Susana se está muriendo, un corto de Ciencia Ficción
Aún los mugidos de las vacas no se relacionan con los deseos dirigidos a un amante sin rostro conocido ni las cabezas de los delfines, asomadas en un océano nocturno, son el comienzo de hechizos que nacen de los párpados de un aymara que cabecea como loro enjaulado. Pero la alquimia tejida entre las imágenes y las palabras genera mundos donde la cotidianidad se rompe sin que dicha ruptura implique la utilización de alta tecnología. Esto fue lo que hizo Jokin Urriticoechea cuando dirigió y produjo, en 2013, «Susana se está muriendo», un cortometraje que se adscribe a esa ciencia ficción que está convirtiéndose en tendencia en España y que cuenta, como uno de sus abanderados más importantes, con Nacho Vigalondo. En «Susana se está muriendo», la vida y la muerte se trastocan, pierden el carácter absolutorio y definitivo del mundo que, hasta ahora, se nos ha impuesto. La fatalidad se trastorna y la caducidad de los cuerpos y los recuerdos son detalles superables gracias a una técnica que conoce el narrador de la historia: