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Fragmento Heathen 2001 #WhiteStar Bowie Ficción

Éste es un fragmento de mi cuento «Heather 2001», incluido en  el libro digital Whitestar:   una antología de relatos, poemas y textos híbridos basado en el universo de David Bowie a favor de la Asociación Española de Lucha Contra el Cáncer. Esta exquisita rareza narrativa se puede adquirir en Lektu https://lektu.com/l/palabaristas/whitestar/6215  Obra editada por Palabaristas y seleccionada por Cristina Jurado.

La idea era tomar una canción representativa de Bowie, en cambio yo tomé  el trabajo de HEATHEN como un trabajo conceptual total. El título que se refiere al 2001 hace parte de mi propio universo paralelo, pues esta obra se publicó en el 2002.

Pueden leer completo el libro adquiriendo el libro, como un trabajo conceptual total a varias manos, homenajeando a un grande, por una buena causa, joder el cáncer y dedicado a la genial autora cyberpunk Pat Cadigan.

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LOS ÁNGELES SE HAN IDO (Fragmento de Heathen 2001, de Luis Cermeño)

Los artistas pop son puzzles para descifrar. David Bowie recién lanzó el álbum “Heathen”, el vigésimo segundo en su carrera, y creo adivinar aspectos de su trayectoria como una propuesta artística que se va concretando y cerrando en la madurez de una obra. Si bien es cierto que es producto de la producción inédita “Toy”, este trabajo reúne además tributos a artistas tan diversos e importantes, supongo, para Bowie, como lo son Neil Young, Pixies y The Legendary Stardust Cowboy, de quien tomó prestado el título Stardust para complementarlo con Ziggy, en referencia a su amigo Iggy. Otras canciones se me figuran como readaptaciones de temas clásicos de su propia autoría. Por ejemplo, no puedo dejar de asociar “Slow Burn” con “Heroes”. La línea del bajo ya lo sugiere. El video, sin créditos al director, sin terminar, es una pieza de ciencia ficción. Sucede entre un estudio de grabación y un apartamento que luego vemos están suspendidos por fuera del planeta Tierra. El muro de “Slow Burn” es distinto al de “Heroes” en donde los amantes se encontraban resistiendo las armas y los tiros encima de la cabeza con un beso que los salvaba del caos del mundo; en “Slow Burn” los muros tienen ojos, las puertas tienen oídos, es la supervigilancia a la que estamos constantemente sometidos tras la muerte del Futuro. “Slow Burn” es como “Heroes” sin Héroes, sin heroísmo, en donde el muro se ha interiorizado y los amantes se han separado, tal vez dejando a un hijo que ni siquiera es un reptiliano que te pueda llamar Papá porque no te reconoce.

5:15 los ángeles se han ido. 5 + 1 + 5= 11. Número supersticioso que también marcó la muerte del futuro y el inicio de la era del Terror. “Extraños ojos arenosos” como los de un niño que se paraliza en medio de un camino destapado observando cómo la caravana de los fabulosos seres del circo parten para siempre en busca de nuevos cielos. Las arenosas estrellas del firmamento artificial se recogieron y, solo una estela de polvo y melancolía queda suspendida en el aire y el niño cierra el puño como tratando de aferrarse a un mundo de fantasía al que aún podía refugiarse.

Si David Bowie pudiera darme respuesta a esa pregunta que desde entonces no me abandona: ¿En dónde encontrar el cielo estrellado, donde pueda ser el payaso principal de la función al que aplauden con júbilo, como el orquestador de toda una constelación de frágiles sistemas que renuevan de magia los sueños de la gente más triste de los pueblos abandonados?

Yo recuerdo que era feliz en el parque esperando la próxima función de circo, pero cuando se fueron se rompió algo dentro de mí y ya no volví a encontrar mi propia estrella en la encantadora risa de la malabarista que, absorta en su propia gracia, devoraba toda mi concentración y existencia traducida en los sueños de la fantasía de un niño que se queda para siempre atrás de la caravana.

Música, maestra: