga el impulso suficiente para rasgarse y derramarse por el suelo a voluntad propia. Todo es voluntad, decía Jaime y encendía otro cigarrillo cuando el viento ya no soplaba y él dejaba de maldecirlo porque todo, absolutamente todo, jugaba en su contra siempre. La caca, cuando sale por la boca, se convierte en vómito, lo demás es caca pura o sangre. Cuando el derrame ocurre de forma no intencionada, se habla de enfermedad; Lynch, en su primer trabajo fílmico, se figura a seis enfermos rebasados por lo que llevan en su interior. Estallan y se rehacen de sus propios deshechos y del dolor:
Garbage Pail Kids, un recuerdo de la inocencia
A un amiguito
del colegio
le decíamos garbage
porque tenia la piel asi: rojiza
y los ojos grandotes
y profundos, como esperando
mucho
dolor
porque los Garbage
más que expeler dolor
lo esperan
y te dicen
lo que decimos los humanos: «Por qué a mi»
La traducción, como tanto lo proclaman los literatos, siempre implica una pérdida si uno se atiene al valor del escrito original. A esto no escapan trabajos como «Garbage Pail Kids», una serie de cromos hechas en los ochenta que daban la torsión a unas muñecas de la época, en la que aparecen personajes que padecen algún dolor físico, un accidente o algo simplemente desagradable: En Argentina tenían distintas leyendas a las impresiones hechas en España, entonces los españoles no le ven gracia a las traducciones argentinas y viceversa.