De Chuyuipe a Canoa (cuarta entrega)

Presentamos “De Chuyuipe a Canoa”, una novela escrita por el autor ecuatoriano Edison Delgado Yepez de quien, anteriomente, publicamos “La necesidad del corazón”. Esperamos que disfruten con este nuevo trabajo de nuestro autor ángel y surfer. Acá podrán leer el tercer episodio.

playero

Segunda parte

El indomable playero de Chuyuipe

Aquella mañana de enero, Ballenita lucia un sol esplendoroso, pero corría por toda la casa de madera un viento helado. Pronto los hermanos Russo fueron despertados por los gritos de Manuel Fernando, que venía acompañado de su enamorada Ingrid y de dos surfistas más: Roberto y Pava Loca.

Manuel Fernando les gritaba desde el portal de la casa de madera:

 -¡Vengan a ver el tamaño de las olas que está escupiendo Chuyuipe!

Pronto los hermanos Russo salieron de sus camas, envueltos en sus edredones y desde una de las ventanas del balcón pudieron contemplar un espectáculo maravilloso: el océano estaba completamente rayado, y miles y miles de olas surcaban la playa para reventarse en la orilla de Chuyuipe.

Ambos cogieron sus tablas de surf y se treparon rápidamente en el volkswagen de Manuel con rumbo a la playa.

Ingrid le preguntó a Danni:

 -¿Van a venir Doménica y Nicole?

-Seguro que sí, la traigo loca de amor-dijo Danni-.

-¡Yaaaaa!, mentira que eres modesto, ¿no?

 

Durante el pequeño trayecto Manuel les puso en la radio la canción The Long Run de los EAGLES y luego Time pasagges de Al Stewart.

Y cuando llegaron a Chuyuipe dejaron la radio del carro encendida y a todo volumen para escucharla desde el mar y surfear con música.

El saxofón se escuchaba a todo dar.

Apenas llegaron los chicos, se dieron cuenta al subir al promontorio de Chuyuipe, decorado con pequeños departamentos para turistas, que el playero estaba escupiendo unas olas increíblemente tubulares y perfectas. Y todos de manera unánime decidieron meterse a correr olas en el playero.

Danni le dijo a Joey:

-¿Te vas a meter al playero con nosotros?, esta es una ola que nunca has corrido, ¡cuidado te vas a matar!

-No te preocupes, brother-le dijo Joey-.

-¡Déjalo que se desahueve!-le amonestó Pava Loca-.

-Sí, déjalo que viva y disfrute. Tiene una casa en Ballenita ¡y cómo es posible que nunca haya corrido el playero de Chuyuipe!

Entonces todos se pusieron a encerar la tabla. El primero en meterse fue Roberto con una tabla de balsa con un diseño igualito a las Mc Coy que usa Cheyene Horan.

Pronto todos estuvieron remando y tratando de pasar por encima de la endiablada espuma que amenazaba con arrancarles la cabeza.

Pava Loca estaba como loco de felicidad y gritaba continuamente:

 -OOOOOOUUUU, vamos hijoputa; hey Neptuno, ¿no tienes nada más que mandarnos?

 Y el dios escuchó el desafío del mortal y de inmediato castigó a todos enviando gigantescas y tubulares olas en represalia al que así, con irrespetuosas palabras, le hablaba.

Después de un buen rato de pujar las tablas todos estuvieron en la punta donde se esperan las mamas rusas.

Y para sorpresa de todos el primero en coger una ola fue Joey, a pesar de que nunca había corrido ese playero. Joey remó una ola tuco de bola, que se venía encima y se fue en ella doblando rápidamente sus abdominales. Todos se quedaron boquiabiertos al ver la pequeña figurita de este niño de doce años montado sobre una descomunal ola de tres metros de playero. De inmediato la ola se fue cerrando progresivamente, y Joey se arrodilló hasta que la ola se cerró totalmente aprisionando al pequeño surfista dentro de la masa de agua.

Danni dijo preocupado:

– ¡VEEE ese hijoputa!, ¡se va a hacer mierda!

