Reseña: ¿Sueñan los androides con alpacas eléctricas?
¿Cómo presentar una nueva antología de ciencia ficción, entre las tantas que se están realizando en el continente -en formato de libros y revistas (digitales o físicas)? Y, aún así, ¿cómo hacer una antología contemporánea de ciencia ficción latinoamericana?
Antes de tratar de contestar estas preguntas me permitiré una apreciación breve sobre cada uno de los cuentos que conforman la antología:
La Delación de Jorge Aristizábal Gáfaro es una parodia de las relaciones de amor de hoy día, atravesadas por la tecnología, el desenfreno consumista y el deseo de alcanzar un estatus, situada en la Bogotá contemporánea, que sirve como el lugar ideal a una raza extraterrestre para pasar desapercibida por otra raza enemiga mientras logran convencer a una ciudadana común de llevar a cabo el plan que les servirá para extraer los recursos que finalmente exterminarán a sus oponentes.
Según el narrador de esta historia, Bogotá es el escenario perfecto para ejecutar el plan al estar «distante de los centros científicos de la Tierra». Esta idea hace eco a la teoría de Patricio Pron de que en Latinoamérica se ha hecho una «ciencia ficción sin ciencia», pero esta afirmación es tan absurda y falta de fundamento como si un científico latinoamericano dijera que en estas coordenadas no se ha hecho literatura o ciencia ficción porque no hay editoriales del tamaño de Penguin o porque el premio Nobel lo entregan en un país escandinavo. Basta recordar la cercanía del Park Way con la Universidad Nacional, Ingeominas, La Fundación Instituto de Inmunología de Colombia, entre otros centros científicos, para falsear esta afirmación. No obstante, esta historia de Aristizábal Gáfaro es una de las mejores de la antología.
EL cuento Straight del cubano Jorge Enrique Lage propone un futuro en el que las relaciones homosexuales se han normalizado tanto que lo desviado y castigado serán las relaciones heterosexuales. Esta historia es la típica denuncia social que desde la ciencia ficción se le puede hacer a un regimen como el de los hermanos Castro en Cuba, isla en la que durante muchos años se condenó y castigó la conducta homosexual, como el caso del escritor Reinaldo Arenas que sufrió los abusos de la dictadura de Fidel Castro.
Las últimas horas de los últimos días de Bernardo Fernández es una suerte de mezcla entre Melancolía de Lars Von Trier a la mexicana y La Carretera de Cormac McCarthy con una pareja de novios adolescentes skaters. El México de este cuento es más parecido a cualquier escenario de Estados Unidos que al imaginario del polvoriento México lleno de cantinas y maricas que nos describió William Burroughs en los 50. Los adolescentes deambulan por los últimos rastros del final del mundo, sin la sabiduría del padre y el hijo de La Carretera, sin la devastación espiritual de los personajes de Melancolía, hasta esperar los primeros embates de los asteroides contra la tierra.
En La Droga de José Urriola estamos ante el relato de un cyborg que narra la manera en como pudo sintetizar las sensaciones de amor y desamor para volverlas estimulantes o depresivos. Es como si cogiera la frase de Burroughs «cualquier cosa que pueda ser hecha quimicamente puede hacerse por otros medios» y la invirtiera: cualquier sensación que pueda hacerse por otros medios puede hacerse químicamente. Un extraordinario relato sobre la naturaleza humana movida por el anhelo del amor y la autodestrucción.
Recuerdo del 2030 de Pedro Mairal es fácilmente el peor cuento de la antología. En un mundo completamente controlado, en donde la mitad del mundo se encuentra en la cárcel, un hombre logra escaparse y remover su chip para encontrar si no la feliciidad sí la libertad. Vale la pena leer esta historia para encontrar todos los elementos que hacen fallar una ficción futurista y procurar no repetirlos.
El cuento Oz de Carlos Yushimito también es bastante malo, excepto por el epílogo que hace del poeta José Watanabe quien no tiene la culpa de haber sido citado en un esta historia. Oz retoma la figura del autómata como elemento de vida artificial. El autómata quiere saber cómo es la muerte y le insiste a su dueño, un viejo que adolece de Alzheimer, que le explique cómo es. Las historias de autómatas en la ciencia ficción bien pueden llegar a ser magistrales, como el caso de El Reloj Mecánico de Philip Pullman o La Invención de Hugo Cabret, o pueden caer en la futilidad, y creo que a Yushimito, por más que cuente con la suprema bendición de la Revista Granta, le falta más destreza en el género para adentrarse en un relato de este tipo sin tropezar.
