Así acaba el mundo para Álvaro Cristancho Toscano: una entrevista reveladora
Álvaro Cristancho Toscano es Escritor y Poeta colombiano, nacido en Labateca, Norte de Santander, el 23 de febrero de 1960. Autor de más de sesenta obras controvertidas y audaces, preñadas con una descarga de imaginación y originalidad impensada. En ellas aborda temas de Economía, Filosofía Pura, Teología, Sociología, Psicología, Medicina, Astronomía, Geología y Política, entre otras materias de actualidad. Escribe en prosa o en verso, haciendo uso de los distintos géneros literarios, sin ningún grado de dificultad a la hora de querer plasmar sus ideas. Solo necesita de una semana para escribir una novela de hasta doscientas páginas, tal es, la recientemente escrita: ASÍ ACABA EL MUNDO. Algunas de estas obras se pueden leer online –buscando su apellido por C- en la página ellibrototal.com
Mil Inviernos tuvo el gusto de hablar con este prolífico escritor nortesantanderano y preguntarle sobre su obra y su visión futurista del mundo.
Mil inviernos: ¿Cómo se inició en el mundo literario?
Álvaro Cristancho Toscano: Leerme a mí es como leer a veinte escritores. Todo empezó muy chico , con la profesora de Español Mery Buitrago, del colegio Pablo Sexto en Cubará, Boyacá, que me decía que leía mejor en público que los otros niños. Yo creo que eso no era muy cierto, pero era la gran estima en la que me tenía la profesora. Luego, en 5 de bachillerato, hoy décimo, el profesor Humberto Enciso en Chita, Boyacá, en el colegio José María Potier, nos colocaba trabajos de Español para hacer poesía, ensayos literarios, cuentos, canciones y me destacaba dentro del grupo, era elogiado por la versatilidad de mi escritura. Yo ayudaba a mis compañeros en sus trabajos toda vez que a ellos se les dificultaba escribir sobre los temas sugeridos por el profesor. La anécdota que me parece más relevante es cuando el profesor al calificar los trabajos se dio cuenta que habían sido escritos por una misma persona, y me llamó para reprenderme, entonces fue cuando me habló del estilo, me dijo que todo escritor tenía un estilo que lo caracterizaba, que uno al leer el escrito, aún sin saber el nombre, se podía dar cuenta a qué escritor se le podía atribuir el texto. Volvió a colocarnos nuevos trabajos de literatura, y los compañeros de estudio una vez más acudieron a mí, pero haciendo la salvedad que tenía que escribirles de una manera exclusiva a cada uno para burlar la pericia del profesor. Así fue como terminé, en una noche, escribiendo hasta 10 o 12 trabajos hasta altas horas de la madrugada que debía entregar al otro día, buscando siempre un estilo novedoso y distinto para cada uno. Ello me llevó a ser un escritor y poeta de varios estilos, en tiempo record; por eso puedo escribir una novela de 100 o 200 páginas en 15 días, o 10 poesías en una misma noche, como sucede con el poemario: “Esa luna y un poema inolvidable”, o “Versos de arcilla”, entre muchos de los otros libros que se pueden leer en ellibrototal.com. También por eso puedo trasegar por varios temas como: la Economía, la Filosofía, Teología, Geología, Astronomía, Exégesis bíblica, Literatura infantil, juvenil y temas de actualidad política, de interés nacional e internacional. Siempre muy inquieto por las teorías. Soy creador de más de 5 teorías, entre ellas: teoría del pensamiento, teoría del calentamiento global, teoría de la anti-evolución, teoría de hipotálamo intermedio, teoría del ocio productivo, teoría del pensamiento animal, teoría de la paz y de la guerra, y teoría del capital limitado. Entre otras.
Mil Inviernos: Háblenos de sus obras.
Álvaro Cristancho Toscano: En prosa tengo novelas, dramas, sainetes, epístolas, ensayos económicos y políticos; en verso escribo con métrica y rima al igual que verso libre, sonetos, cuartetos, quintetos, endecasílabos. Todas en las cuales expongo mis ideas, mis teorías, y la percepción de Dios, del ser y del mundo.
