Lovecraft en Gorgona: El último diario de Tony Flowers

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El diario de Tony Flowers, de Octavio Girlado Escobar, Ibagué, Pijao Editores- Caza de Libros, 2008

Estamos frente a una traducción al español. La traducción al español de los fragmentos de un diario que ya en el momento de ser publicados traían  la sospecha de ser «una selección arbitraria del texto original, hasta el momento inaccesible». El traductor comisionado desprecia al autor, y no lo calla, es más, es un traductor que, a través de sus pie de notas, se deja sentir a lo largo de todo el libro: el mismo traductor se convierte así  en otra pesadilla añadida a las que nos encontramos en la lectura. No obstante, existe algo, al interior de este diario fragmentado, que despierta el interés del traductor y que, en su criterio, merece la atención de otros lectores distintos a los habituales de Tony Flowers, el autor, a quienes con un desprecio nada disimulado califica de: ‹‹amigas›› lectoras de vanidades.

Gilipollas. Eso es Tony Flowers. Un escritor de Nebranska con un par de títulos que se convirtieron rápidamente en bestseller, más por mérito de una emprendedora editora judía que por las calidades literarias de Flowers. Este diario, como se infiere de su títulos, es el registro de los últimos días del escritor, ya entrado en decadencia, al borde de la ruina, acosado por revistas y editoriales mientras se enfrenta a una crisis creativa, con una vida disoluta en el esplendor de una Nueva York en 1980.

Lovecraft. En la vida de mierda que lleva Tony Flowers, ve un especial en televisión sobre los mitos de Lovecraft y se interesa realmente por ellos. Hace un estudio superficial sobre la vida y obra del autor, y cree que en estos mitos puede florecer su próxima producción. Al mismo tiempo trata de preparar un artículo para la revista Playboy y vender los derechos de uno de sus libros a Hollywood sin mucho éxito. En el entretanto entabla un romance con una mujer latina, a la que nunca se nombra (tal vez porque lo que se ama no se nombra), y este acercamiento siempre presente con la comunidad latina hace que de con un taxista colombiano que le habla de Gorgona como un lugar tan extravagante (isla carcelaria) que le hace pensar como el paisaje ideal para construir su propia historia dentro del universo lovecraftiano añadiéndole algo que el autor de Providence carece: erotismo.

En resumidas cuentas esta es la historia de El último diario de Tony Flowers del escritor y médico cirujano, Octavio Escobar Giraldo. Esta novela hace parte de la colección 50 novelas colombianas y una pintada, de Pijao Editores y Caza de Libros, colección que tuvo el gran mérito de recoger un amplio espectro de escritores de todo el territorio colombiano, presentando un variopinto escenario de la literatura nacional.

El libro de Escobar Giraldo  constituye una rareza y es un tesoro bien guardado dentro de la reciente producción nacional. No solo por la historia, que como se puede deducir de lo que arriba conté es  bastante atrayente, y no solo por la documentación (tanto de la obra de Lovecraft como de toda la atmósfera que se vivía en este crucial año 1980 en la ciudad de Nueva York, casi como epicentro de lo que ocurría política y culturalmente en el mundo), sino también por la manera en que está escrito y las estrategias para desarrollar la novela.

Algunos críticos, como el profesor Jaime Alejandro Rodríguez, al percibir  la  naturaleza incalificable de la novela, se han arrojado a enmarcarla dentro de lo que se conoce como «Posmodernidad Literaria» (Leer: Posmodernidad literaria en el diario de Tony Flowers) Me parece correcta esta definición en cuanto el juego metaliterario establecido en  el texto y  su carácter cosmopolita, que pretende trascender el hecho de que esta novela sea narrada por un colombiano;  aunque como, siguiendo más cerca a Borges, la condición de provincia es algo de lo que nunca se escapa, y que en este caso, añade más a la narración, como apropiación de un mito de Lovecraft desde la perspectiva de alguien que está marcado por el sino de la violencia y el narcotráfico, es decir, por alguien que vivió el siglo XX en Colombia.

Por mi condición de lector y escritor de género, me arriesgaría también a proponer una lectura de ciencia ficción de la novela, a riesgo de conocer los espasmos abdominales que estas atribuciones generan en ciertos puristas de la ciencia ficción, para los que algo que no tenga que ver con un discurso claramente oficial del género empieza a generarles un sufrimiento cercano al que pueden provocar los monstruos de pesadillas de R’lyeh.  Lo cierto es que en la realidad del diario de Tony Flowers empieza a colarse algo terrible y corrosivo del Universo de Lovecraft que indiscutiblemente es propiedad de lo fantástico.

El último diario de Tony Flowers se establece como una promesa de lo que una renovación narrativa en el género en español puede alcanzar si dentro de sus proyectos está escapar a las tímidas instituciones literarias que nos imponen sus códigos.

Para mayor información y contacto sobre cómo conseguir esta novela: http://www.cazadelibros.com/39novela.php 

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