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La carta de Huxley a Orwell sobre 1984

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¿Qué pasó después de 1948, fecha que intercambiadas las dos últimas cifras, da 1984? Llegó 1949 y con ello las primeras críticas al famoso libro que escribió George Orwell, que según varios estudios, es el que más ingleses han mentido a la hora de decir que han leído «para parecer más inteligentes» (acá está el estudio para que no digan que yo también miento: metro.co.uk) . Pero hubo un inglés que ciertamente sí leyó el libro, y fue nada más que el maestro de Francés de Eric Arthur Blair (o sea Orwell), quien además pasó a  compartir con este autor el no pequeño mérito de haber escrito otra de las grandes distopías del siglo XX: «Un mundo feliz». Aldous Huxley, dirige esta carta a la gris Inglaterra de  Orwell desde los placenteros infiernos futuros que alcanza a percibir desde una soleada  California.

Wrightwood. Cal.

21 Octubre, 1949

Hola panita,

Fue muy aleta de su parte decirle a los parceros de la editorial que me enviaran una copia del coroto. Llegó cuando estaba todo secuelo trabajando en este camello  que necesita mucho libraco  y visaje; y como ando todo Señor  Magoo necesito parar de leer , entonces me tocó esperar un resto antes de meterle la ficha a Mil Novecientos Ochenta y Cuatro .

No le voy a meter más leña a todo lo que le han dicho esos pirobos  críticos , ¿si pilla? porque el libro es importante, profundo  y tales…  Pero le voy a cantar la vuelta con lo que anda diciendo — ¿La revolución final? Los primeros consejos de una filosofía de la revolución makia — la revolución que va más allá de la política y la economía, y cuyo propósito es una subversión áspera de la sicología y fisiología del individuo — esa la tiene el Marqués de Sade, un man re-frito, todo curtis,  que viene del parche de Robespierre y Babeuf. El video de esas pocas caspas de Mil Novecientos Ochenta y Cuatro  es puro sadismo que se ha pasado, obviamente, a la conclusión lógica de ir más allá del sexo todo rico y luego diciendo que no, ¡la chimba!  Pero la verdad es que ese visaje de que la bota-en-la-jeta siga como pac-man es pura trama. Yo a lo bien creo que esos gonorreas gomelitos va a encontrarla más suave, y sin mancharla menos, y así van a estar más tranquilos, como yo lo pongo en Un Mundo Feliz. He pillado en estos días la historia del magnetismo de los animales y la hipnosis, y parce, he estado todo tramado viendo que después de casi cientocincuenta años, el mundo se ha negado a tomar seriamente los descubrimientos de Mesmer, Braid, Esdaile  y el resto de loquitos.

En parte es porque andan todos empeliculados por el materialismo y la otra porque le tienen un respeto todo chimbo a los filósofos del siglo diecinueve y esos manes de ciencia no están en la juega para investigar las cosas más raras de la psiquis para los manes prácticos, como los políticos, milicos o tombos, para experimentar con ellos en el campo gubernamental.  Gracias a la ignorancia voluntaria de los cuchos, la llegada de la revolución aleta fue demorada por cinco o seis generaciones. Otro accidente repaila fue la inhabilidad de Freud para hipnotizar bien severo y por eso se abrió de la hipnosis. Esto retrasó la aplicación general del hipnotismo en la psiquiatría por al menos cuarenta años. Pero ahora el psicoanálisis ya se está combinando con la hipnosis; y la hipnosis ahora es breve e indefinidamente extendida a través del uso de los roches (barbitúricos) [que yo prefiero comer por las esquinitas porque así saben más dulcecitos], que lo inducen a uno a la hipnopedia y estados de sugestión en incluso los sujetos más recalcitrantes.

En la próxima generación creo que los líderes del mundo van a descubrir que  el condicionamiento de los pelados y la narco-hipnosis son más eficientes, como instrumentos de gobiernos, que los clubs y la cana, y que la sed de poder puede ser completamente satisfecha solo diciéndole a la gente que ame su servidumbre, que cascándoles o pateándoles para que obedezcan.

En otras palabras, siento que la pesadilla de Mil Novecientos Ochenta y Cuatro está destinada a modularse dentro de la pesadilla de un mundo que se parece más al que imaginé en Un Mundo Feliz. El cambio se dará como resultado de la necesidad sentida de incrementar la eficiencia. Mientras tanto, obvio, va a haber una guerra atómica y biológica a larga escala — en ese caso, debemos tener pesadillas de otros tipos apenas imaginables.

Gracias por el libro. Severo !

El viejo de siempre,

Aldous Huxley.

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PERROS EN EL BRONX

Heidegger, el pastor del mundo

Heidegger, el pastor del mundo

PERROS EN EL BRONX

Por Pedro Sánchez Merlano

 Como dijo el coquero, te pensaré entre líneas.

 

A los perros les encantaba inhalar cocaína, su olfato exacerbado potenciaba los efectos del estimulante. Era la fórmula de amor perfecta para no ver soluciones a algo tan terrible como es vivir. Los pescados patrullaban la zona. Como todo policía, los pescados eran cadáveres de sueños que nunca pudieron verbalizarse. Los cantos de los gallos en el fondo de la gallera exclamaban cómo la soledad se acostaba en la mesa de cada uno de los habitantes del Bronx.

Picaflores Fernández se aprestaba a vender la última bicha de bazuco en la taquilla de Homero, su alegría consistía en que a punta de barbitúricos había logrado olvidar su amor. Y ahora en su cabeza solo reposaba los cálculos del bazuco que debía trocar por monedas.

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Mi último fracaso. Sobre el país más lindo del mundo

amorjapon

El amor de Dios nunca se acaba, mi hermano. El de las mujeres nunca comienza.

Geiner Sakamoto despertó pensando en las prostitutas de Medellín, pero estaba en Tokio y allá no hay arrestos para la vulgaridad del roce genital. Ese amor agape que alguna vez pronunció el Cardenal Joseph Ratzinger como una historia verdadera ha aterrizado en tierra de paganos. La tecnología los ha hecho tan puros y el dinero tan espirituales que ya no hay tiempo para detenerse en el pecado por seguir el ritmo frenético del trabajo y el consumo. La bomba de Nagasaki ha traído su gloria sobre un pueblo que ya no necesita genitales. El paso se acerca, el paso final, no habrá más inmundicias y todos debemos ser japones, es decir, todos debemos cansarnos hasta el punto de abandonar el sexo para siempre de nuestra existencia. Andaremos en autos deportivos, por autopistas interminables, sabiendo que la felicidad por fin ha quedado excluida de nuestros planes.