Mil Inviernos: ¿Usted cree que sus obras son creadas por usted o son guiadas por alguien más?
Álvaro Cristancho Toscano: Indudablemente todas las obras son autobiográficas, desde luego que se basan en el conocimiento endógeno de cada vivencia, del conocimiento que se tiene sobre cada materia sobre la cual se escribe. No dudo que al escribir hay una fuente exógena de inspiración casi que podríamos decir que me va dictando lo que he de escribir; lo único que hago es escribir, como un medio, lo demás lo asumo como un dictado. Un caso concreto es que el que me sucedió con la Teoría del Pensamiento que la escribí en tres noches y esa misma semana me fue dictada la obra La última revelación, que se escribió de un solo tiro en solo ocho días. Tal obra la atribuyo a la revelación del espíritu de Dios. Porque, ¿de dónde a mí? Si no existe en ninguna parte publicado, que yo sepa, el lugar exacto de donde Yahvé, Dios, extrajo la costilla a Adán para formar a Eva, y ahí está revelado en ese libro. Igualmente, revela todo el significado del capítulo 13 del Apocalipsis que tiene que ver con el principio y fin del Catolicismo en el mundo; entre otros, la señal del 666, cuyo significado es la señal de la cruz y no otra interpretación.
Mil Inviernos: ¿En qué consiste la Teoría del Pensamiento?
Álvaro Cristancho Toscano: Desde Sócrates, Platón, Aristóteles y los grandes padres de la Filosofía, hasta nuestros días, no se había tocado al pensamiento como sujeto de investigación en esta materia. Lo novedoso de esta teoría es que logra posicionar al pensamiento mismo como el fundamento, el pilar, la madre, el padre, el centro de la filosofía misma. Se ha disertado sobre el origen del hombre, de la vida y del mundo, sobre el conocimiento, sobre la razón pura y sobre todas las otras materias que le han quitado el sueño a la humanidad, buscando de su origen y fundamento, mas sobre el pensamiento no se había escrito con tanta profundidad como lo hago al exponer mi Teoría del Pensamiento. El cual involucra el pensamiento de Dios u origen- pensamiento origen-, pensamiento cósmico – pensamiento universal- pensamiento de los ángeles, pensamiento humano, pensamiento animal y pensamiento vegetal. Y todo aquello que contiene pensamiento.
Mil Inviernos: ¿Y de la Teoría del Pensamiento cómo llega a Las revelaciones?
Álvaro Cristancho Toscano: Si no hubiese tenido la revelación de la Teoría del Pensamiento hubiese sido sencillamente imposible hablar de la forma y de la manera como se habla en La última revelación. Es por decirlo de alguna manera la obra que complementa la Teoría del Pensamiento, pero que logra profundizar en temas tan álgidos y tan espinosos como la transubstanciación de la materia, y prueba que Jesucristo es Dios, único con el poder transubstanciador. Esto descalifica a ciertas religiones que enseñan acerca de una transubstanciación humana, más concretamente en un rito llamado Eucaristía, el cual no es bíblico, ni tal rito tiene que ver con el misterio de la transubstanciación ritual. Jesucristo no instituyó ningún sacramento, menos el sacramento de la Eucaristía. Lo han confundido con la parábola del amor.
Mil Inviernos: Si está quitando el carácter sagrado a la cruz y está diciendo que la Eucaristía no la instituyó Jesús, está cavando la fosa al catolicismo, porque le corta las dos piernas sobre las cuales camina esta institución.
Álvaro Cristancho Toscano: Efectivamente se destruye el catolicismo y las iglesias que celebran la última cena del Señor Jesús tomando los textos de los evangelios y de los hechos de los Apóstoles en donde hace referencia es al Amor (la parábola del amor de Jesús), no la institución de la Eucaristía. Ahí no hay ninguna institución de ningún rito ni sacramento.
Mil Inviernos: ¿Cómo entiende el amor?
