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El arte transgénico más allá del conejito verde

{_ Por Wanda Uribe Villa _}  

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Wanda Uribe Villa

ABSTRACT

En el texto se abarca el tema del arte transgénico como una técnica que ha existido en el arte antes de adquirir dicho nombre, también se plantea el arte transgénico como un método para lograr que las generaciones presentes y futuras de artistas comprendan que la separación entre tecnología y cultura cada vez es más difusa y que los dualismos entre software y hardware ya no presentan las mismas dificultades y diferenciaciones con las que fueron concebidos en principio. Es una crítica al saber popular de separación entre dos mundos (arte y tecnología) que están más relacionados de lo que se conoce, incluso desde antes de existir el concepto de arte transgénico.

ARTE TRASGÉNICO

Para construir una definición de lo que es Arte Transgénico y su incidencia en el contexto latinoamericano, es pertinente citar las palabras de la historiadora del Arte Ana Rosa Valdez ante la pregunta ¿Qué entiende por arte transgénico y cuál es su posición? A lo que responde con éstas palabras:

Antes me parecía una forma de experimentación oportuna en relación con ciertos avances “científicos”, pero ahora tengo otra idea al respecto. La obra de Kac del conejito me parecía genial. Pero ahora no estoy segura del planteamiento de Kac en cuanto a reflexionar sobre la repercusión de la relación entre arte y ciencia. Creo que Kac hace una suerte de ready made para el mundo del arte. No veo ahí mayor cosa que lo que ocurre, por ejemplo, con la oveja Dolly en el mundo del espectáculo y los medios. Y decir arte transgénico es como decir arte pintura, o arte escultura. Él otorga centralidad al medio mediante una reflexión sobre este mismo. Otra de las cuestiones es la ética. Al respecto mantengo la misma postura que tengo sobre la experimentación en animales. No creo que sea necesaria para demostrar la hipótesis, creo en una ciencia libre de sufrimiento de seres vivos. Me gustan más las obras de arte “robótico” de Kac, por cierto, que se preguntan por el cuerpo transhumano, una realidad corporal asistida por la robótica. El asunto es que lo estético en estas obras suele verse como valor agregado y no como punto de partida. O sea, ¿de qué sirve tener, por ejemplo, abrigos hechos con tejidos transgénicos? Yo no veo mayor aporte que el realizado por la ciencia. [1]

ALBA

 La posición de Ana Rosa Valdez tiene varios puntos sobre los que vale la pena reflexionar pues plantea, primero que todo una relación entre arte y ciencia de la que existen antecedentes tan importantes como Leonardo Da Vinci con sus constantes intentos de creación acompañados de técnicas artísticas del momento que definieron el arte de su época. Asimismo, el brasilero Eduardo Kac, está haciendo la relación entre los métodos artísticos de su época y los avances científiharbisoncos de la misma, con “Alba, el conejo fluorescente”, Kac nos presenta la posibilidad de manipular los genes de un animal y mezclarlos con otro, estas posibilidades abren la mente y dan paso no sólo a nuevas propuestas estéticas sino también a avances científicos de gran importancia, como puede ser el uso del ADN humano y mezclarlo con algunas propiedades de máquinas o de otros animales para prolongar la vida de los humanos o para aumentar su destreza en uno u otro campo, como lo hace el reconocido artista británico Neil Harbisson que desarrolló un aparato que mantiene conectado a su cerebro para ver colores a través de las ondas sonoras, potenciando así una capacidad que ya tiene, la del oído para hacer una imagen con las ondas del sonido que su cerebro procesa.Entonces el arte transgénico nos traslada al transhumanismo, a recurrir a las ayudas tecnológicas para hacer del humano un súper humano y potenciar las capacidades que ya tiene en capacidades fuera de lo común haciendo de este ser alguien extraordinario.

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Sinopsis de un espacio, sobre Puntos de Fuga de Illich Castillo.

Puntos de fuga de Ilich Castillo: sinopsis de un espacio

 por Ana Rosa Valdez*

placa reseña

Placa Conmemorativa Puntos de Fuga

En los escenarios dispersos y engañosos de la Historia, habitan relatos del pasado que no son falsos ni verdaderos y que, sin embargo, iluminan el presente de forma legítima. Toda ucronía o historia paralela es un guiño hacia el ahora que intenta decirnos “¿qué hubiera ocurrido si…?”, y en este ejercicio deja en suspenso cualquier intento de veracidad, o autenticidad, para afincarse en un escenario imaginario en donde otra realidad se hace posible. Para fabricar ucronías, Ilich Castillo recurre al sueño, esa sustancia informe que contiene, potencialmente, la imaginación de lo infinito. Sus ucronías son sucesos en minúscula que abren cortes en la línea imposible del tiempo para interpelar las memorias de acontecimientos pequeños, si cabe el término, es decir no confrontan los grandes relatos del pasado, ni las historias oficiales del mundo, sino que se enfocan en develar, o construir el valor que tienen los hechos “intrascendentes” (que por lo general no se reflejan en las escrituras permanentes de la Historia).

En su trabajo, la obra Puntos de fuga constituye un segundo momento en un proceso de investigación artística que inició con el video Test: ángel exterminador, en el cual se muestra una deriva en la Casa Juan X. Marcos, ubicada en las calles Malecón y Junín de la ciudad de Guayaquil (antiguo sector del comercio cacaotero) y a un grupo de niños formados en paredón frente a una cámara de video. Pero también surge de una conversación con el artista acerca de cómo nos relacionamos con los espacios que habitamos, de los cuales somos momentáneos(as) dueños(as), y a través de qué procedimientos podemos recorrerlos en la conjetura del presente.

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