RAÚL GÓMEZ JATTIN, a su sentido. Por Dixon Acosta

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Dixon Acosta es un nombre que resulta familiar entre quienes gustamos de la ciencia ficción y fantasía en Colombia, tanto por su aparición en “Antología del cuento fantástico colombiano”, como sus frecuentes colaboraciones en revistas del género como Quinta Dimensión, Alfa Eridiani y Cosmocápsula. Su afición a la literatura lo ha llevado a perpetrar otras tentaciones como la poesía. En esta ocasión publicamos un homenaje de Acosta a Raúl Gómez Jattin, ese poeta desaparecido cuyo valor en las letras de Colombia no fue reconocido sino en las postrimerías de su muerte, es decir, después de una vida de desgracia, que lo llevó a padecer una violenta locura, cuyo arrojo aleccionador  marcó  huella para siempre en el corazón de sus lectores.

RAÚL GÓMEZ JATTIN, a su sentido.

Ibas en sentido contrario

a la enloquecida sociedad

que se escandalizaba con tu voz

tan alta como tu presencia

tan grave como tus penas.

 

Ibas en medio de la calle

vociferando a los enajenados

vestidos de automotores

disfrazados de transeúntes,

sordos alienados sonámbulos

desde sus cobardes rescoldos

empezaron a atropellarte

con golpes de palabra.

 

Ya Pilatos se interesaba

en los misterios de la verdad

la misma que tú ibas soltando

entre verso, sexo y vaso

entre calle, cárcel y hospital.

 

Dicen que estudiaste economía

en la capital de la indiferencia

pero no acumulaste regalías

tal vez sólo sumaste suspiros

de las jóvenes lectoras

que atesoraban las fotocopias

de tus poemas sísmicos.

 

Ibas en sentido diferente

por lo cual no es extraño

que al inicio de tu muerte

chocaras con fría lápida,

Tú, ciudadano del Caribe

enfrentado al país inerte.

 

Tú, único cuerdo y sano

en medio de la vorágine violenta

narcotraficante y envidiosa

que sigue atropellándote

con sus miedos hipócritas.

 

Ibas en sentido distinto

por lo cual no es raro

que sigas cada día

chocando de frente

con vehículos pesados

sin rostros ni placas

dados a la miserable fuga.

 

Ibas y volvías, Raúl

sigues sin volver, Gómez

sin haberte ido, Jattin.

Dixon Acosta

P.D.: La reseña periodística dice que te llevó un carro fantasma, a ti que eras duende, extraño hado entre los mortales. Luego llegaron honores y decretos, los que estuvieron ausentes en tu tiempo. Tú, el condenado habitante de tu cuerpo blando y tus duras circunstancias.

Sobre Raúl Gómez Jattin también hemos publicado:

Raúl Gómez Jattin: anhelo de libertad e infancia. 

Raúl Gómez Jattin o la ensoñación

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