Álvaro Cristancho Toscano: Dios es amor. Cuando Jesucristo hace referencia a “Yo soy el pan bajado del cielo, quien come de mi carne y bebe de mi sangre tiene vida eterna” se refiere al amor, a comer, a beber, para vivir, para sostenerse en el amor y para el amor. Cuando habla de “hacer esto en memoria mía” se refiere al amor, no a un rito. El amor entonces es el único que brilla por su ausencia de todos los establecimientos en donde se comercializa a Dios como mercancía.
Mil Inviernos: ¿De sus libros epistolares por cuál es el que más siente afecto?
Álvaro Cristancho Toscano: Todas mis cartas tienen una motivación muy profunda al momento de escribirlas, hay tres que me tocan las fibras de mis sentimientos y me humedecen el alma. La primera es Carta a Jaime Garzón, publicada en el año 2001; con ella logré sobrevivir más de seis meses vendiéndola por las tiendas y en los negocios, puerta a puerta, por valor voluntario; en la tarde llegaba a contar el emolumento y me arrojaba arrobas de monedas. La segunda carta es Querido hijo, a mi hijo Tyl Frank Diego, cuando cumplió los 15 años, cada vez que la leo no puedo evitar que se me empapen las mejillas con mis propias lágrimas. La tercera, Carta a mis hijos, escrita el año pasado, el primero de enero; es como un manual de vida en la formación de los hijos. En sí, todas las cartas escritas son el producto de un cúmulo de vivencias apretujadas en mi pecho y pienso que son la válvula de escape que como escritor tengo y, de vez en cuando, pero no sé cuando, debo escribirlas.
Mil Inviernos: ¿Y cómo es su exploración por la poesía?
Álvaro Cristancho Toscano: Este género me ha llevado a descubrir esos aspectos insospechados, soslayados, casi escondidos en mi humanidad y al igual que mis epístolas son los grifos por donde a chorros destilo en versos mis sentimientos, mis pesares, mis quejambres, mis rabias, mis odios, mis dolores, mis hambrunas, mis torpezas, mi escasez y abundancia. Es decir, una biografía, una crónica, una romanza, un acto solemne sobre mí mismo de cómo me veo, veo a mi entorno y a todo cuanto me afecta y afecta a los otros.
Mil Inviernos: Adentrándonos a su última novela Así acaba el mundo, ¿cómo ve el futuro de las iglesias?
Álvaro Cristancho Toscano: Pareciese que mis obras atacaran directamente a las iglesias, pero no es así, es la hermenéutica que hago del texto en el contexto en que Jesús lo dijo y lo hizo; solo que las interpretaciones que aparecen después de Constantino I el Grande, nos han enredado la vida y nos han colocado frente a dogmas, mitos y creencias que están siendo reevaluadas. Y en mi novela lo que trato es de decir que el celibato es una malsana costumbre que va en contravía de la natura del hombre y la mujer creados por Dios para procrear y multiplicar la especie sobre la Tierra; mientras millones de hombres y mujeres hacen voto para extinguir de la faz del mundo a los seres humanos con esta práctica nociva que aparentemente no implica el exterminio del hombre sobre el planeta; toda vez que pudiendo engendrar hijos e hijas se abstienen de hacerlo y eso va en contravía del querer y la voluntad divina. Cada vez que se evite un nuevo nacimiento se le niega al mundo la posibilidad de sostenerse naturalmente (atacan el aborto pero practican la abstinencia que es otra forma de evitar un nacimiento).
Mil Inviernos: Este es solo un tema de la novela Así acaba el mundo, pero hay otro tema que usted toca a profundidad; el del tercer género, la teoría del hipotálamo intermedio, en relación con la homosexualidad y el famoso mito, los gays se hacen o nacen.
