La chica mecánica. Ficción climática monumental. (Reseña)
Esta novela,ambientada en la Tailandia del siglo XXII, contiene todos la variedad de subgéneros «punk» que se puedan imaginar: steampunk (tecnologías futurísticas a base de carbón y vapor), dieselpunk (artefactos pesados impulsados por motores diesel), biopunk (hackeos biológicos, manipulación de ADN, bancos de semillas) y cyberpunk (grandes sistemas de datos informáticos). Si es por nuevos géneros, también se puede afirmar indubitablemente que se acopla a lo que Dan Bloom entiende como Cli-Fi, o Climate Fiction, es decir, una historia en donde el cambio climático cumple una función protagónica. Y, finalmente, cumple todas las prerrogativas necesarias para considerarse una clara distopía política.
Además, La Chica Mecánica, ópera prima de Paolo Bacigalupi, ha sido merecedora de los principales premios del género: Hugo, Nebula, Locus, Campbell e Ignotus (en España). Arrasadora serie de reconocimientos que ipso facto obliga a detenerse en el análisis de la obra.

Aunque la portada en español es buena, esta japonesa me parece extraordinaria.
La historia está contada en un estilo polifónico, muy al estilo de Philip K. Dick, en el que a través de varias líneas paralelas se va desarrollando y entretejiendo una trama más compleja hasta que se cruzan cada una de estas realidades modificando finalmente la inicial para desembocar en un escenario completamente nuevo.
Entonces tenemos la historia de Anderson Lake, ciudadano extranjero que tiene una empresa fachada de desarrollo de muelles percutores cuando en realidad es un agente de una industria de proteínas con intereses en Tailandia; Hock Seng, es su secretario personal, un chino malasio refugiado viviendo al borde de la extradición; está la historia de Emiko, la chica mecánica, que es un neoser, una humanoide modificada genéticamente creada en Japón pero abandonada en Tailandia en donde se le da un uso exclusivamente sexual, pero con una consciencia existencialista de universitaria occidental que no puede con ella; y un oscuro héroe nacionalista, ex campeón de peleas muay thai, llamado Jaidee junto a su malhumorada compañera Kanya.
illisiT de Skinny Puppy banda sonora de un mundo biopunk
La ambigüedad hace parte del juego. «Ilícito» o «Todo está enfermo» son solo dos de las formas que se puede interpretar illisiT, el título de este video, que viene a formar parte (después de casi 10 años sin estrenar uno después de Pro-Test) del breve catálogo de vídeos de Skinny Puppy, banda Electro Industrial originaria de Toronto, pero que en la actualidad no parece tener un suelo, como no lo tienen ni el Poder, ni las guerras: todo sucede en la plataforma de juego y de guerra en un desolado futuro orwelliano.
Este video es la recreación de la banda sonora de una agrupación madura que canta a la «Edad Criminal», en la que la sistemática violación de derechos humanos, la burla déspota de los ejércitos, los nuevos paisajes de cárceles fantasmas como habitaciones 101, configuran las pesadillas de los inconformes del sistema. Un robotito (icono infantil de los viejos sueños futuristas) es destrozado al tiempo que de la carne emergen nuevas monstruosidades tenticulares , y los objetivos se centran en el control de la información que, al mismo tiempo, es un arma letal para la presa como para el cazador.
Charla para un ratito feliz: CIENCIA FICCIÓN EN ESPACIOS NO CONVENCIONALES
DE VUELTA A LO INESPERADO
CIENCIA FICCIÓN EN ESPACIOS NO CONVENCIONALES
Una caja de dientes es tan biopunk como una prótesis cibernética espacial.
viernes 15 de marzo.
Laboratorio Bitácoras de un equívoco (en el marco de «Bienvenidos conquistadores interplanetarios y del espacio sideral«)
En EL PARQUEADERO: Museo de Arte del Banco de la República calle 11 #4-21 (Bogotá)
La decepción de la ciencia ficción.
- Descripción:
¿Qué tiene en común José José con Philip K. Dick? Desde un punto de vista estrictamente científico, tienen en común todo y nada, como dirían los grandes maestros que ahora son parte del polvo cósmico.