Bendito sea Dios por los ateos brillantes
Los ateos se han angelicado. También pueden tener alas de ángeles y efectuar vuelos de ternura. En el documental «Ateismo brillante» aparece Juan, un ferviente ateista. En su discurso se repiten muchos de los tics de este movimiento que cobra más fuerza y al que muchos alinean con los escépticos y defensores del santo oficio de la cordura.
Los testigos de Jehová y predicadores de cualquier rama del cristianismo tocan a tu puerta o te detienen en mitad de la calle para decirte que todo lo que piensas es errado y que, si no crees lo que ellos creen, habrás de incurrir en una eternidad infernal, aunque siempre existe la posibilidad de esquivarlos. Los ateos no tocan a tu puerta ni te detienen en la calle; todo lo hacen en facebook; publican memes con frases venenosas adjudicadas a Carl Sagan, Richard Dawkins, Mario Bunge, Albert Eisntein, Stephen Hawiking o Neil de Grasse Tyson y no hay manera de evitarlos, en todas las te dicen que, si no eres ateo (ellos no creen que Dios no existe pues son científicos y en la ciencia no hay lugar para ese tipo de operaciones mentales de orden inferior de modo tal que se maneja la duplicidad ser/no-ser) eres un ignorante al que respetan como lo hacen los criadores de pollos con sus aves.
Acá pueden ver el primer vídeo en donde Juan, el bautista de los ateos, narra toda su transformación y entona un coro sólo igualable con los de las iglesias de creyentes.
Kafka y Colombia, una mirada de Rafael Gutiérrez Girardot a Mario Laserna
Esta semana falleció Mario Laserna Pinzón (París, 21 de agosto de 1923 – Ibagué, 16 de julio de 2013), reconocido como fundador de La Universidad de Los Andes. Les ofrecemos un retrato de esta «personalidad coleóptero colombo-kafkense» tan llorada en los medios, por Rafael Gutiérrez Girardot, un intelectual, quien haciendo honor a este título resultaba tan incómodo para el poder. Este texto se publicó recientemente en la selección de textos de Gutiérrez Girardot en el número dedicado a su memoria por la Revista Aquelarre de la Universidad del Tolima . En este enlace se puede leer la revista en su totalidad: RFG en Aquelarre
Kafka y Colombia*
Rafael Gutiérrez Girardot
En el año de 1915 apareció la narración de Franz Kafka que le abrió las puertas de la fama internacional: La Metamorfosis. Tras el título se ocultaba la protesta alegórica del hijo débil contra el robusto y autoritario padre. Cuatro años antes, en el año del Señor de 1911, en la lejana República de Colombia un doctor gris fundó el diario El Tiempo, que en el curso de los años habría de sufrir, como su fundador, la metamorfosis. Fue una peculiar variación de la que cuenta Kafka. El entonces doctor gris y su diario se convirtieron en un robusto y autoritario padre de la inerme República. Y como buen pater familias, en vez de convertir a sus hijos, como lo hizo el padre de Kafka, en insectos, convirtió a insectos alegóricos en personalidades. En los 78 años de ejercicio de su autoridad paterna, la Casa ha beneficiado a tal número de menores de razón y verdad que podría inaugurar un museo digno de competir con las más ricas colecciones de coleópteros del mundo. Ninguna de ellas, ni siquiera la que hizo famoso entre los zoólogos del mundo al ensayista y novelista Ernst Jünger, tiene especímenes tan raros como los que podría presentar la Casa: el coleóptero colombo-kafkense, es decir, un coleóptero que tiene, como Jano, dos caras, y dos cuerpos, un Gregorio Samsa que mantiene en permanente estado de indecisión el proceso de la metamorfosis, que es a la vez Samsa antes y después del acontecimiento, un permanente devenir, o dicho con términos técnicos, un coleóptero-en-el-tiempo. El devenir -o la indecisión- es una característica esencial de esta especie colombo-kafkense. Como es lo uno y lo otro o, más exactamente, como no es ni lo uno ni lo otro, su ser-en-el-tiempo se determina mediante la “inflación” -no en el sentido económico de la palabra-. Inflación, en este sentido, es Ser-en-El Tiempo. Y en Colombia, quien no es Ser-en-El Tiempo no es.