Álvaro Cristancho Toscano: Indiscutiblemente esta teoría del hipotálamo intermedio cobra un vigor y una avalancha de contradictores y seguidores en sí misma, por las razones tan concretas que expongo al atribuirle a la glándula del hipotálamo la causa de la homosexualidad, de la paz y de las guerras en el mundo, así pues queda claramente establecido que la homosexualidad se genera desde el nacimiento; o sea que se nace siendo gay y se muere siendo gay. Conozco ex-curas, ex-alcaldes, ex-policías, ex-guerrilleros, ex-maridos, ex-seminaristas; pero no conozco el primer ex-gay. Se casan, se divorcian, se salen del clóset, se meten al clóset y hacen cuanto hacen pero jamás dejan la maricadita. Estos temas se abordan a profundidad en el capítulo 11 de la novela mediante la conferencia que trata el mismo.
Mil Inviernos: ¿Cómo ve el fin del mundo?
Álvaro Cristancho Toscano: Soy crédulo de cuanto el Apocalipsis contiene. El pasado maremoto en Japón, clarísimo está escrito en él; no pienso que el fin del mundo sea tal cual lo vaticina el comercio, argumentando alguna interpretación sobre los escritos mayas, que acabará el 12 del 12 a las 12. Lo que sí creo es que la tierra ha dado sus movimientos de rotación y traslación (cabeceo), cada vez que su órbita gira en dirección del sol. Mi teoría pues es que el recalentamiento global obedece a ello, no a la deforestación ni a la contaminación, ni a los agujeros negros o cosas parecidas. Cada vez el planeta sufrirá mayor recalentamiento irreversible, ha de ser por este desplazamiento en la dirección ya descrita. Tengo 52 años y que recuerde las ciudades que hoy visito, como Pamplona, Bogotá, Tunja, entre otras, eran sumamente gélidas; habrá que constatar en los archivos de los institutos de meteorología, los grados de temperatura que mantenían estas ciudades y otras en el mundo. Yo estudié en Chita, Boyacá, y visité el Nevado del Cocuy, y la nieve se encontraba en las goteras del pueblo, ahora hay que ir más de 7 horas a caballo para encontrar la nieve. Eso solo por mencionar una microfotografía de lo que sucede en los glaciares y el descongelamiento de los polos. Tengo en mi memoria grabado la moda, la forma en cómo vestían los bogotanos, los pamploneses, los tunjanos y los habitantes de esa época que vivían en tierra fría. Hoy, en estas mismas ciudades, se encuentra perfectamente en las calles y supermercados gente con mangas cortas y ropa de playa. Por eso mi teoría apunta a que la moda de los próximos 50 años será completamente de playa en ciudades que hoy exigen bufandas, gorros, mangas largas, medias, abrigos, sacos y gabardinas. Entre otros pesados atuendos. Por eso si la teoría de que la Tierra se acerca al sol es cierta, sencillamente las fuentes de agua y los mares desaparecen hasta que vuelva el planeta nuevamente a llegar en millones de años al estado de que habla el capítulo primero del Génesis.
Mil Inviernos: ¿Este calentamiento en el futuro tiene que ver con el incremento que usted augura en su novela del homosexualismo?
Álvaro Cristancho Toscano: Claramente. Su pregunta me hace pensar que si es cierto lo del hipotálamo, está glándula tendría que ver con la expansión de esta ante la irradiación solar. Y las estadísticas demuestran que en clima caliente, como en Cúcuta que es mi tierra natal, la capital de los maricas, abundan y sobreabundan; y en las costas el turismo sexual no deja de inquietar y de preocupar y de alarmar a la sociedad. Entonces sí, el calor tiene que ver con que la glándula del hipotálamo sufre alguna invisible pero notable alteración que hace que el comportamiento de los hombres y las féminas sea siempre “raro”; dicho de otra manera, a lo Galileo Galigay.
Mil Inviernos: ¿A qué se refiere con Galileo Galigay?
Álvaro Cristancho Toscano: Ese es el título que le había buscado a mi novela, pero escuché sugerencias y opté por el de Así acaba el mundo aunque después de haberlo propuesto mis amigos y las personas que tuvieron a bien sugerirme los cambios oportunamente, ya se refieren a los gays como “galileos”, y me preguntan “Cómo van los galileos” y en las calles ven a la gente y dicen “ahí van dos galileos” y me encargan libros para sus galileos, o… reunámonos esta noche en la taberna de los Galileos. Y así es como despistan hasta a la madre.