-Déjalo que se descoque bien para que se desahueve, que no le va a pasar nada- le gritó Roberto, cagado de la risa, desde la punta-.

Danni no sabía qué hacer si ir a ver a su hermano y asegurarse de que todo estaba bien o quedarse frío y esperar que el enano vuelva al punto sano y salvo.

Y después se pusieron a remar porque atrás se venía una tanda de por lo menos seis olas de tres metros.

Joey supo de inmediato que algo no andaba bien cuando la ola se empezó a cerrar tan pronto. Así que por más que movió los talones, dobló las rodillas y se agachó bien no pudo salir del tubo hasta cuando –presintiendo lo peor-, vio como se le cerró el labio de la ola atrapándolo en el remolino interior.

De pronto todo el mundo de Joey se convulsionó completamente. Cayó aparatosamente, golpeándose la cara y patinando con el cuerpo sobre la ola de tres metros. Por suerte, antes de caer, absorbió una buena cantidad de aire porque la ola lo mandó al fondo de los mismos infiernos acuáticos, dando vueltas y más vueltas, hasta que con el brazo izquierdo tocó el fondo del lecho submarino y comprendió que no iba a bajar más. Después sintió un gran golpe en una de sus piernas.

Entonces colocó sus pies en el fondo y se impulsó hacia la superficie moviendo los brazos como los patos después de que se sumergen en un lago.

Cuando después de un rato, desesperante, logró subir a la superficie, se dio cuenta que estaba rodeado de espuma blanca y que atrás de él estaban las filudas rocas. Pero lo peor era que adelante se le venía encima otra tanda de blanca y mortal espuma. La verdadera muerte blanca.

Trató de respirar y respirar hasta normalizar el fluido de oxígeno en sus pulmones y cuando la espuma ya estaba cerca se volvió a sumergir todo lo más profundo que podía para que la muerte blanca pasara por arriba.

Entretanto Manuel Fernando había remado al fondo hasta colocarse delante de una monstruosa pared de playero de tres metros y remando dejó que la ola lo llevara hasta la cresta de blancos penachos de espuma blanca, para luego dejarse deslizar atléticamente hasta el piso de la ola.

Danni estaba al fondo tratando de ver emerger la cabeza de Joey, y no se quedó tranquilo hasta que lo vio salir y abrir la boca para respirar tal como le había enseñado.

En la playa estaba solita Ingrid asustadísima por Joey, y maldiciendo a Danni por dejarlo entrar a correr olas en un mar tan bravo.

De pronto se quedó más tranquila cuando vio que Joey empezaba a remar hacia fuera en dirección hacia la playa. Cuando salió lo fue a recibir y se quedó de una pieza cuando Joey le mostró las piernas todas lastimadas, sangrantes y rayadas por las filudas rocas.

Y ahí se quedaron sentados en la arena, cogiendo sol. Por suerte al pequeño Joey no se le había roto el cordón de la tabla.

Adentro Danni comenzó a respirar más tranquilo al ver que su hermano se había salido de las olas y que ahora estaba sentado junto a Ingrid.

Más al fondo estaba Roberto remando una ola gigantesca, hasta que se dio la media vuelta y se dejó llevar por una ola de tamaño impresionante. A duras penas se pudo parar y bajarla cuando se dio cuenta que el tubo iba demasiado rápido y se fue para adelante porque la tremenda ola se cerró completamente.

Danni comprendió que algo andaba mal. Y cuando llegó Manuel Fernando lo confirmó.

-¡Qué hijoputa, hermano!, ¡estas olas se están cerrando malditamente!, así no vamos más que ha correr tumbos y más tumbos.

-Será mejor que nos vayamos remando al salinero, sino vamos a perder el tiempo remando por gusto-dijo Danni-.

-Esperemos a que lleguen los otros para ponernos de acuerdo- dijo Manuel-.

En la playa Ingrid le preguntó a Joey:

-¿Cómo estás?, ¿te arden mucho las heridas?

-Más o menos, más o menos, ¡qué hijoputa de olas, están grandísimas, pero no se las puede correr porque se cierran!