Entiendo que la breve introducción de García Ángel al libro tiene un interés por acercar al gran público al género y por esta razón existe una preocupación por definir, por contextualizar y por último motivar al lector a sumergirse en los relatos. Pero para empezar a responder mi pregunta, uno ya no debería empezar a hacer una antología de ciencia ficción en Latinoamérica, sobre todo si es contemporánea, preguntándose en la introducción por la ciencia ficción, ni por su significado ni por los orígenes. Uno no debería preocuparse por definir la ciencia ficción, como lo hace García Ángel, en una antología de este tipo; así arroje una conclusión supuestamente abierta en la que las pugnas por definirlo hacen parte de su definición. Ni tampoco debería molestarse uno en escudriñar los orígenes del género en el mundo y particularmente en el continente, para mostrar, como un descubrimiento inédito, que tanto Borges como Bioy Casares escribieron ciencia ficción. Esto porque, primero que todo no son grandes verdades reveladas, segundo porque no es el lugar propio para hacerlo, cuando uno tiene conocimiento de que existe toda una producción intelectual trabajando alrededor de recuperar y valorar la historia de la ciencia ficción en Latinoamérica, en forma de estudios rigurosos y tareas de divulgación que no se quedan en lo anecdótico sino que profundizan tanto el significado como los orígenes de este complejo género. De estos trabajos destaco The Emergence of Latin American Science Fiction de Rachel Haywood Ferreira.
La selección de los autores en esta antología no es clara. Empezando porque ya la dificultad no sería solo definir qué es ciencia ficción, sino qué considera el compilador como contemporáneo. ¿Acaso un autor latinoamericano que sobrepasa cierto límite de edad pero cuya producción sigue siendo constante es menos contemporáneo a otro autor que con menos años puede que su producción ya sea parte del pasado? Porque al parecer para la selección se tuvo en cuenta más un criterio más acorde a la actualidad de la cédula que de las narraciones, siendo el autor más viejo el colombiano Jorge Aristizábal Gáfaro, nacido en 1964… porque en lo que respecta a la actualidad de sus trabajo existen incluso algunos de estos jóvenes autores cuyas obras ya han envejecido mal como la de Pedro Mairal, autor de Una noche con Sabrina Love.
Una antología de ciencia ficción latinoamericana debería empezar por reconocer sus límites. En especial cuando recoge los cuentos de tan solo seis autores en un continente en que somos muchos los que estamos trabajando el género. Basta con ver un número de la Revista Axxón, en donde tan solo en un mes, se pueden encontrar hasta 10 autores, de distintas nacionalidades, con excelentes textos, produciendo en el género: esto también es ciencia ficción contemporánea. Tampoco debería presentarse tan continental cuando desconoce autores de tantos países del continente como Bolivia, Ecuador, Paraguay, Chile entre otros; países que tienen autores reconocidos del género y que hemos presentado, en anteriores ocasiones, en Mil Inviernos. Sería más cierto y válido subtitular este volumen como «antología de ciencia ficción de los amigos de García Ángel».
¿Sueñan los androides con alpacas eléctricas? aunque, a pesar de lo sugestivo de su título, no tiene ningún cuento dentro de las temáticas de Philip K. Dick, posee el mérito de haber seleccionado algunos cuentos -no todos- con una excelente calidad literaria, derribando así el prejuicio de que la literatura de ciencia ficción es un género de fácil escritura.
me interesa mucho este libro pero no se como podria conseguirlo ya que soy de peru y en la pagina de libros al viento no se encuentra para descargarlo
saludos!
Hazel, la idea inicial del distrito era la de subir este material a la red para descarga libre, pero al parecer, han habido problemas de consenso respecto los derechos de autor con los escritores de la antología. De todos modos, los de la gerencia de ideartes han quedado de avisarme cuando suban este material, de ese modo estoy también muy pendiente para anunciarlo a través de milinivernos.
necesito el cuento