Mil Inviernos: En la novela tiene usted un símbolo y un signo que resaltan por lo novedoso. Tal vez usted quiera posicionarlo para las futuras generaciones galileas.
Álvaro Cristancho Toscano: Una vez terminé la novela se la enseñé al ingeniero Manuel Enrique Delgado Latorre para que le hiciera las correcciones, entre otras de las sugerencias me propuso colocar los símbolos gays en la carátula y, de pronto, se le ocurrió que los de interrogación denotarían muy bien al tercer género. Y así fue como diseñamos con los símbolos de interrogación – abrir para ellos (con la flecha hacia arriba) y cerrar para las féminas (con la cruz hacia abajo)- y el símbolo que aparece en la carátula es el resorte o espiral; con él quiero significar la voluntad de un gay o una lesbiana y su mundo de libertad. No podemos olvidar que las propiedades de un resorte tienen un límite y una función, al comprimirlo o al estirarlo, si se comprime demasiado se corre el riesgo de que se salga de las manos y se dispare a cualquier dirección y a cualquier velocidad –uno de los riesgos a los que un gay o una lesbiana está expuesto- o que se hale tanto de sus dos extremos que termine siendo un simple alambre y pierda todas las propiedades de resorte. Así entonces el espiral en el extremo izquierdo tiene la flecha, y en el otro extremo, la cruz.
Mil Inviernos: Ya hablamos del fin del mundo, ahora ¿qué vendría a ser la muerte para los individuos?
Álvaro Cristancho Toscano: Como usted bien lo acaba de enunciar, es individual, única e impajaritable; es decir que no tiene reversa. O le toca o le toca. De niño, de joven y de casado le tuve miedo a la muerte por el simple hecho de creerme indispensable en la formación de mis tres hijos. Era para mí una irresponsabilidad dejarme morir antes de criarlos. Ahora, ya que están crecidos y con cédula, veo llegar ese paso como algo normal, simplemente como un paso a un estadio nuevo y en mejores condiciones a las terrícolas. Soy creyente en un Dios cumplidor de su promesa y sí creo en la mansión eterna. No como un lugar sino como un estado de gracia permanente y eterno. Como una dimensión para la cual solo el espíritu puede serle compatible a esa naturaleza espiritual. Por eso la muerte es la fase que sublima al ser, el paso por la tierra es doloroso desde que se nace. Vivir es una tragedia. Nada fácil es vivir. Pobres los seres vivientes que tienen que someterse a toda clase de dependencia estomacal: comer, beber, todo lo terminado en ar. Eso en sí mismo ya es una tragedia. La muerte nos libera de eso. Y sobre todo de las deudas, de las malditas centrales de riesgo que con sus abogados y llamadas inoportunas hacen morir a cualquiera de rabia (y malas pagas) y de los putos bancos, esos bancos que adelantan el descanso eterno a más de uno al ponerle el lazo en el cuello, por no hablar de los cuentagotas que a diario llenan los cementerios de cristianos malapagas que se mueren de infarto o de un pepazo en la cabeza, ¡qué modo de cobrar!
Mil Inviernos: Cuando lo buscamos para entrevistarlo, lo primero que saltó a la vista fue su candidatura electoral al lado de Álvaro Úribe Vélez en el año 2002, solo que usted se proclamaba como el otro Álvaro.
Álvaro Cristancho Toscano: Yo sí decía que el hijo de mi mamá iba a salir con algo y mire a donde fui a terminar, como candidato presidencial.
Mil Inviernos: ¿Y qué impulsó a un escritor a meter la nariz, o la mano, en semejante epopeya?
