Y Wilhelm Reich dijo: ¡Hágase la lluvia!
La figura de Wilhelm Reich ha sido una de las más polémicas del siglo que pasó; desde su distanciamiento de la escuela psicoanalítica, hasta sus textos en los que hace referencia a la represión sexual que opera en sistemas económicos como el capitalista, su teoría del orgón y sus últimos días en los Estados Unidos donde, a manos del Macartismo, fue etiquetado como esquizofrénico y sus textos fueron tirados al fuego, lo han convertido en un misterio que hace preguntarnos por los límites y la ortodoxia del discurso científico. Además, su corte de pelo y la ridiculización que sufrió a manos de las instituciones más sectarias de norteamérica, lo emparentan con esa caricaturesca figura del científico loco que desvaría. Entre sus muchas investigaciones, Reich afirmó haber construido el «Cloudbuster», una máquina que servía para hacer llover y que, por lo tanto, habría de ser fundamental para luchar contra las hambrunas. Este es un cortometraje que recrea lo ocurrido en aquella sequía de 1953 en Maine:
Cotidiano: un homenaje documental a Jorge Teillier
Jorge Teillier bebía mucho alcohol, tanto, que si no eres chileno, o aún siéndolo, no vas a entender su confusa vocalización debido a que:
1- Estaba borracho cuando lo grabaron
2- Se acostumbró a hablar como un borracho
En «Cotidiano», un documental-homenaje a este gran poeta del «país de la estrella solitaria», los que hablan son todos los habitantes del pueblo donde murió Teillier en 1996. Muchos de ellos no lo leyeron, tampoco parece interesarles, pero de sus bocas manan los versos del poeta como si nunca antes se hubiesen pronunciado y no hubiera necesidad que volvieran a salir de alguna otra boca:
La última aparición de Borges
Pocas veces J.L. Borges estuvo tan dicharachero como en el último reportaje que le hicieron en la televisión argentina (Junio de 1985). Sonreía como un niño ya que pronto iba a morir y, por fin, habría algo nuevo. Recordó el juicio final que se le presentó justo después de que una mujer lo abandonó y mostró su báculo, con la alegría que ni siquiera un Papa recién nombrado tiene. Se sintió aliviado porque ya no tenía una sola muela que le hiciera volver al odontólogo y aludió el cuento que estaba escribiendo (llevaba dos páginas): la historia se desarrollaría pocos días antes de la revolución libertadora del 55 cuando unos conspiradores deciden excluir a uno de ellos quien, al final, entiende que lo sacaron porque sabían de su cobardía pero lo siguieron queriendo, entonces se establece una relación entre el cobarde y los que han muerto en la lucha, sería una historia de amistad en la que también habría lluvia, uno de los rasgos distintivos de ese septiembre.