La gallina degollada del domingo

Quiroga

Después de jornadas llenas de lujuria, el domingo sirve para colocar a cada uno en su lugar. La resaca y la calma chicha de la tarde le otorga al género humano esa humildad y abandono que se olvida a partir de los lunes. Nada es más aplastante que salir a algún parque y ver la medianía de los matrimonios y sus hijos; el algodón dulce, el olor de la carne que se asa y los gatos que huyen del amor descontrolado de los niños se aúnan un escenario mediocre propicio para saber que las cosas seguirán igual. En el relato que a continuación les presentamos, la gallina degollada que alude Horacio Quiroga es uno de esos matrimonios que aplaza el divorcio al punto que la pareja prefiere tener una vida con sinsabores manejables a la desdicha total de quienes se entregan a buscarlo todo y terminan con las manos vacías. La versión que les presentamos es un relato oral hecho por el escritor argentino Alberto Laiseca, esperamos que disfruten este cuento de terror anclado en la medianía terrorífica de un domingo que muere:

 

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