Álvaro Cristancho Toscano: Precisamente eso, por ser escritor, terminé siendo candidato presidencial en el año 2002 con el movimiento de Participación Comunitaria. Por la fecha yo estaba escribiendo el libro El ocaso de la constitución, nunca había pensado ni en lo más remoto ser presidente de Colombia. Pero al leer cuidadosamente la constitución del 91 me encontré con una S que acabó con mi tranquilidad y le quité, de paso, el sueño a más de un partido político de los setenta y dos que existían hasta entonces, como partidos de garaje, con letrero y todo (aviso) pero sin ninguna opción. Decía la constitución de ese entonces, porque la de ahora ya no sabemos ni qué dice, palabras más o palabras menos: los partidos y movimientos políticos con personería jurídica podrán presentar candidatoS a elección popular: Presidencia de la República, Congreso, Consejos y Alcaldías, Gobernaciones. No como dice ahora, que a propósito no sé qué dirá, porque no la volví a leer. Cuando vi que decía candidatoS de una vez me nació la atípica idea de buscar un movimiento que avalara a muchos candidatos a la presidencia, y me di a la tarea de buscar a los candidatos también y así fue como en Colombia un movimiento político sin ninguna opción presenta dos candidatos, y fue noticia mundial y escándalo a la vez, (y a mí qué me importaba, si yo lo que quería era publicar mi libro El ocaso de la constitución) Los candidatos que logramos inscribirnos por el mismo partido fuimos dos: el torero y yo, porque eran 5 conmigo, pero los otros se mamaron, les dio miedo, porque de pronto los mataban y, efectivamente, uno de ellos terminó muerto y no por esto, sino por borrachín por allá en la calle del cartucho. Esa candidatura mía cumplió con su objetivo: transformó el escenario político en Colombia. Hizo cambiar la constitución. Allí empezaron los cambios, retoques y reformas tras reformas que ya no le queda más qué reformar a esa constitución. SI ustedes tienen memoria, antes de mi candidatura existían 74 o 72 partidos, y los políticos muy resentidos, para evitar que en lo subsiguiente se repitiera lo mismo, propusieron la primera reforma, y nace lo que hoy tenemos: listas únicas, candidatos únicos, cifra repartidora, umbral electoral, ley de bancadas y hasta agua bendita le han metido a la pobre constitución. Entonces sí sirvió de algo que como escritor la S sí la hice valer y los políticos, como magos, la hicieron desaparecer. Acabaron con el plural que era lo único que le quedaba al pueblo. Pero, de todos modos, me les volví a meter en las elecciones de octubre pasado, fui candidato a la Gobernación del Norte de Santander. Y de esa candidatura lo único que buscaba era darme a conocer como escritor, porque aquí hasta para escribir toca darse mañas para que algún despistado lo lea a uno y no pase por alto y, de pronto, se le ocurra llamarlo a uno para hacerle una entrevista tan maravillosa como esta.
Mil Inviernos: ¿Y qué pasó con el libro que estaba escribiendo del Ocaso de la constitución?
Álvaro Cristancho Toscano: No, pues me dañaron el tema. Con tanta reforma y con tanto galimatías el libro nunca conoció la luz del mundo. Le pusieron una lápida antes de nacer. Pero terminé escribiendo por actualizar el repertorio, sobre el embolador. Así fue como le escribí la novela urbana A la altura de los píes, que trata del fenómeno político que llevó a un embolador de Bogotá a ser un honorable concejal del Distrito Capital.
Mil Inviernos: Agradecemos su amable trasnochada para responder a nuestras inquietudes sobre su vida y obra.
Álvaro Cristancho Toscano: A ustedes, mil gracias en los Mil Inviernos que se aproximan. Es la primera entrevista que concedo a un importante medio. Ya que por lo menos ustedes, mis queridos periodistas, lo van a leer; ojalá esta entrevista sea como la patadita de la buena suerte de Jorge Barón.
Este señor definitivamente es delicioso!! Gran entrevista….
Comentar sobre alguien que forma parte de mi vida y mis mejores recuerdos me ata las manos porque se vuelve emocional el comentario. Leerlo a traves de la entrevista es facinante en como va deshilando sus ideas y va transformado con sus palabras cada una de sus ideas ciertas e inciertas solo un escritos como el lo puede juzgar. Yo como cualquier lector lo encuentro exquisito. Un gran abrazo a mi amigo del alma.
Muy bueno. Gracias por divulgar a este artista y pensador colombiano.