-Lo más probable es que salgan y se vayan al salinero-dijo Ingrid-.

-Lo dudo. Yo en el lugar de ellos en vez de pasar por la espuma maldita de la orilla me iría remando mar adentro hasta llegar al salinero.

-Entonces eso es lo que han de hacer, esperemos a ver qué pasa.

Adentro Danni y Manuel esperaron hasta que llegaron Roberto y Pava Loca, y cuando llegaron, llegaron paniqueados por la espuma blanca que estaba mortal.

Entonces Manuel les dijo:

 -Mejor nos vamos remando al salinero, esto está imposible de correr.

-Simón, brother, vamonos al salinero –acertaron a confirmar los otros-.

Y de pronto, los turistas que vivían en los departamentos de la roca de Chuyuipe, fueron testigos de cuatro lunáticos montados sobre tablas hawaianas, que pasaban remando por en medio de un mar furioso que escupía olas de tres metros, que se estrellaban sobre las rocas.

Afuera llegó el Land Rover de Doménica con Nicole, y se parquearon junto al volkswagen de Manuel Fernando y empezaron a sacar las sillas, las toallas, los bronceadores y el parasol y se fueron con todo al playero de Chuyuipe ya que no divisaban a los chicos en el salinero cuando de pronto Nicole le dijo con un grito:

-¡Mira allá en la punta están!, y vienen remando para acá, al salinero.

-¡Cierto, cierto!-dijo Doménica-, mejor quedémonos acá, pero qué escándalo es esa música en la radio de Manuel.

Doménica se refería a la canción Take it easy de los EAGLES.

Así que empezaron a colocar la sombrilla en la arena, colocar la toalla y a ponerse bronceador por todo el cuerpo.

Doménica tenía puesto un traje de baño amarillo de una sola pieza y Nicole tenía puesto un traje de baño naranja de dos piezas y pronto se terminaron de embadurnar todo el cuerpo de aceite protector y se acostaron sobre sus toallas y bajo el parasol aunque en aquel momento corría un viento helado y el sol se empezaba a ocultar entre las poderosas nubes grises que flotaban descomunales en el firmamento.

En ese instante aparecieron por las rocas de los departamentos las siluetas de Ingrid y el pequeño Joel, que venían caminando por la arena desde el playero.

Ingrid al verlas les gritó:

 -Hey, mujeres…,¡a la hora que vienen!

Doménica al ver las heridas sangrantes en la pierna de Joey se asustó y les preguntó:

 -¿Por qué se vienen para acá?, ¿qué ha pasado?

-Joey casi se mata en las rocas y de pura suerte no se le ha partido la tabla. Parece que las olas del playero se están cerrando en tumbo y los chicos se han pasado remando al salinero.

-Nicole levantó la cabeza y se cubrió los ojos con la mano para ver bien las heridas de Joey.

-No es nada, no es nada. Por suerte en el botiquín de la casa hay alcohol, mertiolate y sulfa. No pasa nada.

Y mientras Ingrid desenrollaba su toalla para acostarse junto a Doménica, Joey siguió de largo con rumbo a la casa para curarse las heridas. Nicole le dijo:

-Espérame que te acompaño.

Y juntos se fueron a la casa caminando por el sendero polvoriento y lleno de espinas y monte del desierto.

Cuando llegaron, Joey dejó escurriendo su tabla en el portal y luego se fueron directo a la cocina para buscar el botiquín, sacó el alcohol, apretó los dientes y se empezó a esparcir gotitas del caliente líquido sobre las ardientes heridas de las piernas y las rodillas.

Nicole le miraba y le preguntaba:

-¡Qué valiente eres!, ¿no te arde?

-Sí, un poco, pero ya estoy acostumbrado. La primera vez que cogí una tabla, cuando me logré sentar sobre ella, ¿adivina lo que hice?

-¿Qué?

-Me clavé la punta de las quillas en los talones, ¿quieres escuchar música?, la radio está sobre el refrigerador, ¿ya desayunaste?

-No, la loca de Doménica no me dejó porque estaba desesperada por venir a ver a Danni, como si se le fuera a escapar a Canoa.

