Introducción de HAMBRE DE CAZA, novela de Francesco Vitola Rognini – próximo libro de Editorial Milinviernos
Presentamos la portada de la nueva novela del escritor Francesco Vitola Rognini, próxima a salir en Editorial Milinviernos:
Francesco Vitola Rognini es un autor ya familiar en Mil Inviernos por sus colaboraciones, que se pueden leer siguiendo el siguiente tag: Francesco-Vitola
INTRODUCCIÓN A LA NOVELA HAMBRE DE CAZA
POR: ANDRÉS FELIPE ESCOVAR Y LUIS CERMEÑO (EDITORES DE MIL INVIERNOS)
Así como se puede afirmar que Philip K. Dick fue el escritor de la administración Nixón y la política McCarthy, por la estructura paranoica de su narrativa, podemos extender este ángulo político de la literatura y afirmar que en esta primera novela, Francesco Vitola Rognini se perfila como el autor del Uribismo. Esto no obedece a que haya urdido un panfleto que promocione “la mano dura y el corazón grande” del ex presidente de Colombia, sino que encuentra en la angurria por cazar la metáfora que mejor describe el período que cubrió la primera década del siglo XXI.
La ejecución de Vitola ha pasado por una máquina que ha transformado a los seres de esta dimensión, de modo tal que el controvertido expresidente de Colombia se llama Urbaín Beleño (Beleño también es otro de los nombres que recibe la planta del borrachero, de donde se extrae la escopolamina). Uno de los pasajes más esclarecedores y que, sin duda, esbozarán lo que fue gran parte de la década Cero en este país es cuando Urbaín, con pantuflas y aterido de un candor inesperado, tiene una gran erección después de varios años de estar sometido a la flacidez absoluta. Entonces aprovecha dicho embate fisiológico para acceder a su sirvienta y antigua amante En el entretanto, él habla con diminutivos semejando aquellas matronas antiguas que imponían autoridad con vocablos tiernos y enjuiciaban sin una pizca de misericordia pero con una mueca de dulzura en sus palabras.
La novela ofrece una multiplicidad de lecturas que no se agotan en lo político o en lo bizarro. Hacemos aclaración en este punto pues vemos cómo se han incrementado los buscadores de “rarezas” en géneros o espacios como los ofrecidos por una novela como la que en este momento está frente a vuestros iris. Por el ritmo y las escenas de sangre, podríamos emparentar esta ficción con el género de la acción moderna, como Rambo Primera Sangre de David Morell; no obstante, pensamos que es mejor dejar sin clasificar o encerrar en un género esta novela puesto que es un híbrido que pone en evidencia la capacidad creativa del lector y su trabajo compartido con el escritor, despojando así, a este último, de esa aura romántica de creador absoluto y omnipotente.
El entrar a esta novela como un retrato del uribismo[1] es una muestra de cómo narrativas de esta especie no son construcciones de un solo sujeto sino que, a través de ellas habla toda una época y toda una literatura. Por lo tanto, esta perspectiva política sirve de base para subvertir el manido argumento de los cultores del realismo y las crónicas “urbanas” que acusan a otras estéticas de escapistas y ausentes de criterio.
En unos años poco interesarán los cientos de columnas laudatorias o condenatorias a un gobernante, en cambio Hambre de Caza siempre encontrará lectores hambrientos de escritura vertiginosa. Prueba de esta supremacía de la ficción sobre la opinión es que Philip K. Dick aún se lee mientras pocos recuerdan a los detractores de prensa de Richard Nixon .
Los sueños también forman parten de todo un entramado de decepción y violencia en el que el orden de las cosas es gaseoso al punto que la vigilia y el dormitar resultan indiferentes a la locura. Por eso todos los personajes que aparecen en el decurso de esta ¿historia? son sometidos al tamizaje del LSD. No hay cura para poder enfrentar una realidad que nos fue hurtada cuando apenas era una promesa de futuro.
Asimismo, las referencias a la cultura pop son constantes, la música rock siempre está presente, desde unos parlantes que salen de un laboratorio hasta en una huida de huestes asesinas. Estas referencias no son un obstáculo para los menos versados en ese mundo y de allí que la novela sea legible y no se convierta en un artefacto susceptible para los fetichistas que buscan hacerse diferentes por escuchar rock y defenestrar a Ricardo Arjona.
En definitiva, Hambre de Caza surge como una de esas tentativas de algún objeto que nos insinúa, al menos, que estamos vivos, y por lo tanto bajo la constante amenaza de ser perseguidos por alguien que nos matará con sevicia.
[1] Entiéndase Uribismo no solo como el proselitismo de esta corriente política, sino a toda una cultura que entrañó estéticas, formas de medir el tiempo, la relación con Dios, el bien, el mal, lo varonil, la mujer, lo moral e inmoral; en ese orden de cosas, el uribismo como cultura es algo que no se agota en el personaje que dirigió al país durante 8 años pues, seguramente, el propio mandatario, en algún momento dado, cometerá el error de no ser uribista y las huestes más enfurecidas lo habrán de incinerar y condenarán al olvido por haber dejado que aquella mano, otrora dura, tiemble como la de Mohammed Alí, es decir, como la de cualquier persona con Parkinson.
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Tags: Andrés Felipe Escovar, Editorial Milinviernos, erección, flacidez absoluta, Francesco Vitola, Hambre de Caza, híbrido, literatura colombiana nueva, Luis Cermeño, mano dura corazón grande, Mil Inviernos, Mohammed Alí, Novela, Pedro Escobar, philip k dick, política, Rambo, Ricardo Arjona, Urbaín Beleño, uribismo
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