Diario del tour de Francia sin estar en Francia ni con los ganadores. Día 12
- Caleb Ewan: el último de la etapa
- Michael Mørkøv: el último de la clasificación general
Fedorov se acerca al último puesto en la general, aunque haya subido un lugar porque su compañero de equipo, David de la Cruz, se retiró de la competencia a causa de una caída en la etapa de hoy. Astana, que hace poco menos de una década parecía el único equipo que podía desquiciar una Gran Vuelta – como ocurrió con el ya retirado Aru y su ataque al ya retirado Doumolin en la penúltima etapa de la Vuelta a España 2015, en La Morcuera, gracias a una emboscada en la que participó el entonces prometedor Landa, o con la recuperación milagrosa del ya retirado Nibali, cuando le birló, también el penúltimo día, en 2016, la camiseta rosa a Esteban Chaves en el Giro de Italia-, semeja una escuadra asustadiza, apegada a sobrevivir; ha perdido ya a L.L Sánchez, De la Cruz y Cavendish y quizá cifre sus últimas esperanzas en ganar una etapa de alta montaña con Harold Tejada.
O su última esperanza es que ocupe el último lugar en la general uno de sus miembros porque ni siquiera en la clasificación por equipos ocupa un lugar destacado: Astana cruza las llanuras de la mediocridad, tan nuestras, tan cotidianas y cercanas que las obviamos y despreciamos para así detestarnos sin necesidad de incurrir en lamentos o melodramas: es mejor despreciar en el otro aquello que no es más que un gesto repetido de nosotros.
Durante los días que Fedorov cupó el último lugar,forjó en mí el impulso de atender a su posición en la carrera respectiva. Puede que mañana empiece su retorno al último lugar, aunque Mørkøv parece establizarse y su carácter grisácelo, el del danés, pueda dotarlo de mayor medianía cuando yo tome más distancia de este show. Vienen los días de total desorientación en el llamado tríptico de Los Alpes. En esas jornadas sobrará la palabra por la que deberían cobrarle a cada cronista de ciclismo cada vez que la escriba (épica); se perderán los últimos en un mayor anonimato y en el cansancio.
Quizá mañana empiecen a pulular las descalificaciones por llegar fuera del límite o surjan enfermedades por el calor y los esfuerzos -a diferencia de Italia, el Covid no existe y nadie se ha retirado por el virus que prometió el final de la humanidad y, como un ciclista de media tabla que ya no sabe discernir su función, se hundió en la cotidianidad-, o haya más caídas o abdicaciones. Espero que Fedorov no sea el que se retire; es lejano el tiempo donde Astana y Vinokurov parecían integrar una banda de muchachos rudos: todo envejece: la galanura, la inteligencia y hasta la rudeza y todo deviene en esa ternura pueril connatural al envejecimiento.
En la etapa de hoy llegó en el último lugar un hombre que padeció toda la carrera y que probablemente no alcance a competir en la próxima jornada hecha para los embalajes: Caleb Ewan.