De inmediato Nicole encendió la radio mientras Joey se colocaba mertiolate sobre las heridas, y de la radio se empezó a escuchar la canción Don’t Stop de los Fletwood Mac.

 

Don’t stop thinking about tomorrow…yesterday is gone…yesterday is gone…uuuhhhh don’t you look back…don’t you look back…

Joey le dijo a Nicloe:

-Ahí, debajo de la escalera, hay unos periódicos viejos. Cógelos y distráete un rato.

Y Nicole empezó a revisar las noticias y de pronto leyó:

EN EL FESTIVAL POP

Alentada por 5.000 jóvenes que asistieron al festival de música popular en Sydney, una chica australiana baila ritmos modernos, mientras exhibe su busto, cubierto tan sólo por unos pocos collares de cuentas. Como suele suceder en estas grandes aglomeraciones de jóvenes, abundan los excesos. Radiofoto UPI

– Definitivamente allá sí que saben divertirse- dijo Joey-.

-¡Joey, estás loco!-dijo Nicole-.

-Bueno esto parece que ya está- dijo Joey sobre su herida-.

-¿Te pusiste los polvo sulfa para que se te cicatrice rápido?-dijo Nicole-.

-Sí, ya está todo listo-dijo Joey-.

Entonces Nicole dijo:

 -¿Por qué no preparas algo para desayunar que estoy hambrienta?

-¿Qué quieres?, te sugiero unos pedazos de carne asada en gas.

-¿Y cómo es eso?-preguntó Nicole-.-

¿Ves esa bandeja de allá?

-Sí.

-Bueno ponla en la cocina, enciende la hornilla y luego rebana la carne que compramos ayer en el supermercado TODO y ponla sin nada de aceite sobre la bandeja.

-¿Sin aceite?

-Sin aceite-respondió Joey-.

Después de que hizo lo que le indicó Joey, se sentó junto a él y empezó a leer otra noticia que le había llamado la atención.

EL FILM M.A.S.H. GANO EL GRAN PREMIO DEL FESTIVAL DE CANNES

Cannes, Francia Una de las estrellitas que asisten al festival de films de Cannes que se realiza anualmente es Helena Colonia la misma que posa en la playa de este balneario. Radiofoto UPI

Joey se quedaba mirando con ternura la pequeña cabecita pelirroja de Nicole que movía sus pequeños labios mientras ponía ceñuda la frente. Al parecer ya empezaba a sentir algo por esta linda chiquilla de la playa.

-¡Diablos cómo extraño la televisión!-dijo Joey-.

-En el Land Rover, Doménica trajo una tele de pilas, ¿quieres que la traiga para ver?, mientras tú vigilas las carnes, ¿sí?

-¡Bueno!, ¡me parece excelente!

Entonces Nicole dejó a un lado los periódicos, salió de la vieja casa de los hermanos Russo y se fue por el camino arenoso y desértico a ver la tele en el carro de su amiga.

Mientras tanto Ingrid y Doménica hablaban de cosas sumamente importantes para unas chicas de diez y siete años.

-¿Cómo vas a hacer para hablarle a tu papá para que te deje ir con Manuel Fernando a Canoa en Manabí?- le preguntó Doménica a Ingrid.

-Lo mío con Manuel Fernando no es parecido a lo tuyo. Tú recién estás de enamorada de Danni, y yo en cambio me amarré con él desde chiquitita y nuestros padres han pasado toda la vida la temporada de playa juntos como familia. Cuando sea grande me casaré con Manuel, nos iremos a la yoni y tendremos muchos hijos. Si Manuel quiere irse a Canoa, por supuesto que tiene que irse conmigo, si no, no va.

-¿Pero yo cómo voy a hacer?-dijo Doménica-, en mi casa las únicas que saben que estoy amarrada con Danni son mi hermana mayor y la empleada.

-¿Y crees que tus padres no han visto el beso que le diste de despedida la noche de la fiesta en el Yacht?, ¡estás loca si crees que tu mamá no sabe ya todo el rollo con la plata que le pediste para hacer las compras en el supermercado!

-¡Te juro que no sabe nada!, yo le dije que era para otra cosa.

De pronto vieron a Nicole que venía caminando por el camino desértico en dirección hacia los autos y entonces Ingrid les gritó:

-¡Cuidado con estarse besando mucho tiempo, eh!

Y Nicole les hizo un gesto con la mano en señal de abandono de que no me molesten y siguió de largo hasta llegar al Land Rover, cuyas puertas no se podían cerrar con seguro, y sacó el pequeño televisor en blanco y negro para luego emprender el camino de regreso hacia la vieja casa de madera.

Mar adentro, Danni empezó a remar una ola salinera gigante de tres metros que se le venía encima.

Cuando sintió el empujón se fue de manera perfecta y atlética sobre la ola y de entrada la bajó y volvió a resortearla hasta llegar a la cresta para sacar una tremenda estela y volver a bajarla como lo hubiera hecho Mark Richards.

Para Pava Loca el salinero era la ola de su lado y cogía esas olas de tres metros de Chuyuipe como si se trataran de olitas de juguete.

Una y otra vez las remaba luego se embarcaba en ellas y de una se tubeaba o sacaba una estela para luego dar un largo recorrido hasta pegarse un cutback, o retroceso, de manera tan inclinada, que el cuerpo parecía que se iba a acostar sobre la ola.

Roberto era más soul en el surf, más lento, vacilaba las bajadas de las olas sin tantas maniobras arriesgadas ni tantos movimientos radicales.

Manuel Fernando, en cambio, un veterano de Montañita, era el que tenía un ojo para seleccionar la ola más gigante.

Todavía recordaba la primera vez que durmió en Montañita. Había llegado a la casa de madera de un amigo y el padre de éste no sabía nada, y cuando llegó, lo sacó de la casa y Manuel Fernando tuvo que dormir en la arena y hasta se mojó en la madrugada porque cuando la marea subió, lo encharcó completamente la pantaloneta. Desde entonces Manuel Fernando había llegado a la conclusión de que un citadino exige ciertas comodidades. Él sólo corría olas tremendamente grandes. Y las bajaba casi con una sonrisa en la boca. Su lema era:

MIENTRAS MAS GRANDE ES LA OLA MAS LIBRE ERES

Entretanto Nicole ya llegaba a la casita donde la estaba esperando Joey con los pedazos de carne asada, ya servida en la mesa, y acompañados de unos vasos de Fresco Solo de uva. A Nicole le caían bien los hermanos Russo ya que no se trataban de dos mochileros apestosos que se habían quedado en la época de PEACE AND LOVE.

Nicole acomodó la pequeña televisión portátil para que la vea Joey, la encendió y de pronto se empezó a ver en el televisor las imágenes de una película de Roger Moore, titulada: LA VENDETTA DEL SANTO. Nicole había tratado a Joey con la misma cortesía como su madre trataba a su padre. Y pronto se sentó en la mesa junto a su amigo para desayunar carne asada con vasitos de Fresco Solo.

De pronto con la boca llena Joey le preguntó a Nicole:

-¿Qué tal es esa movida del Hula Hula?

-Divertido, pero un poco agotador. Es como saltar la cuerda en el patio del colegio. Hay que estar con el círculo de plástico alrededor de la cintura, practica y practica, todo el tiempo para hacerla girar bien.

-Más o menos lo mismo que el surf. Hay que correr olas todo el tiempo para vacilar bien el deporte-dijo Joey-.

-Sí. A propósito, ¿tienes Coopertone?

-Nosotros no usamos bloqueador solar, ya estamos curtidos.

-¡Ah!

Pronto dejaron de comer, y Joey se fue a sentar al porche a ver el paisaje desértico que cada vez más se estaba poniendo oscuro, parecía que iba a desatarse una lluvia pronto.

Nicole volvió a revolver los periódicos y continuó leyendo noticias. Había una que le pareció disparatada y fue rapidito a leérsela a Joey.

-Mira, mira, esta noticia que me encontré-le dijo-.

COMPENSACIÓN PARA LA MINI FALDA

Nueva York, Modelos avanzados que anteriormente sólo se veían en los escenarios serán parte de la nueva moda femenina en que el busto queda al descubierto de acuerdo a los diseños de Kund Germasion. Para esta semana, aquellos que están descontentos porque la moda mini está pasando, pueden encontrar compensación con el advenimiento de estos nuevos modelos. Radiofoto UPI

-Imagínate qué tipo de moda sería esa acá en Ecuador-dijo Joey-.

-¡Una locura!-dijo Nicole-, imagínate andar por ahí enseñando los senos-.

-¿Qué te parece si nos vamos a la playa?, ya me aburrí de estar aquí encerrado-dijo Joey-.

-¿El sol no le afectará a tu pierna?

-No sé, pero no me importa. Si no puedo surfear por lo menos quiero ver a los muchachos cogiendo olas.

-Bueno, vamos-dijo la pelirroja Nicole-.

En la playa, Doménica seguía su preocupante charla con Ingrid sobre cómo decirles a sus padres, que tenía enamorado y que él la invitaba a Canoa en Manabí.

 -Lo que tienes que hacer es decirle a tu mamá lo que te está pasando. Y si ella te apoya le dices a tu papá.

-¿Y si mi papá me dice que no?

-Entonces estás frita, no puedes ir-dijo Ingrid-.

-¿Y si me escapo?

-¿Aguantarás una paliza por Danni?

-No creo.

-Ten fe-dijo Ingrid-, esperemos a ver cómo lo organiza todo Manuel Fernando, y ya veremos adónde llegamos allá, y qué tiempo nos vamos a quedar y qué vamos a comer.

-Danni dice que sólo son tres días. De verdad no quiero que Danni se vaya solo a Canoa. Me moriría de pena y me encerraría en mi cuarto a llorar.

-No es para tanto. Ellos se van a correr olas. Casi es lo único que les interesa.

-¿Crees que Danni se quedaría si se lo pido?

-Sí, pero no le vas a hacer eso, ¿no?

-Oye, a propósito, ¿ya te viste la película infierno en la torre?

-No, pero me dicen que la actuación de Steve MacQuenn es estupenda y que Fred Staire se luce salvándole la vida a una muchacha.

-Yo me fui a ver Terremoto con ese nuevo sistema sensorround que pusieron en el MAYA, y toda la película es sumamente emocionante.

-Cuando estemos en el Guayas te invito a comer en el USO NAPOLI y de ahí nos vamos a ver Infierno en la Torre.

-Las pizzas en el USO NAPOLI son aguadas, pero sabrosas.

De pronto el cielo que se había estado cerrando con nubes desde la mañana se puso negro y empezó a garuar primero lento y después, de manera gradual, cada vez más fuerte.

-Uuuuy-dijo Ingrid-, vámonos a la casa de los chicos que se viene el aguacero.

-¿Y ellos se van a quedar ahí adentro?

-A ellos les encanta surfear con lluvia. Manuel Fernando me cuenta que en Montañita todo el tiempo corren olas bajo fuertes aguaceros.

-Entonces vamos a esperarlos en la casa-dijo Doménica-.

Y empezaron a recoger las toallas y el parasol y se fueron primero al Land Rover a dejar las cosas y luego, bajo un verdadero aguacero, se fueron a la casa de madera de los Russo.

Ya en el camino se toparon con Joey y Nicole, y todos se regresaron, al darse cuenta que la lluvia arreciaba bien fuerte.

Cuando llegaron volvieron a prender la televisión y empezaron a ver el programa MIS ADORABLES SOBRINOS.

Nicole volvió a coger los periódicos viejos y leyó en silencio la siguiente noticia:

SE CASO CANTANTE SAMMY DAVIS, JR

Cherry Hill, NY El famoso animador Sammy Davis, jr y su nueva esposa Altavisa Gore llegan al Night Club local tras haber contraído matrimonio. Gore de 23 años es la principal bailarina de color de la revista de Davis. Radiofoto UPI.

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